La pelota para educar

La fundación Mifalot de Israel ha trabajado durante 20 años para que las personas con habilidades limitadas o en medio del conflicto puedan aprender a través del deporte.

María Mónica Monsalve S / @mariamonic91
22 de junio de 2017 - 03:00 a. m.
El programa busca educar a través del fútbol a personas con limitaciones. / Cortesía: Mifalot
El programa busca educar a través del fútbol a personas con limitaciones. / Cortesía: Mifalot

Romina Salomón es entrenadora de fútbol, pero a diferencia de un entrenamiento regular, los suyos están cargados de reflexión y dialogo. Antes de empezar a jugar, Romina reúne a los jugadores para tratar algunos temas, como la desigualdad, el liderazgo o el bienestar. Luego viene el calentamiento, los jugadores se despliegan por la cancha y al final del partido hay una segunda charla sobre lo que se aprendió en la cancha.

Desde hace ocho años, los jugadores que Romina entrena son personas que tienen alguna habilidad limitada, ya sea porque tienen una capacidad cognitiva baja o una parálisis cerebral que ha restringido sus movimientos. Desde entonces, también, lo que ella ha comprendido es que la pelota tiene un poder de atracción que puede ser utilizado como una herramienta de educación.

A través del proyecto Juego de la Vida en la Cancha, la fundación israelí Mifalot busca educar y vencer la desigualdad por medio del deporte. “Nosotros trabajamos con poblaciones donde siempre cuesta conseguir la atención, entonces la pelota se convierte en la herramienta para lograr la atención de ellos”, comenta Romina, quien trabaja como instructora para educación especial de Mifalot y Proyectos Sociales.

Con sus alumnos, explica, se reúne usualmente una hora y media cada semana. Los entrenamientos pueden ser parte del currículo de algún colegio de niños con parálisis cerebrales o ser una actividad extra a donde llegan varias personas como parte de sus programas de terapia ocupacional. Lo importante es que los juegos que se realicen bajo este programa puedan ser adaptados a las necesidades que la población tenga.

El fútbol, por ejemplo, no siempre tiene que ser con los pies. “Como entrenador, uno debe encontrar cuáles son las habilidades que sí pueden utilizar para que sus músculos no se atrofien. Si no puedes estar de pie porque estás en una silla de rueda, entonces puedes empujar el balón con la mano. Ver la de satisfacción al meter un gol, no importa cómo, es algo que no tiene precio”, afirma la experta.

Durante las Olimpiadas Especiales Fides, Romina y Shuki Rajman, director de equipos directivos regionales Mifalot Educación y Proyectos Sociales, estuvieron capacitando a los entrenadores colombianos sobre estos juegos.

Equipos de árabes e israelíes

Si hay algo que ha tenido claro Mifalot, una palabra hebrea que traduce “fábrica de educación”, desde que se fundó hace 20 años, es que el poder de la pelota es trascendental. Por esto, además de trabajar con poblaciones especiales, Mifalot tiene otros programas, como “Conocer a mi vecino”, donde se buscan cambiar los paradigmas.

“Seis veces al año un grupo de niños palestinos vienen a Israel para jugar partidos de fútbol, pero no se enfrentan árabes contra israelíes, sino que los equipos se conforman por mitades”, explica Rajman. “El entrenamiento es igual que con otras poblaciones”, agrega Romina. “Hay conversaciones grupales y juego, pero si en algún momento hay un conflicto, verbal o físico, se frena todo. No se sigue y se habla de esto”.

Al día de hoy, Mifalot ha trabajado con alrededor de 100.000 personas en Israel y unas cuantas más en otras partes del mundo. Todo bajo una fórmula muy sencilla: la pelota, cuando es bien manejada, sirve para resolver problemas en vez de crearlos.

 

Por María Mónica Monsalve S / @mariamonic91

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