'El currículo escolar podría usarse para evitar el matoneo': investigadora de Uniandes

Juny Montoya Vargas, Doctora en Educación de la Universidad de Illinois, habla de cómo la inclusión de competencias éticas y ciudadanas en los planes de estudio pueden prevenir el abuso físico y psicológico.

Redacción iPad
07 de septiembre de 2016 - 07:24 p. m.
 Juny Montoya Vargas / Jhonatan Ramos- El Espectador
Juny Montoya Vargas / Jhonatan Ramos- El Espectador

Son constantes las quejas de los maestros frente a la falta de currículos escolares actualizados que pongan en tensión los contenidos académicos con la realidad del país: menos textos teóricos y más trabajo práctico; un número mayor de salidas de campo, más prácticas en los laboratorios, más contacto con las plantas y los animales, etc. Menos reflexiones bizantinas. ¿Qué poder tienen los maestros en transformar, modificar o implementar un plan de estudios al interior de las aulas y en las instituciones educativas universitarias? La investigadora y directora del centro de Ética Aplicada de la Universidad de los Andes, Juny Montoya lo cuenta en su más reciente libro ‘El campo de los estudios curriculares en Colombia’.  
 
¿Qué es un currículo? 
 
Hay que entenderlo como algo que va más allá de un plan de estudios o de unos documentos escritos que describen la secuencia de conocimientos que los estudiantes adquieren en su paso por un programa educativo. El currículo está conformado por todo el conjunto de experiencias educativas que viven los estudiantes en el contexto de las instituciones educativas. En general, puede decirse que son las experiencias planeadas por los educadores, pero también forman parte del currículo las normas y valores que se viven “de hecho” aunque no se planeen porque están implícitos en las prácticas cotidianas y son parte de la forma de ser de las personas y de las instituciones, conocida como el currículo oculto. 
 
¿Por qué es importante reflexionar sobre los currículos escolares y universitario?
 
Porque cada currículo es una forma concreta de responder a preguntas claves de la sociedad se hace como ¿qué es importante enseñar/aprender?, ¿cómo se debe enseñar? ¿para qué educamos a los estudiantes? ¿Cómo se debe evaluar el aprendizaje? ¿Cómo se debe relacionar la escuela o la universidad con el resto de la sociedad? Por ejemplo educación para el trabajo. 
 
¿Cuál es el papel que tienen los maestros de universidades y escuelas para definir los currículos universitarios?  
 
Este asunto tiene varias dimensiones: Por una parte, desde la ley general de educación, existe la autonomía curricular y, en principio los maestros deben tener amplia participación en la construcción curricular en su institución educativa. 
 
Y ¿en la práctica?
 
Parece que esa participación no es tan amplia ni tan eficiente, pero no se puede olvidar que es en el aula en donde de verdad se experimenta el currículo y allí los maestros tienen toda la voz del mundo. Cada uno, dentro de las limitaciones del contexto específico, es quien finalmente decide qué enseñar, cómo hacerlo, qué materiales utilizar, qué evaluar, qué es importante, qué se queda por fuera, etc. De ahí la importancia de que la participación de los maestros en la construcción del currículo a nivel institucional sea amplia y auténtica para que haya una verdadera apropiación del currículo y cuando se cierre la puerta del aula, el docente esté orientado al cumplimiento de los propósitos educativos de la institución y no a otros que pueden ser válidos para él pero que no han sido objeto de deliberación ni de consenso colectivo. 
 
¿Qué tanta autonomía tienen las instituciones educativas para definir sus currículos?
 
Mucha. Como ya mencionaba, desde la ley general de educación, toda.  Hay limitaciones como los estándares y lineamientos, pero estos no dejan de ser recomendaciones curriculares. 
 
¿Qué medidas ha tomado el Ministerio de Educación Nacional frente a este tema?
 
Recientemente el Ministerio ha publicado los “derechos básicos de aprendizaje” que no dejan de ser contenidos curriculares presentados con otro nombre porque legalmente no se puede imponer un currículo nacional, pero su obligatoriedad también queda en discusión bajo ese formato. Creo que la forma de intervención más efectiva que tiene un gobierno sobre el currículo en Colombia es a través de las pruebas del estado, ya que los exámenes SABER terminan definiendo las prioridades curriculares de los distintos colegios e incluso influyen en las universidades.
 
¿En qué lugar se encuentran los estudios sobre el campo de los estudios curriculares?
 
Pienso que en nuestro contexto se trata de un campo incipiente. Como documento en mi libro, durante muchos años el currículo ha sido objeto de una visión que desconfía de su valor educativo y sólo en los últimos años empiezan a aparecer trabajos que muestran el potencial de formas alternativas de pensar, construir y evaluar el currículo.
 
¿El currículo hace parte de la reflexión pedagógica?
 
Sí, necesariamente. El currículo responde de manera concreta algunas de las preguntas claves de la reflexión pedagógica, si no las más importantes.
 
¿El currículo puede ser usado para evitar el matoneo?
 
Sí. La inclusión de competencias éticas y ciudadanas de manera transversal en el currículo es una forma de dar respuesta desde lo curricular al problema del matoneo y en general a los problemas de convivencia, resolución pacífica de conflictos, etc.

Por Redacción iPad

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