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La venganza de los 'nerds'

El estudiante doctoral, quien junto a sus profesores descubrió un grave error en la teoría que fundamentó la política de austeridad, prepara su tesis sobre los efectos de las hipotecas en la recuperación de EE.UU.

David Mayorga
07 de septiembre de 2013 - 09:00 p. m.
Por  su hallazgo, Herdon recibió ofertas de trabajo de universidades y fondos  privados. Espera concluir su tesis en 2015.
Por su hallazgo, Herdon recibió ofertas de trabajo de universidades y fondos privados. Espera concluir su tesis en 2015.

Un ejercicio muy común en los salones universitarios donde se enseña Economía es el de la recreación: analizar una teoría consolidada por su aplicación en la vida real y replicarla sobre el papel. El ejercicio tiene como objetivo que el estudiante entienda y descifre los métodos y las cifras utilizados durante la etapa de formulación, pero también que sugiera nuevas técnicas de resolución del problema. Y, por supuesto, que genere nuevas preguntas. 

Ese era, a grandes rasgos, el trabajo que debía realizar Thomas Herdon para su clase de Econometría Aplicada en la Universidad de Massachusetts Armherst. Y la historia habría resultado en una simple nota que se sumaría a su promedio si una mañana, vestido con los pantalones de sudadera con los que le gusta escribir y analizar datos en la sala de su casa, no se hubiera percatado de un error.

“He sido increíblemente afortunado. Todos en mi facultad trabajan muy duro y producen resultados excelentes, pero no reciben este tipo de reconocimiento. Yo sólo quería aportar en la discusión sobre las políticas de austeridad que les causan un tremendo dolor a muchas personas alrededor del mundo”, comenta este hombre de facciones gruesas, voz grave, con huellas de acné en su cara que disimulan sus gafas de marco negro Ray Ban y que no usa reloj de pulsera.

Esa fama momentánea comenzó a producirse durante el otoño de 2012. El ensayo que escogió para realzar su trabajo de clase se llama Crecimiento en tiempos de deuda, un análisis realizado en 2010  por Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, profesores de la Universidad de Harvard, que predijeron un desequilibrio en el crecimiento de las economías cuya deuda pública ascendía a niveles de 90% de su PIB.

Se trató de un documento clave en la formulación de las políticas de austeridad que adoptaron las economías desarrolladas tras la crisis financiera de 2008, y cuya aplicación llevó al recorte de programas sociales, el embargo de sueldos oficiales, la venta de empresas estatales y, entre otros efectos, recortes en las plantillas oficiales para reunir el dinero con que pagar los rescates financieros con los que países como Grecia, Portugal, Irlanda o España evitaron la quiebra de sus economías.

Como todo estudiante de doctorado, Herdon buscó las cifras que soportaron el estudio, el método de investigación e, inclusive, la hoja de cálculo utilizada por los autores. Y fue en ella donde encontró algunas inconsistencias que alteraron el resultado final. Los resultados preliminares de su trabajo impulsaron a Michael Ash y Robert Pollin, sus propios profesores, a proponer una revisión a tres manos. El título no podía ser más evidente: ¿La alta deuda pública realmente afecta el crecimiento económico? Una crítica a Reinhart y Rogoff.

“Ellos afirmaban que la relación deuda-crecimiento siempre existió en el tiempo y espacio, pero nosotros demostramos que la correlación negativa se debilita conforme se acerca al presente. En el último período, de 2000 a 2009, países con deuda superior al 90% del PIB crecieron más rápido que aquellos cuya deuda promediaba el 60%”, explica.

Pero hasta allí esta historia no habría pasado de ser una particularidad académica si Paul Krugman, el premio Nobel de Economía, no hubiera realizado una crítica pública del ensayo original detallando sus efectos dañinos. La réplica de los implicados, en el sentido de que el error no alteraba dramáticamente sus conclusiones, inquietó a los medios a tal nivel que la historia le dio la vuelta al mundo. Y adquirió un tono dramático cuando los expertos, en voz baja, admitieron los alcances de este error.

“Un participante de las reuniones del G20 me dijo que fue un factor clave en la decisión de omitir objetivos específicos de déficit o deuda frente al PIB dentro de las conversaciones de desarrollo económico”, consignó John Taylor, economista de la Universidad de Stanford, en su blog.

Por supuesto, las entrevistas no se hicieron esperar, al igual que las conferencias académicas y las ofertas de trabajo. “Llegó una de un fondo privado de inversión, pero es un tema que no me interesa”, dice Herdon  durante su visita a la Universidad de los Andes, en Bogotá, donde compartió con estudiantes y profesores el camino que lo llevó a encontrar las fallas en el ensayo de Reinhart y Rogoff: “No cuestiono sus motivaciones. Asumo que son honestos, con mucho trabajo a cuestas, lo que los hace propensos a cometer errores. Me hubiera gustado que tuvieran más atención a los detalles”.

El nombre de Herdon se hizo popular en unas cuantas semanas. Salió en las páginas y en las emisiones de la BBC, The Wall Street Journal, El País e, incluso, en medios especializados como Business Insider, y bajo ese ritmo concluyó sus materias. Hoy su preocupación más inmediata es encontrar el tiempo para sentarse a escribir su tesis doctoral: un análisis sobre los efectos que han tenido los costos de las hipotecas en la recuperación de la economía estadounidense.

“Durante la crisis, los precios de los hogares cayeron en un tercio, pero el valor de los préstamos no tomó el mismo rumbo. Muchos de ellos hoy son más altos que el valor original de las propiedades y esta deuda privada ha tenido un efecto negativo en la recuperación. Cada dólar que una familia recibe tiene como destino cubrir esos préstamos”, cuenta el hombre que, con una revisión a las fórmulas de expertos, descubrió una de las alteraciones más profundas del desarrollo económico de los últimos años.

Dos autores cuestionados

En 2010, en el American Economic Review, se publicó el ensayo “Crecimiento en tiempos de deuda”, una disertación que criticaba la expansión estable de las economías bajo un alto nivel de deuda pública. 

Sus afirmaciones causaron un gran impacto en la formulación de las políticas de austeridad, sobre todo porque fue publicado cuando se discutía en Europa la viabilidad de un salvavidas económico para Grecia. Sus autores fueron Kenneth Rogoff y Carmen Reinhart, dos profesores de Harvard que se desempeñaron como consultores del FMI.

 

A pesar del reconocimiento inicial, fueron duramente criticados por expertos en economía al revelarse los errores en su investigación.

Austeridad en cifras

2010 fue el año en que, por recomendación del FMI, se inició la reducción del gasto público en EE.UU. y Europa.

2% se reduce el crecimiento de una economía al alcanzar un endeudamiento del 60% de su PIB, según Reinhart y Rogoff.

15% del PIB sumaban los recortes de inversión e incremento a los impuestos decretados por Grecia para superar su crisis.

2,2% crecieron en promedio los países con niveles de endeudamiento mayores a 90% del PIB desde 2010.

Por David Mayorga

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