Cuba, de vuelta al pasado con las medidas de Trump

En su empeño por borrar todo lo que hizo Barack Obama, el presidente estadounidense propuso negociar un nuevo acuerdo con la isla porque el que está “no ayuda a los cubanos y enriquece al régimen”. Dijo que hará respetar el embargo.

El Espectador
17 de junio de 2017 - 03:00 a. m.
Cubanos siguieron el discurso del presidente Donald Trump, en el que anunció su política hacia la isla. / AFP
Cubanos siguieron el discurso del presidente Donald Trump, en el que anunció su política hacia la isla. / AFP
Foto: AFP - STR

En el Teatro Manuel Artime de Miami, un lugar que lleva el nombre de uno de los líderes de la brigada 2506 de bahía de Cochinos, cuyos veteranos le ofrecieron a Donald Trump su respaldo en octubre pasado, el presidente de Estados Unidos anunció la revisión de la política de Barack Obama hacia Cuba. "A partir de ahora, estoy cancelando completamente el acuerdo unilateral con Cuba", dijo Trump. 

En un nuevo intento por desmontar el legado de su antecesor (ya lo hizo con el Obamacare y el Acuerdo de París, entre otros asuntos), el mandatario dijo que “cambiará significativamente la política estadounidense hacia Cuba”.

Analistas consultados por El Espectador explican que no se trata de la reversión del histórico acercamiento promovido por Obama sino de una revisión y el endurecimiento de algunas políticas que se comenzaron a implementar en La Habana.

Trump anunció que se “restringirá muy robustamente el flujo de dólares estadounidenses a los servicios militares, de seguridad y de inteligencia de la isla, y dará pasos concretos para asegurarse de que las inversiones de empresas estadounidenses fluyen directamente al pueblo”.

Agregó que su gobierno implementaría la prohibición del turismo y haría respetar el embargo. Los cambios anunciados por la Casa Blanca incluyen la prohibición de los viajes individuales para hacer contactos con el pueblo cubano, conocidos en inglés como people to people travel, y la posibilidad de auditoría a todos los estadounidenses que visiten Cuba para comprobar que no violan las sanciones de Estados Unidos.

“No levantaremos las sanciones a Cuba hasta que todos los prisioneros políticos sean libres, todos los partidos políticos estén legalizados y se programen elecciones libres y supervisadas internacionalmente”, agregó Trump. Una posición que, según el portal Politico, se acerca más a la línea dura de algunos republicanos cubanoamericanos, quienes arremetieron contra la política de Obama por considerarla una capitulación ante el régimen comunista de la isla.

Esto es lo que cambia 

“Ha nacido una nueva política. Doy por cancelado el acuerdo de Obama”, gritó Trump entre aplausos enardecidos del anticastrismo de Miami. Pero esa verborrea tiene sus límites en la práctica, como explican expertos a este diario: anunció que la Embajada de La Habana sigue abierta, no se prohíben los vuelos comerciales ni los cruceros y tampoco se restituye la política de pies secos, pies mojados que permitía a los cubanos entrar sin visa en EE. UU.

En Cuba dicen que Trump ha sido mal aconsejado sobre su política hacia la isla. Que son unos pocos legisladores de origen cubano los que van en contra de los deseos de la mayoría de estadounidenses. Y están en lo cierto. De acuerdo con una encuesta realizada por Engage Cuba, el 64 % de los votantes republicanos apoyan mantener los cambios que efectuó Obama, pero el 55 % de los congresistas republicanos apoyan mantener el embargo.

Fue el senador de la Florida Marco Rubio quien ayudó a elaborar los cambios propuestos por Trump, con el aporte del representante por Miami Mario Díaz-Balart. Dos de las voces más radicales sobre Cuba.

“El gobierno de los Estados Unidos anunció cambios que dañarán a los cubanos comunes, dañarán la imagen de EE. UU. y harán que sea más difícil para los estadounidenses hacer negocios y viajar a algún lugar que quieran ir”, analizó The Atlantic.

Ben Rhodes, uno de los principales negociadores con Cuba durante la administración Obama, le señaló a Efe que los cambios de Trump devuelven la relación a “la prisión del pasado” y suponen “una oportunidad para que el castrismo se aferre más al poder”.

Raúl Castro fue ratificado en la Presidencia de Cuba por la Asamblea Nacional el 28 de febrero de 2008 (la asumió en 2006, cuando Fidel Castro se retiró por enfermedad) y en ese momento aseguró que sólo ocuparía el cargo durante dos mandatos de cinco años cada uno. Castro, de 86 años, se retirará del poder en febrero de 2018.

El senador Rubio calificó, en el periódico Miami Herald, la nueva política como un intento estratégico a largo plazo para obligar a los veteranos oficiales militares y de inteligencia cubanos a aflojar su control sobre la economía de la isla, a medida que una generación más joven de líderes comunistas se prepara para hacerse cargo. Pero pocos coinciden con él y dicen que el regreso a una política fallida sólo afecta al pueblo cubano y responde a una dinámica netamente electoral. “Trump está cumpliendo su promesa de campaña”, señaló Modesto Castaner, excombatiente de la bahía de Cochinos.

Por El Espectador

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar