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Una locomotora llamada vivienda

Se ha convertido en un sector estratégico en el último tramo de la administración Santos.

David Mayorga
16 de abril de 2013 - 08:14 p. m.
Según el Dane, los precios de la vivienda nueva subieron 11,3% en 2012. / Archivo
Según el Dane, los precios de la vivienda nueva subieron 11,3% en 2012. / Archivo

Cuando Juan Manuel Santos, en plena campaña presidencial, propuso sus seis locomotoras como el eje fundamental de su gobierno, los analistas señalaron sin temor que la minería sería la protagonista de su modelo económico. Y con razón, pues, por medio de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, se realizaron dos rondas de adjudicación de bloques exploratorios de crudo que no solo atrajeron a nuevas firmas al país sino que aumentaron la actividad del sector, a tal punto que en enero pasado se cumplió la meta de producción del millón de barriles diarios. Además, según el Dane, las exportaciones del sector sumaron US$40.199 millones en 2012, convirtiéndolo en el principal sector de las ventas internacionales del país con el 66,2%.

Las demás fueron avanzando a su sombra, hasta que en el año pasado se produjo un punto de giro en la de vivienda. En mayo, Santos designó a Germán Vargas Lleras, su ministro estrella y un aliado estratégico de su Administración (fue su contendor por la presidencia), en la cartera de Vivienda y lo puso al frente de uno de sus programas bandera: la entrega de 100.000 viviendas gratuitas para los colombianos más pobres, especialmente para las víctimas del conflicto y la población en situación de desplazamiento.

Se trata de un proyecto que demandó una inversión de $4,2 billones, del cual se contrató la totalidad de las soluciones planteadas y se ha iniciado la construcción de 470.000 unidades con 330 proyectos en 240 municipios. Esto incidió no solo en que, a nivel general, el índice de iniciaciones de vivienda en el sector de la construcción se elevara a 55% y el de licenciamiento subiera a 51%, sino que su PIB se expandiera 3,6% al final de 2012 (venía de un crecimiento de 10% en 2011).

Estos resultados llevaron al Gobierno a extender los beneficios en el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo (Pipe, presentado ayer), que de ahora en adelante cubrirán también a la clase media. Su apuesta se divide en dos planes: el primero cobija a quienes devengan entre uno y dos salarios mínimos, que pueden acceder a un subsidio de $25 millones. “La cuota mensual no excederá los $180.000 y el crédito con cuota fija tendrá un plazo de 15 años”, explicó Vargas Lleras en diálogo con Caracol Radio.

El segundo, el más publicitado, consiste en un pacto con el sector financiero para disminuir las tasas del crédito hipotecario de los niveles de 12% de 2012 a 7%. En concreto, el Gobierno subsidia 2,5% de interés y los bancos rebajan su tasa otro 2,5%, bajo dos condiciones: solo aplicará para nuevos préstamos y para vivienda nueva en un rango entre los $80 millones y los $200 millones. Una iniciativa que, de inmediato, fue recibida con los brazos abiertos por los constructores.

“Estas decisiones demuestran que la vivienda es una estrategia efectiva y juega un papel fundamental en el desempeño económico del país, particularmente por su alto nivel de encadenamientos y por ser una actividad intensiva en mano de obra”, expresó Sandra Forero, presidenta ejecutiva de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).

Sin embargo, hay preocupación por el crecimiento en los precios de la vivienda. Según cifras de Fedelonjas, en el último trimestre de 2012 crecieron 11,3%, con extremos como Bucaramanga (subieron 24%), Bogotá (13%) y Barranquilla (11%). En ese mismo sentido, el Dane registró un aumento del 24,09% en el metro cuadrado nuevo vendido en Bucaramanga y de 12,78% en el bogotano durante el año pasado, que contrasta con la estabilidad de la cartera de crédito hipotecario, que pasó de 16,4% en junio de 2012 a 15,4% en noviembre.

Pero, a la par, hay otras cifras que vienen creciendo: las de favorabilidad de los políticos. La más reciente encuesta de la firma Datexco, publicada en marzo, reveló que el nivel de aprobación del presidente Juan Manuel Santos se encuentra en 62,14% mientras que el de Vargas Lleras asciende a 75,53%, justo en un año preelectoral. Falta ver si esos números crecen después del impulso de $2,13 billones, consignados en el Pipe, que el Gobierno le inyectará al sector.

Por David Mayorga

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