El pasado lunes, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, anunció que el Gobierno Nacional presentará ante el Congrego un Acto Legislativo para agilizar, a través del fast track, el uso de regalías para la construcción de vías terciarias en las zonas que han sido más afectadas por el conflicto armado. Esto después de que el presidente Juan Manuel Santos le propusiera a los gobernadores descongelar recursos de las regalías, destinadas a ciencia y tecnología.
Concretamente Cárdenas habló de usar $1,3 billones para el programa 51/50, en el que se pretende construir 50 kilómetros de carreteras en 51 municipios, con el fin de cumplir con los acuerdos firmados para el posconflicto en La Habana, Cuba.
“Tenemos que garantizar el éxito de este proceso de paz, tenemos que garantizar la reincorporación rápida a la vida civil de casi 7.000 exguerrilleros. El país tiene la capacidad para hacerlo y para eso estamos poniendo todo el empeño y el esfuerzo”, dijo el ministro.
Sin embargo, la comunidad académica y científica ve con desconfianza y malos ojos este anuncio pues se trata de dinero que podría ser invertido en ciencia, tecnología e innovación, un sector que además se ha venido desfinanciando en los últimos años.
“Es una decisión muy infortunada con un mensaje negativo para el país: que las carreteras son más importantes que el conocimiento para el futuro y desarrollo de Colombia, y que el conocimiento aporta menos para el posconflicto que el cemento”, afirma Moisés Wasserman, profesor y ex rector de la Universidad Nacional.
Para el investigador, es una vergüenza que Colombia solo invierta el 0,23 % del PIB para la ciencia, tecnología y proyectos de innovación, más cuando el país desea entrar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), donde este indicador debe ser de al menos el 3 % y hay países como Israel y Corea que llegan al 5 %.
En una carta dirigida al presidente Juan Manuel Santos, el Consejo Académico de la Universidad Nacional de Colombia rechazó el anuncio y pidió que no se desviaran esos recursos, “pues no es apropiado ni deseable tratar de solucionar los problemas de infraestructura vial del país con los recursos destinados a resolver necesidades apremiantes que tiene Colombia en el contexto de paz, equidad y educación: fomentar la ciencia, la tecnología y la innovación como motores del desarrollo y la competitividad. Se necesita poner la ciencia, la tecnología y la innovación en el primer plano, si se desea consolidar la iniciativa de Colombia la más educada”, advierte el documento.
De ese modo, los anhelos del presidente de convertir a Colombia en el país más educado de Latinoamérica estarían cada vez más alejados de la realidad si la ciencia y la educación pública están desfinanciadas.