Diane Rodríguez y la odisea de ser trans, política y mamá

Es la primer trans en ser elegida popularmente como diputada en Ecuador. Conoció a su pareja por redes sociales y está revolucionando la forma de hacer política en el vecino país. Esta es su historia.

Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto
14 de junio de 2017 - 04:53 p. m.

Este miércoles se cumple un mes de un día histórico para la comunidad LGBTI en América Latina. El 14 de mayo de 2017 Diane Rodríguez se convirtió en la primera mujer trans en posesionarse como diputada en la Asamblea Nacional de Ecuador. “Disfruté de ese momento. No permití que nada ni nadie pudiera quitarme la alegría de ese día”, dice Diane -  antes Luis - en diálogo con El Espectador.com.

Dieciséis años atrás la historia no era tan feliz. Su padrastro, luego de enterarse de su condición sexual, y después de un violento altercado, le pidió que se fuera de la casa. "Fue una escena horrible y espantosa", recuerda. Es un episodio del que evita dar muchos detalles. "Hubo mucho llanto. Parecía como si mi mamá estuviera llorando mi muerte". Lea también: Gobierno de los LGBTI se creció

El simil no está muy lejos de la realidad. Ese día empezó a morir un hijo y empezó a nacer una hija.

Diane Rodríguez y la odisea de ser trans, política y mamá

Para sobrevivir se dedicó al trabajo sexual.  Fueron varias las noches en las que deambuló por las calles de Guayaquil. "Fue una experiencia fea. Lo suficientemente traumática para darme cuenta que ese no era el estilo de vida que quería llevar. Sin embargo, respeto a las personas que tienen ese trabajo".

No pasó mucho tiempo para que su madre la buscara de nuevo. Le abrió las puertas de la casa pero con condiciones.  “Regresé y ella intentó ‘deshomosexualizarme’ porque hasta ese entonces era un chico aparentemente gay. Me envió con los testigos de Jehová, con los mormones y finalmente fui obligada a ir a la iglesia católica todos los días para curarme".

La "curación" no sirvió. El efecto fue adverso. Nació una activista juvenil trans con abuelos afro y con un padre pescador. “Una mezcla que provocó un choque. Si hubiese sido una transexual blanca, rubia o teñida, no hubiese sido tan incómodo para muchos”. Quizá, dice ella, las cosas hubieran sido más fáciles y su odisea menos tormentosa. 

Diane inició su vida en el activismo a los 18 años en diferentes fundaciones. En el año 2000, junto a otros grupos activistas juveniles, participó en la creación de la primera propuesta de ley de la juventud. Insultos, insinuaciones sexuales y amenazas de muerte estuvieron a la orden del día. 

Pronto entendió que ser activista no sería suficiente si quería lograr la reevindicación de los derechos de la población LGBTI.

"Ser activista es un plus. Es un complemento, pero no es lo único. Si el objetivo es cambiar las cosas hay que pasar del activismo, al estudio de las políticas públicas y prepararse para asumir cargos de poder popular".

En 2013 se convirtió en la primer mujer trans en aspirar a un cargo público en Ecuador. Intentó con el Movimiento Ruputra 25 llegar a la Asamblea Nacional. No lo logró. "Pese a que había más trans que tenían ganas de aspirar al cargo, ninguno se atrevió. Eso fue muy triste", dice.

No fue una derrota. Siguió estudiando Gobernabilidad y Gerencia Política en la Universidad Católica de Guayaquil y cuatro años más tarde, después de derrotar incluso sus propios demonios, llegó por la puerta grande al lugar en el que se legisla en Ecuador. 

"El movimiento Alianza País, al que pertenezco, ofrece una persepectiva diferente. Era muy común que cualquier tarado llegara al poder, solo con tener contactos dentro del Estado, tener dinero, ofrecer colchones o camisetas se ganaba el voto, pero con el gobierno de la Revolución Ciudadana (liderada por el expresidente Rafaél Correa) muchos maduraron políticamente en Ecuador", asegura.

Fui elegida porque la gente está asqueada de la política tradicional

Diane no se victimiza. Prefiere pensar en lo que hace falta trabajar para seguir peleando por los derechos que le pertenecen a la comunidad LGBTI. "No vamos a llegar a los espacios de poder generando lástima. Tenemos que ganarnos las cosas trabajando, estudiando, capacitándonos".

 

 

“Voy a ser mamá, mi novio está embarazado” 

Con este trino escueto, pero contundente, Diane Rodríguez le contó al mundo que iba ser mamá. Nueve meses después, el 20 de mayo de 2016, Fernando Machado, su pareja, dio a luz. La noticia le dio la vuelta el mundo. 

La situación era confusa. Pero ellos lo tuvieron muy claro. Diane decidió no hacerse ninguna operación para quitarse el pene. Lo propio hizo Fernando, que nació siendo mujer. Fue una concepción 100% biológica, 100% legal; 200% feliz.  Se habían conocido unos meses atrás por medio de las redes sociales. 

"Creo que la ciencia aún no ha trabajado lo suficiente con respecto al tema de la transexualidad. Si yo hubiera pensado en esto antes es probable que no hubiese intervenido mi cuerpo y ni siquiera me hubiera puesto mamas (...) “Es como otro mundo, y dentro de ese mundo se configura la diversidad sexual”, explica Diane. 

Fernando, su pareja, también habló del tema en su momento.  “Quiero compartir con ustedes la noticia que me desbordó de felicidad. Estoy embarazado de mi novia Diane. Tengo un vientre maravilloso que es la cuna donde crece día a día nuestra bendición. Soy el papá más feliz que existe y ella la mejor mamá, la mujer más bella”, escribió. Desde ese momento en que empezaron a ver a su hijo en las ecografías, muy chiquito, le pusieron el apodo “Caraota”, que en Ecuador significa “frijol”.

Por Joseph Casañas. Twitter: @Jcmentefacto

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