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Objetivo: niñez educada

Con este texto publicado en el popular periódico digital ‘Huffington Post’, la cantante barranquillera hizo un llamado a políticos, filántropos y público en general para que trabajen juntos por la formación de todos los niños.

Shakira Mebarak
10 de agosto de 2013 - 09:00 p. m.
A través de su Fundación Pies Descalzos, Shakira apoya la educación de 6.000 niños. / Archivo Fundación Pies Descalzos.
A través de su Fundación Pies Descalzos, Shakira apoya la educación de 6.000 niños. / Archivo Fundación Pies Descalzos.

Con el paso del tiempo y gracias a mi carrera artística he logrado ser un personaje público y eso me ha dado acceso a poder desarrollar desde muy joven mi gran pasión por los temas de la educación. Nací y crecí en Colombia, un país con permanentes conflictos, pobreza y desigualdades sociales. En Barranquilla, mi ciudad natal, parecía que muchos en mi entorno ya tenían su futuro predeterminado: los que nacían pobres irreversiblemente morirían pobres, porque no tendrían acceso a la educación. Lamentablemente esto sigue siendo una realidad tanto en Colombia como en Latinoamérica y el mundo en desarrollo.

A través de mis ojos de niña supe que aquellos chicos, viviendo en la calle con poca esperanza, eran una realidad vergonzosa. Esa indignación fue el impulso que me inspiró a crear mi Fundación Pies Descalzos cuando cumplí 18 años y logré mi primer éxito musical que me permitió empezar a trabajar para cambiar esta situación.

Junto con María Emma Mejía, exministra de Relaciones Exteriores de Colombia, iniciamos el camino para cambiar esa verdad que parecía inexorable. Comenzamos a recaudando fondos y despertando conciencia en colaboración con los gobiernos locales y otros filántropos, construyendo escuelas y centros comunitarios. Hoy ofrecemos educación de calidad para más de 6.000 niños y niñas. Diseñamos programas de alimentación para que nuestros alumnos puedan aprender mejor y sin hambre, y para que sus padres se sientan motivados a inscribirlos en la escuela y a que terminen su educación.

Después de 11 años dedicando mi tiempo a la educación primaria y secundaria, me convertí en una estudiante con una curiosidad enorme respecto a los desafíos que presentaba el objetivo de proveer una educación universal, procurando entender las mejores estrategias para trabajar con los niños que viven en zonas de conflicto y pobreza extrema.

Entendí que la labor en la educación no es solamente filantropía, sino una inversión en el ser humano. Descubrí que se nos dificultaba el trabajo cuando intentábamos educar a niños que no contaban con la alimentación adecuada. Fue entonces cuando decidí ampliar mis esfuerzos con la Fundación Alas, solicitando el compromiso de los gobiernos en toda Latinoamérica para hacer la educación, en particular la educación temprana, una prioridad en las agendas de sus países, y hemos expandido nuestro alcance hasta Brasil, México, Argentina y América Central.

Defendemos la tesis de que educando a los niños en sus primeros años aumentan las probabilidades de éxito en su vida adulta, y esto eventualmente hace que las sociedades sean más competitivas. Recientemente me ha inspirado la escuela de pensamiento llamada filantrocapitalismo, que es la práctica de aplicar los principios de negocios a la filantropía y recurrir al sector privado para contribuir donde los gobiernos ya no alcanzan. Porque la educación es tanto una inversión como un deber, y una parte integral de una estrategia que juega un rol imprescindible en determinar cómo gastar cada centavo y hacer que cada esfuerzo tenga repercusiones que perduren.

El filantrocapitalismo me ha enseñado que al resolver el problema social de la educación, no solamente produciremos trabajadores más calificados para las próximas décadas. Lo que a primera vista parece ser caridad, al mirarlo de cerca es simplemente un buen negocio, porque varios estudios académicos han demostrado que invertir en educación es una de las inversiones más sólidas que uno puede hacer. Por cada dólar invertido en la educación básica de un niño, 17 dólares se devuelven al Estado a lo largo de su vida.

Unos de los empresarios más innovadores del mundo, Bill Gates, ya entiende esto; de hecho, mejorar el sistema educativo de su país es el eje central de su Fundación. Empresarios como Gates, y mis queridos amigos y socios Howard Buffett y Alejandro Santo Domingo, han reconocido que involucrar al sector privado en el tema de educación puede tener un impacto directo en el estatus económico de un país.

En mi nuevo rol de madre, además de poder sentir un amor único e irrepetible que es también fundamental en la base del crecimiento de un niño, veo a través del desarrollo de mi hijo la posibilidad de reflejar mi trabajo todos estos años. Como madre me encuentro en un estado de asombro permanente viendo cómo mi hijo absorbe todo en su entorno con una velocidad increíble. Los primeros cinco años de vida es la etapa en que el cerebro se desarrolla con una rapidez inigualable por el resto de la vida. De hecho, el 85% de la estructura básica del cerebro de un niño está determinado a la edad de 4 años.

Cuando yo miro a Milan veo posibilidades infinitas. Siento lo que creo que todos los padres del mundo sienten y esperan para sus hijos: una determinación de asegurarnos de que su futuro sea aún más promisorio que el nuestro. Sin embargo, mi trabajo, nuestro trabajo, está lejos de cumplirse.

Mi esperanza es que los que lean este escrito estén inspirados para buscar su manera de contribuir para mejorar el futuro de nuestros niños a través de la educación. Puede ser ayudar a educar a los padres, apoyar a aquellos líderes que han trabajado por el progreso de la educación o aspirar a ser uno de aquellos empresarios que ven una inversión en la educación como una innovación.

Siento de corazón que con abordar el tema a través de esfuerzos combinados de los sectores públicos y privados, a nivel de comunidad con campañas locales y ciudadanos activistas, llegaremos por fin a ser una sociedad en la que la desigualdad en la educación será un mero capítulo cerrado en los libros de historia que leerá mi hijo.

La Fundación Alas en Latinoamérica

La Fundación América Latina en Acción Solidaria (ALAS) nació en el año 2006 como un movimiento liderado por destacados líderes latinoamericanos (empresarios, artistas e intelectuales) preocupados por el bienestar y desarrollo de los niños y niñas menores de cinco años en situación de vulnerabilidad en América Latina y el Caribe.

ALAS fue fundada como organización sin ánimo de lucro en Ciudad de Panamá, donde en la actualidad se encuentra ubicada la sede administrativa y financiera, en la histórica Ciudad del Saber.

La fundación ha tenido participación en proyectos que brindan servicios de alta calidad a 6.000 niños y niñas.

Becas  de biodiversidad Alejandro Ángel Escobar

La Fundación Alejandro Ángel Escobar anunció esta semana la apertura de la II convocatoria 2013 de las Becas Colombia Biodiversa.

Estas becas están dirigidas a estudiantes de diferentes programas académicos cuyas tesis de pregrado o maestría giren en torno a la conservación, conocimiento y uso sostenible de la biodiversidad colombiana.

La convocatoria está abierta desde el 29 de julio y se cierra el 11 de octubre. Los interesados pueden acceder a las bases y el formulario de inscripción en www.faae.org.co.

Este fondo de becas fue establecido por Adriana Casas Isaza y Cristian Samper Kutschbach en junio de 2002. Con ocasión de su matrimonio solicitaron a sus amigos y familiares que su regalo fuera un aporte a este fondo, con el fin de promover la formación de investigadores sobre la biodiversidad de Colombia. Desde entonces el fondo ha recibido aportes de más de un centenar de personas.

Por Shakira Mebarak

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