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¿Por qué a Manizales le fue menos mal en las pruebas Pisa?

Hace 10 años empresarios y políticos comenzaron a transformar la manera como se enseñaba en los colegios públicos de esa ciudad. Lograron que a 12.000 alumnos no les diera pereza ir a clase.

Angélica María Cuevas Guarnizo
10 de diciembre de 2013 - 06:15 a. m.
En los colegios con la metodología “Escuela activa”, las clases  se reciben en mesas redondas. / Fundación Luker
En los colegios con la metodología “Escuela activa”, las clases se reciben en mesas redondas. / Fundación Luker
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Cali, Bogotá, Medellín y Manizales. Estas cuatro ciudades eligieron, de manera voluntaria, ser evaluadas por las pruebas internacionales Pisa 2012 y, aunque el diagnóstico sobre la calidad de sus modelos educativos está muy cerca de los bajos resultados obtenidos por el grueso de los estudiantes colombianos, hay un caso que llama la atención: en las cuatro competencias evaluadas la capital de Caldas obtuvo los puntajes más altos (ver gráfica).

La historia detrás de las cifras comenzó hace por lo menos 10 años. La Fundación Luker, motivada por el programa estatal “Escuela nueva”, —que desde los 80, con el apoyo del gremio cafetero, trabajaba por mejorar la calidad de las escuelas rurales de Caldas— le propuso a la Alcaldía local apoyar una iniciativa dirigida a los colegios urbanos.

En 2003, las brechas entre instituciones públicas y privadas eran evidentes, las tasas de deserción revelaban que muchos estudiantes renunciaban al colegio por falta de motivación frente al modelo de enseñanza tradicional y había que actuar frente a la calidad de la formación de maestros y rectores.

El programa “Escuela activa urbana” pretendía poner a Manizales a hablar de educación y remediar estos problemas capacitando a los maestros en estrategias pedagógicas más efectivas, trabajando con los padres de familia e incentivando los debates en el aula.

Allí propusieron que las hileras de clase fueran reemplazadas por mesas de trabajo donde se reunieran equipos de seis personas a resolver los problemas planteados por los maestros. El profesor no impondría más lo que se debía o no aprender, sino que el conocimiento sería una construcción conjunta.

“Al principio fue difícil porque la gente confiaba poco en una alianza público-privada. Los sindicatos se opusieron, decían que se quería privatizar la educación y cuando comenzamos a hacer las visitas a las aulas, para evaluar los desempeños de los maestros, ellos se molestaban, preferían no ser examinados. Pero ahora los maestros agradecen las capacitaciones, y la deserción en los colegios donde se ha puesto en marcha el programa es menor que el promedio de Manizales”, dice el director de “Escuela activa”, Álvaro Maya.

Se estima que el 7,5% de los estudiantes que ingresan a una escuela pública de Manizales se retiran antes de que se termine el año, y la cifra para los colegios de “Escuela activa” no supera el 3%. Los indicadores de repitencia también son más bajos en los colegios de la alianza.

De las 57 instituciones públicas de Manizales, las 16 rurales se benefician de la “Nueva escuela”, mientras que a 11 colegios urbanos ha llegado el programa “Escuela activa”. “El próximo año subiremos a 15. No sólo estamos formando mejores estudiantes, sino mejores ciudadanos. Motivamos su liderazgo y su autonomía. En las aulas los alumnos eligen quién será su presidente, el líder del comité de salud o de periodismo, el colegio también es un ejercicio de democracia. Pero todavía queda mucho por hacer, aunque tenemos los resultados más altos en las pruebas Pisa para Colombia, seguimos estando muy por debajo del promedio mundial”, dice Santiago Isaza, director de educación de la Fundación Luker, líder de la alianza que beneficia a 470 profesores y 12 mil estudiantes.

Unido al cambio de mentalidad que promovió este programa, el secretario de Educación (e) de Manizales, Luis Ángel Gómez, asegura que el compromiso de la ciudad por implementar las políticas educativas del Ministerio, como el programa “Todos a aprender” y el “Plan Nacional de Lectura” han logrado que las familias pongan la educación en su lista de prioridades.

En julio, luego de dos años de trabajo, la Alcaldía terminó de construir el “Plan Maestro de Educación Manizales 2032”, con el que proyecta entregarles más formación a maestros y directivos, convertir a las instituciones públicas en bilingües, multiplicar los semilleros de investigación orientados por las universidades y fortalecer las competencias laborales de los alumnos.

Pero en estos años la sociedad civil no se ha quedado quieta. En octubre de 2011 el comité “Estoy con Manizales” instaló en toda la ciudad urnas para que los interesados votaran porque la educación fuera un asunto prioritario. Se consiguieron 99.205 votos. Una suma bastante representativa, teniendo en cuenta que la ciudad tiene una población cercana a los 400 mil habitantes.

¿Qué decía la papeleta que estas personas depositaron en las urnas?: “Yo me comprometo a hacer de la educación lo más importante en mi familia y mi ciudad, y voto para que su calidad sea la prioridad en las acciones públicas y privadas como motor del desarrollo equitativo en Manizales”.

acuevas@elespectador.com

@angelicamcuevas

Por Angélica María Cuevas Guarnizo

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