Publicidad

“Hay que educar a los políticos”: Premios Nobel

Un grupo de premios nobel le recordaron al mundo que sin inversión en investigación no se producen nuevas ideas. Países como Colombia deben promover el ingreso a la universidad.

Edwin Bohorquez Aya / Enviado especial Jerusalén
18 de agosto de 2015 - 02:25 a. m.

Pocas veces en el mundo académico media docena de investigadores, todos ellos ganadores del Premio Nobel, se sientan a conversar sobre el presente y el futuro de la investigación. Pocas veces, porque la mayoría viven inmersos, casi a diario, buscando respuestas, preguntando por lo que los demás pasan por alto. Y lo logró la Universidad Hebrea de Jerusalén, en Israel, la misma que fue creada por Albert Einstein. Los sentó en la misma mesa durante la inauguración de la World Science Conference (WSCI) para hablar de lo que se necesita para que más de ellos, incluso estudiantes de los primeros años de colegio, puedan hacer aportes sólidos a la sociedad.

Allí estaban, entre otros, Elon Lindenstrauss, Sidney Altman, Dan Schechtman, Harold Kroto, Roger D. Kornberg, Steven Chu y Arieh Warshel. Y todos, al unísono, le enviaron un mensaje a los políticos: “Hay que aumentar el apoyo a las ciencias”. Resumieron la gran preocupación de la academia y de las empresas en países en desarrollo como Colombia: “Tiene un gigantesco acervo emprendedor, investigador, que no recibe apoyo. Deben promover con fuerza el ingreso a la universidad. Pero el gran factor de todos es aquel en el que hay que educar a los políticos”.

Se referían al duro trabajo de convencerlos, como ya ha pasado en Estados Unidos y Canadá. “La tecnología, la innovación, el emprendimiento, la ciencia, la investigación sólo traen beneficios. Unos los reconocen, otros no. Hay que poner siempre ese debate sobre la mesa”. Sidney Altman, nobel de Química en 1989, fue más allá y advirtió que también hay que mirar el río desde la otra orilla para ver dónde hay que incentivar el trabajo educativo: “El alto porcentaje de las grandes ideas viene de las universidades y algunas pocas de la industria; eso lo dicen las estadísticas. No hay que olvidarlo”.

Había para más. Zhores Alferov, nobel de Física en el año 2000, especializado en heteroestructuras de semiconductores, considera que toda la fuerza investigadora depende de la política de gobierno de cada país, pero la homogénea, la ideal, debería gozar de fuertes centros y academias de aprendizaje en donde se trabajen énfasis científicos con los estudiantes. Eso debe llevar, sin consideraciones, a una labor de la comunidad científica y los ministerios designados.

Sin embargo, hay quienes tienen visiones distintas. Dan Schechtman, químico y nobel en 2011, cree que “educar a los políticos es caso perdido. La clave está en enseñar ciencia en los jardines infantiles y desde el primera grado. Física básica. Cosas elementales. Desarrollar a un país científicamente es un proceso prolongado”. Altman, sentado casi a su lado, recordó de nuevo el significado de la academia. “Uno de los estudiantes de mis doctorados se inició en la enseñanza de ciencia. Se dio cuenta de que la capacidad de los niños aumentaba comparada con los que no tenían esa posibilidad. Está comprobado que la capacidad aumenta si se les enseña desde los primeros años”.

La certeza, dicen estos genios, es que el científico aprende reparando cosas. “Ahora todos los dispositivos tecnológicos son fáciles de usar. Antes, para tomar una foto había que saber usar una cámara fotográfica. Lo intentabas, aprendías, fallabas y volvías a intentarlo”, expresó Harold Kroto, químico, encargado de la cristalización geométrica del carbono, quizá el nobel con más años del encuentro.

“¿Cómo se investiga?”, preguntó una estudiante. “Debes tomar un problema que parezca difícil de entender. Puede parecer complicado, pero ahí está la clave. Se trata de encontrar la solución”, respondió Arieh Warshel, nobel químico de 2013.

¿Y qué hay que tener para ser investigador del tamaño de estos personajes reconocidos con el Premio Nobel? “Si tiene lo básico de física y matemática, luego vendrá la práctica. Comenzar al contrario no es adecuado”, sentenció Steven Chu, físico, premiado en 1997 por su trabajo en enfriamiento y captura de átomos con luz láser.

Al final, como si se tratara de una clase básica para novatos, lanzaron varios mensajes: “Investigar es una decisión propia del ser humano. La debe tomar usted mismo, nadie más”, “la destreza la dan estudios como matemática y física”, “lo más importante es entender el cuerpo humano. Entenderán que para estudiarlo son necesarias todas las ciencias”. Y cerraron con una máxima hebrea: “No todo aquel que es tímido es aquel que aprende”. No hay que sentir vergüenza cuando se pregunta. Hay que entenderlo todo hasta el final y no sentirse satisfecho hasta que lo entienda.

*Fuente Latina invitó al periodista a este evento.

Por Edwin Bohorquez Aya / Enviado especial Jerusalén

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar