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Esto después de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, anunciara que expandirá la “Milicia Nacional Bolivariana a 500 mil milicianos y milicianas con todos sus equipos” con miras a, luego, llegar a “un millón de milicianos y milicianas organizados, entrenados y armados para defender la paz, la soberanía y la independencia de la patria”.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, respondió que Santos no tiene “nada de qué preocuparse” . “Quiero, con mucho respeto, recordarle al presidente Santos, que anda preocupado por las milicias venezolanas, que de ahí salió la espada que le daría la libertad no solo a Venezuela, sino también a Colombia y a la patria grande” , sostuvo la canciller, en entrevista con VTV.
“El hecho de que el gobierno venezolano haya anunciado que va a armar a 500 mil personas para que defiendan la revolución, no siendo parte de un ejército regular, es una cosa anormal en cualquier parte del mundo y, naturalmente, eso afecta”, dijo el excanciller Julio Londoño, en entrevista con este diario.
“No solamente hay un riesgo de una violación masiva de los derechos en Venezuela, sino que ciertos países, y especialmente Colombia, se sentirán muy afectados dada la situación interna que se presenta en Venezuela” . Según él, el secretario general de la ONU “puede mandar un enviado especial pero, para que algo tenga efecto, no es simplemente que el secretario general de la ONU intervenga”.
Guterres no se ha pronunciado. Apenas lo ha hecho la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Su portavoz, Rupert Colville, dijo el pasado 18 de abril que lo “que se necesita en este contexto de conflicto es que la tensión se apacigüe, no que se incremente, y cuantas más armas en la calle, más posibilidades de que puedan ser usadas. Dar armas a los civiles implica muchísimo riesgo”.
Para el excanciller Londoño, “el gobierno de Colombia, el presidente de la República, la ministra de Relaciones Exteriores y el ministro de Defensa han actuado de una forma objetiva y prudente” respecto a la crisis que se viene presentando en el vecino país.
Y dijo que en estas semanas se ha hecho evidente que la presión internacional sí funciona. “Desde que el gobierno de Venezuela manejó y manipuló la quitada de poderes a la Asamblea Legislativa, se levantó, en el mundo entero, una ola de reacciones en contra, no solamente por parte de los países miembros de la OEA, sino también de la Unión Europea, de Estados Unidos, de otros estados, que obligó, en última instancia a que la medida que se había adoptado fuera derogada”.
La oposición venezolana ha dicho que la presión internacional es parte esencial de su estrategia. El gobierno venezolano dice que se está preparando una intervención. ¿Y el mundo? Mira.