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Yo estuve en... En el bajón del petróleo en 2015

Un año de lecciones para entender el comportamiento del precio del petróleo y sus implicaciones para Colombia y el mundo de las inversiones.

Camilo Silva- director de Análisis Técnico de Valora Inversiones.
28 de diciembre de 2015 - 05:34 p. m.
Yo estuve en... En el bajón del petróleo en 2015

El inicio del año me sorprendió con las declaraciones desde el Gobierno dando parte de tranquilidad al país pues “no somos un país dependiente del petróleo”, lo que resulta cierto, pero desconoce el gran efecto que el comportamiento del precio de este hidrocarburo tiene sobre las finanzas públicas y que tanto hizo sufrir al país en 2015. Solo hace falta mirar el comportamiento del dólar y de la inflación. La transmisión de la depreciación del peso al Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue algo con lo que las autoridades económicas no contaban o al menos no lo tenían tan presente y por ende se vieron sorprendidos propios y extraños en el transcurso del año.

Ciertamente, lo que el 2015 me mostró y enseñó, con algo de sufrimiento, es que estos rubros van de la mano y que Colombia, como el resto de países de la región, es dependiente de lo que suceda con las materias primas más de lo que inclusive busquen hacer las autoridades monetariamente hablando para controlar un efecto tan fuerte internacional. Por ello quedó clara la importancia de conocer el efecto del sector manufacturero y de las importaciones chinas, de lo poderoso de las declaraciones de Mario Draghi y Janet Yellen, las cabezas de los Bancos Centrales más importantes del mundo. Además de los tristes y desafortunados hechos de terrorismo en el mundo que tienen hoy en día efectos inmediatos en las bolsas mundiales, oro, dólar y otros.

Las lecciones que me dio el comportamiento del petróleo han sido para enmarcar este año, pues desde quienes en un gráfico simple con soportes y resistencias creían tener la respuesta del tan esperado piso del petróleo, hasta para quienes lo vieron más complejo y llenaban de variables el análisis con extensos documentos se llevaron una sorpresa.

Semana a semana el mercado estaba pendiente de los inventarios de petróleo. Los más esperados al principio eran los de los miércoles, elaborados por la Agencia Internacional de Energía (EIA) los más importantes. Luego, los datos del American Petroleum Instituto (API) anticipaban lo que vendría con los de EIA. También reconocí este año la importancia que ha tomado el dato de la actividad de los taladros en EEUU, lo que significa Eagle Fort, Dakota del norte y el Shale Oil. El reporte mensual de la OPEP, en donde se detallaban las expectativas de la organización para el mundo y su producción como fue en aumento mes a mes para cerrar en record de producción en diciembre.

Y ni hablar del peso y la importancia de Arabia Saudita en el mundo petrolero, cuando con sus grandes reservas y bien manejado dinero en sus bancos ha logrado mantener su estrategia de quebrar a la industria del Shale Oil en EEUU. Sin embargo ésta tarea ha mostrado ser infinitamente más difícil de lo que se pensaba, en donde inclusive el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs en su más reciente reporte cree que para que se dé la quiebra de las empresas productores y un rebalanceo del mercado, el precio del barril deberá llegar a $20, algo aún impensado.

 

Todas estas fueron enseñanzas que me dejó este año.

Así que creo que nada está dicho para el petróleo en los mercados globales y mucho menos teniendo en cuenta que los mayores productores han advertido que no bajarán sus cuotas. A esto se suma que en Estados Unidos se firmó la ley que permite que, por primera vez en 40 años, ese país sea exportador de crudo y que Irán con el levantamiento de exportaciones pueda también contribuir a mantener la sobreoferta de crudo, lo cual pone más presión a la baja.

En Colombia la producción sigue bordeando el millón de barriles promedio por mes, a pesar de los bajos precios, lo cual, al menos por ahora, mantendrá su flujo de ingresos. Sin embargo dependerá mucho de la desinversión de activos no estratégicos por parte de las compañías y recorte de gastos. En el caso de Ecopetrol, dependerá de una reducción significativa del pago de sus dividendos, para así concentrar esfuerzos en aumentar sus reservas y producción en un escenario muy adverso.

Por Camilo Silva- director de Análisis Técnico de Valora Inversiones.

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