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'Vamos a construir barrios sostenibles'

El Gobierno deja claro que en esta segunda ola no se edificarán sólo casas. También vendrán hospitales, colegios y hasta centros deportivos.

Edwin Bohórquez Aya
02 de noviembre de 2014 - 02:00 a. m.
Luis Felipe Henao, ministro de Vivienda.   /Cristian Garavito
Luis Felipe Henao, ministro de Vivienda. /Cristian Garavito

Luis Felipe Henao tiene las llaves en la mano. Sí, de 400.000 nuevas casas que anunció el Gobierno y que tiene por compromiso dejar, por lo menos al final de los cuatro años, iniciadas. Un modelo que, similar al que adelantaron en la pasada administración, ha sido criticado y hasta catalogado de incompleto. Como ministro de Vivienda asegura que para eso se destinaron $600.000 millones, porque lo que se quiere construir no son casas sino barrios sostenibles.

- Prometieron en el primer gobierno 100.000 casas gratis y un millón de nuevas en todo el país. ¿En qué quedó eso?

En que se contrataron las 100.000 viviendas gratuitas, fue el sector más dinámico dentro de la economía y en los cuatro años se empezaron 900.000, no llegamos a la meta, pero si eso se compara con las 540.000 que se hicieron antes, es un récord. Se logró el 52% de esas viviendas de interés social, eso impacta porque es ahí donde está el déficit.

- ¿Cuál fue el impacto en la economía?

La ocupación del sector de la construcción llegó a su punto más alto: 1’400.000 empleos cuando venía de 900.000. El sector, en conjunto, creció en 2013 y en 2014, el doble de lo que lo hizo la economía. Las 100.000 viviendas gratis hicieron que regiones de muchos países se dinamizaran.

- Por ejemplo...

Popayán, donde se construían 400 viviendas al año entre todos los sectores, y llegamos nosotros y le damos 2.000 de un solo estartazo. Y así nos pasó en Pasto y otras ciudades que uno cree que son muy dinámicas, como Santa Marta, donde se construía estrato alto, pero no interés prioritario.

- ¿Por qué no llegaron al millón?

Por Bogotá. Tuvo seis trimestres seguidos con crecimiento negativo en la construcción. La ciudad representaba el 25% del PIB del sector y pasó al 16%. A Bogotá le daba gripe y al país asma. Y aun así logramos suplir esa demanda que Bogotá consumía con los proyectos de la Nación.

- El Espectador publicó el artículo ‘La otra cara de las viviendas gratis’. Había casas, pero no hospitales, colegios, transporte. ¿Qué pasó?

Reconocemos que todos nuestros programas se pueden mejorar, pero hacer una óptica de los proyectos sin ni siquiera viajar es muy difícil. Ustedes hablan de un proyecto en Hato Nuevo, dicen que no se ve un solo árbol, pero si ustedes van es tal vez uno de los mejores: se le va a desarrollar todo el equipamiento social al lado. Tal vez dos o tres proyectos no, pero todos los demás están dentro del perímetro urbano de las ciudades, dentro de los POT.

- ¿Para eso son los $600.000 millones?

Van dirigidos a generar infraestructura no sólo para las 100.000 viviendas anteriores, sino también a suplir el déficit en donde estaban antes esas personas, es decir, donde vivían y que no tenían ese acceso. Vamos a hacer más barrios consolidados y sostenibles. Esos recursos los va a ejecutar este Ministerio para agilizar los procesos. Nosotros sabemos quién va a vivir en esas viviendas, cuántos niños, así nos damos cuenta cuántos colegios se necesitaban. Hay proyectos nuestros que son el estrato seis del municipio. El país tiene un grado de desigualdad muy importante y esto era una herramienta de choque.

- Esos nuevos recursos son para completar el programa anterior...

Esos $600.000 millones también son una respuesta a un buen artículo que hizo El Espectador para mejorar los proyectos. Estamos seguros de que esto de las viviendas nunca se había visto en el país.

- Lanzan una nueva política. ¿En qué se basa y a quién beneficiará?

