Lo absurdo de denunciar plagio en la U. Pedagógica

Una estudiante de pregrado, que copió páginas enteras de una tesis de maestría, tiene en aprietos a la profesora que calificó su trabajo. Su salario y su carga horaria fueron reducidos sin explicación. Directivas se negaron a responder.

Tatiana Pardo @Tatipardo2
15 de febrero de 2017 - 11:16 p. m.
Lo absurdo de denunciar plagio en la U. Pedagógica
Foto: ANDRÉS TORRES

Hace dos meses, Paulo Alejandro Quintero, máster en física médica y miembro del Centro de Control de Cáncer de la Clínica del Country, se enteró de que su tesis de maestría, presentada cinco años atrás para la Universidad Nacional de Colombia, estaba enredada en medio de una discusión académica y legal.

A través de una conversación vía WhatsApp, la estudiante de pregrado Íngrid Tole, que está a la espera de optar por el título de licenciada en Física de la Universidad Pedagógica, se contactó con él inesperadamente para contarle que la querían suspender entre seis meses y un año por plagio, cuando en realidad solo había sido un error de citación.

“Me asesoré con un abogado del Ministerio del Interior que me dice que yo falté al derecho de cita, por lo que me sugirió, para mi defensa, que pasara una carta suya en donde se dijera que usted conocía de la situación y no tenía problema en que yo utilizara su tesis”, dice la conversación. Luego Íngrid continúa contándole a Quintero que en la Pedagógica nadie la escucha, pero que ella está dispuesta a “realizar las correcciones específicas”.

Quintero, quien no estaba enterado de nada de lo que estaba pasando y obrando de buena fe, le dice que puede ayudarla siempre y cuando le envíe el documento final que presentó a los jurados para compararlo con su tesis de maestría y ver lo que ocurría.

Después de comparar ambos trabajos, Quintero le escribe que no le puede ayudar pues “hay párrafos idénticos a los míos. Por más ignorante o inocente en el tema, usted debió ser consciente de que estaba transcribiendo tal cual mi tesis. No le puedo dar una carta diciendo que yo autoricé. Lo siento”. De esta manera terminó la conversación.

Todo este embrollo empezó en diciembre del año pasado, cuando la docente de la Facultad de Física y jurado de la tesis de Íngrid, Carmen Fonseca, envió el formulario de evaluación exponiendo lo sucedido y su negativa a dejarla graduar bajo esas condiciones.

En dicha evaluación, la profesora Fonseca subrayó en tinta roja los párrafos, las imágenes, pies de fotos y páginas enteras, incluyendo la introducción, que fueron copiadas tal cual de la tesis de Quintero y de otros documentos.

“Considero que este trabajo no puede ser sustentado ni aceptado de ninguna manera como requisito para grado, dado que constituye un plagio y como tal debe ser tratado”, escribió Fonseca. “Dado que el trabajo se compone de tres capítulos, y en los tres se evidencia plagio, se configura suficiente motivo para no aceptar esta propuesta y proceder como establece el reglamento”, argumentó la profesora.

Según denuncia Fonseca a El Espectador, en reiteradas oportunidades se le pidió retractarse de la denuncia y se la “invitó” a llegar a un “consenso” con la estudiante y “evitar la aplicación del reglamento”. Después de eso, cuenta, intentaron excluirla de la Pedagógica y bajarle su carga horaria dentro de la institución, por lo que se considera víctima de “persuasión y acoso laboral”.

La Universidad Pedagógica lo único que hizo fue presionarme para dejar las cosas así con el fin de evitar la investigación y posibles sanciones. Como no acepté retractarme, se tomaron represalias contra mí. En concreto mi salario de este semestre es la mitad del anterior, pues fui desmejorada drásticamente en mi condición laboral. Resulta paradójico que quien salió castigada fue la persona que denunció el plagio, no quien lo hizo. Esto es absurdo e inaceptable”, remata la profesora Fonseca, quien es enfática en decir que ese es su real malestar: la actitud de la universidad.

El doctor Quintero, por su parte, envió una carta directamente a la Universidad Pedagógica, al Departamento de Física y a la Secretaría General, para poner en evidencia la situación con su tesis, llamada Estudio in-vitro de la supervivencia de células tumorales irradiadas con un acelerador lineal de uso clínico, presentada en 2012, y solicitando también información sobre el proceso interno en el que se encontraba su caso.

“En mi concepto, lo que se hizo fue una copia parcial y textual de mi tesis”, advierte Quintero. “La idea de una monografía es referenciar distintas fuentes bibliográficas y contar con sus propias palabras lo que entendió, pero ella utilizó mis palabras como suyas y ni siquiera tuvo la decencia de citarlas. Es una falta de respeto”, le dijo a este medio.

La respuesta que recibió días después por parte de la universidad es que aún no se le podía notificar nada, dado que “no se obtuvo el quórum porque el representante de profesores y suplente se declararon impedidos. Una vez se complete el quórum, se iniciará la indagación y verificación de las faltas a las que haya lugar”. A la fecha, no se ha avanzado en nada y Quintero no ha obtenido ninguna respuesta aclarando lo sucedido. Al parecer, los tiempos le jugaron en contra, pues los profesores salieron a vacaciones después de la denuncia.

Lo más curioso de todo, dice la profesora Fonseca, es que esas represalias podrían estar relacionadas con otro hecho: la dirección del Departamento de Física le pidió reportar unas notas de estudiantes que nunca asistieron a su clase.

Eran notas aprobatorias de 45, 46 y 50 en la asignatura Electromagnetismo II, a cinco estudiantes del programa de Amnistía que no asistieron ni presentaron las evaluaciones y trabajos de mi curso. Que ni siquiera conocía. ¿Por qué solicitarme digitar unas notas sobre las cuales yo no tenía ningún soporte, induciéndome a incurrir en una falta?”, se pregunta Fonseca.

El Espectador habló directamente con la directora del Departamento de Física, Rosa Pedreros, quien se negó rotundamente a dar explicaciones sobre ambos casos. Lo mismo ocurrió con la estudiante involucrada en el presunto plagio, quien prefirió guardar silencio al respecto.

Sin embargo, el secretario general de la Pedagógica, Helberth Choachí, aseguró que la profesora Fonseca siempre ha recibido una excelente calificación por parte de sus estudiantes y nunca ha recibido quejas relacionadas con sus clases o comportamiento dentro de la institución. Además, dice, los cursos que ella dictaba no se han cancelado y todavía está la oferta de los estudiantes, pues son materias necesarias dentro de la carrera, no electivas.

“No hay ninguna razón para que a la profesora se le reduzca su carga horaria y por ende su salario”, advierte Choachí. “Es una profesora muy comprometida con la universidad, por lo que no es normal que se contrate a una profesora externa para quitarle la carga académica a una que ya está. Normalmente se vela por garantizar la condición de permanencia. Este es un caso particular”.

Fonseca antes dictaba Electromagnetismo I y II, Física estadística y seminarios de investigación. Este año su carga horaria pasó de 17 horas a tan solo 7, sin explicación aparente.

“Irregularidades pasan todos los días y en todas las instituciones”, dice Fonseca. “Pero lo que sí es absurdo es que la medida correctiva de la universidad sea deshacerse de mí tras negarme a actuar indebidamente en los dos casos. Espero se haga justicia”, pidió la profesora.

Por Tatiana Pardo @Tatipardo2

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