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La escena que se vive en Staatliches Hofbräuhaus, en Múnich, Alemania, es cultural: un joven de unos 25 años, con unos 1,85 metros, acuerpado, y una pelinegra de similar tamaño, caminan de la mano hasta una pared adornada por cientos de jarros. Allí, como si fuera un ritual, toman una llave, zafan el seguro de un candado y dejan libre el recipiente, que minutos más tarde estará lleno de una de las tantas ofertas de cerveza que se hacen en tierras bávaras. Es su costumbre, su tradición. El jarro, pasado por los años, fue de su padre, de su abuelo, de su bisabuelo y de su tatarabuelo. Ellos, al igual que él, pasaban por allí para tomarse un buen litro de cerveza. Una tradición.
La escena, guardando las justas proporciones, es la misma que quieren ver los creadores de Bogotá Beer Company en Colombia con sus clientes más fieles. Como si fuera una ciudad alemana, la cervecería artesanal local también está marcando los jarros, guardándolos en sus pubs y creando una identidad en el país. Una variable en su modelo de negocio, que sumado a la apertura de otros locales en las principales ciudades del país (Medellín, Cartagena, Santa Marta y Barranquilla) y a la instalación de su nueva planta de producción o cervecería, como le llaman sus directivos, revela el plan estratégico en el que está inmersa la marca que nació hace 12 años en el barrio 7 de Agosto de Bogotá.
Juan Sebastián Dennis, gerente de mercadeo de Bogotá Beer Company, deja claro que “estamos en un punto de inflexión y por eso abrimos la nueva cervecería”. Básicamente “estábamos haciendo 20.000 hectolitros de cerveza y en Colombia se venden 20 millones de hectolitros. Somos el 0,01%. Y con la nueva cervecería vamos a poder producir hasta tres veces más, tendremos el 0,03% del mercado”. Parece poco, pero el año pasado vendieron $31.000 millones. Al cierre del pasado julio ya habían comercializado 12.000 hectolitros y “esperamos cerrar el año en 25.000 hectolitros. Un crecimiento de 30% frente a 2012”.
En la nueva planta o cervecería, que está en la zona franca de Tocancipá, inyectaron un capital de $30.000 millones y trajeron equipos alemanes hechos por la familia Schulz, quienes llevan 600 años en la industria. Para poder mantenerse en la ruta del éxito —suman 24 pubs, 124.000 personas al mes toman alguna de sus 13 cervezas y acumulan 60 premios internacionales de calidad y excelencia— y confirmar que son la cervecería pequeña más grande del país, era necesario expandirse.
“La capacidad de producción aumentará sin duda, pero nuestro objetivo principal va más allá del crecimiento. Nuestra ambición es continuar elaborando las mejores cervezas del país, cervezas reconocidas por su calidad en el mundo, y es por esto que la inversión se enfocó en tener las mejores herramientas para lograrlo”, apuntó Berny Silberwasser, fundador de BBC.
Hace cuatro años están distribuyendo el producto en botella, tras una alianza con el Grupo Éxito. Pero saben que su crecimiento está basado en crear cultura. La del pub. De ahí su estrategia de vender almuerzos, llegar a ciudades intermedias del Eje Cafetero, a Ibagué, Neiva, etc., y examinan la exportación y el lanzamiento de una cerveza sin alcohol. Abrieron tres pequeñas barras para acercarse más a los barrios y esperan mantener los $50.000 en promedio que consume cada persona que los visita. Hoy ya suman 1.000 clientes fieles con jarro marcado, esa base de fieles consumidores que un día, hace más de 800 años, hizo que Staatliches Hofbräuhaus construyera su afamada historia basada única y exclusivamente en cerveza.
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@EdwinBohorquezA