La idea es tener una política integral. Los subsidios que se les daba a la gente no se convertían en una vivienda. Para las personas que no tenían posibilidades económicas, están las viviendas gratuitas. Para las personas que sí tienen la posibilidad de recibir un subsidio y de bancarizarse, los que están entre 1 y 2 salarios mínimos, también hay propuestas. El problema es que en Bogotá no hay oferta de vivienda. Hay dos países: Bogotá y el resto de Colombia. Si una persona de 1 y 2 salarios mínimos está afiliada a una caja de compensación, tiene subsidio. Lo que pasa en las capitales es que no hay oferta de vivienda y el subsidio no se puede aplicar. Pero en otras ciudades la realidad es distinta. Puede haber suelo, pero los constructores no se meten porque no había subsidios.

- ¿Qué hicieron?

Distribuirlos en el ámbito nacional con las otras 86.000 viviendas para ahorradores y cerramos el círculo: que donde haya tierra, haya subsidio, pero además que a la persona le pudieran prestar. Es decir, se da un subsidio a la tasa de interés de cinco puntos y a los bancos les pago a través del Fondo Nacional de Garantías una garantía por cada crédito que coloque.

- ¿Y qué es “Mi casa ya”?

Ese lo creamos para la verdadera clase media, las personas que están entre $1’400.000 y $2’500.000. Para que una persona así tenga la cuota inicial debe ahorrar un salario completo al año durante 10 años. Entonces lo que queremos es que esa persona tenga la ayuda de un subsidio entre $7 y 12 millones, que sea bancarizable y con ellos movilizamos las ventas en las ciudades intermedias del país. Allá hay suelo, personas con capacidad de compra a las que les podemos dar el empujo.

- ¿Cómo se verá impactada la economía?

De acuerdo con cálculos nuestros, creemos que el crecimiento promedio del sector construcción puede pasar del 8 al 10% o incluso al 12%, llegar al 1’500.000 empleos y una notable reducción de déficit habitacional.

- ¿Para el Gobierno ganar $3 millones significa no ser clase media?

Puede ser clase media, pero es clase media alta. Es una definición internacional. En Colombia el 75% de los hogares devengan menos de cuatro salarios mínimos. De ahí se entiende por qué hablamos de viviendas de $86 millones y es a quien queremos llegar.

- En Bogotá es imposible que la clase media consiga proyectos de $86 millones...

Ese es un gran problema en Bogotá. Pero si usted va a Pasto, a Manizales o a Pereira están esos proyectos muy bien ubicados. Éste le va a dar un gran estartazo a las regiones.

- ¿Cuáles regiones?

Vamos a llegar a todas, a las ciudades intermedias que están apalancando el crecimiento económico.

- Bogotá está excluida...

No, es que aquí es más difícil, porque la oferta de suelo es más restringida, hay más de 30.000 subsidios de cajas de compensación que no se han aplicado.

- ¿Qué va a pasar en Bogotá? ¿Cuándo estará ahí?

Cuando tenga una verdadera política de suelo, cuando estos planes de renovación urbana, que están anunciando hace tanto tiempo, salgan y se genere un proceso efectivo de reciclaje de zonas. Cuando tenga una política más eficiente se verá beneficiado. Medellín ya comenzó. Cali también.

- ¿Cuánta tierra se necesita para las 400.000 viviendas?

Tierra hay. Unas 3.500 hectáreas.

- El sector estaba bajando. Menos licenciamiento, menos oferta...

Vimos menos lanzamientos de vivienda, el jalonador de la economía se estaba cayendo. Nos adelantamos en el tiempo con dos objetivos: que los constructores ya se preparen para estos proyectos, porque la maduración de cada proyecto tarda seis meses. Esto es social, pero también es económico. En este programa vamos a gastar $2,4 billones, que van a jalonar en la economía $9 billones. Y sumando los otros subsidios, vamos a mover unos $18 billones en la economía. Veíamos que el ciclo económico venía bajando con agotamiento en vivienda de estratos cinco y seis, vamos a lograr que la economía no se paralice. Que vuelva a subir. Y esto gracias a la VIS.

- ¿Y de dónde sale la plata?

De vigencias futuras. Del presupuesto nacional. Tenemos $10 billones de techo fiscal, lo que hacemos es jugar con las vigencias futuras de este cuatrienio y del que viene, porque el subsidio a la tasa es para más de cuatro años.

- ¿Qué es lo de los TACS?

Es como un leasing habitacional. La idea es que la persona vaya haciendo un pago al FNA y al cabo de cierta cantidad de pagos, sumando primas, cesantías y aportes voluntarios, logre obtener lo que vale la propiedad.

ebohorquez@elespectador.com
@EdwinBohorquezA

Por Edwin Bohórquez Aya

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