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Pocos días antes de ser reelegido como presidente, en un acto que se llevó a cabo en la Cámara de Comercio de Bogotá, el entonces candidato Juan Manuel Santos firmó el Pacto por la Educación, una iniciativa impulsada por unas 20 organizaciones de maestros, empresarios, estudiantes y agencias internacionales, que pretende convertir la enseñanza en una prioridad nacional.
“En una Colombia en paz, las escuelas y no las trincheras serán el lugar donde estén nuestros jóvenes”, dijo Santos al comprometerse a respaldar los 10 puntos propuestos por ese grupo de jóvenes y líderes sociales. Cuatro meses después de estrechar las manos por un mismo objetivo, los promotores del movimiento están desconcertados al descubrir que el Gobierno está usando un logo y un eslogan similares a los de ellos para impulsar sus propias políticas.
En una carta abierta al presidente, el equipo que ha venido coordinando la iniciativa ciudadana Todos por la Educación le pide a Santos “reconocer el valor de los procesos de movilización social y no utilizar el nombre del movimiento en forma que pueda confundir sobre la esencia del movimiento y nuestra independencia”.
Uno de los episodios que incomodó a los líderes de Todos por la Educación se presentó cuando la Presidencia de la República convocó a un hangout con el presidente utilizando el nombre del movimiento para promover la transmisión.
Paola Portilla, coordinadora general del movimiento, dice que además de esto el logo que está usando el Gobierno es muy similar, “generando confusión y afectando nuestra independencia”. Como se puede ver en la imagen, la estructura del logo que adoptó el Gobierno no difiere en casi nada del que crearon los jóvenes meses atrás.
Los líderes del movimiento recibieron correos y llamadas de voluntarios en el país que les reclamaban al pensar que el movimiento independiente se había fundido con las iniciativas del Gobierno.
“No podemos afirmar con un 100% de certeza que se están aprovechando de nuestra imagen, no podemos ser radicales, pero esto genera malestar. Ellos conocen muy bien quiénes somos. Y no lo pueden hacer bajo la excusa de que el presidente no puede conocer todo lo que va a salir”, comentó Portilla.
Pero esas son las diferencias de forma, porque el compromiso que firmó el presidente, subir un punto del PIB en el presupuesto para educación el primer año de su nuevo gobierno, tampoco se ha materializado, según los jóvenes. Si bien en el presupuesto para el próximo año el Gobierno ha contemplado un aumento para el sector, todavía está lejos de la promesa.
Portilla insistió en que el movimiento Todos por la Educación, que durante las pasadas elecciones logró que la educación se convirtiera en un tema crucial de la campaña, no obedece a ninguna filiación partidista y “busca construir a partir de los esfuerzos y las voces de las personas e instituciones que llevan la bandera de la educación, fijando metas concretas que se traduzcan en políticas públicas y generen transformaciones sociales”.
Entretanto, en entrevista con la agencia EFE, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, aseguró este fin de semana que el presupuesto colombiano en educación superará en 2015, y por primera vez en décadas, al de Defensa: “En más de 20 años, nunca habíamos tenido al sector social, y en particular a la educación, como número uno en materia de asignaciones presupuestarias. Esto refleja las nuevas prioridades”.
El presupuesto aprobado por el Congreso el 16 de octubre para el año próximo y que está pendiente de la sanción presidencial otorga a educación $29,4 billones (US$14.718 millones), 7,5% más que lo asignado para 2014, y supondrá un 3,6% del Producto Interno Bruto (PIB).
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