El “Cristo de lo robado” en Perú

Se trata de una estatua similar al Cristo de Corcovado en Rio de Janeiro. Se llama Cristo del Pacífico y fue construido en tiempos de Alan García y pagado por la constructora brasileña hoy centro de un megaescándalo de corrupción en América Latina.

Redacción Internacional (AFP)
10 de febrero de 2017 - 08:41 p. m.
El Cristo del Pacífico, o "Cristo de lo Robado", como lo llaman los peruanos, fue "regalo" de Odebrecht. / AFP
El Cristo del Pacífico, o "Cristo de lo Robado", como lo llaman los peruanos, fue "regalo" de Odebrecht. / AFP

Durante su presidencia, Alan García, quien gobernó Perú entre 2006 y 2011, se preciaba de su amistad con el patriarca del grupo Odebrecht, Norberto Odebrecht, el hombre de ancestros alemanes que en 1944 funda en Salvador, Bahía (Brasil) la empresa que da origen al emporio constructor. En esa época, la empresa brasileña ya tenía varios negocios en América Latina. En varias oportunidades, su hijo, Marcelo Odebrecht -condenado por la justicia brasileña a 19 años de prisión en el marco de la Operación Lava-Jato, que investiga la trama corrupta dentro de Petrobras- fue recibido en varias oportunidades por Alan García en el palacio de Gobierno.

Esa linda amistad dio varios frutos, algunos de los cuales empiezan a salir a la luz pública por cuenta del caso Odebrecht, el caso que destapa una red de sobornos en América Latina por cifras astronómicas. La investigación amenaza con arrasar a varios políticos peruanos, entre otros, al expresidente Alejandro Toledo, quien este viernes se convirtió en “uno de los hombres más buscados” del Perú y por quien el gobierno de ese país ofrece una recompensa de $30.000 dólares. Al parecer habría recibido 20 millones de dólares de parte de la constructora brasileña para ganar la licitación de la construcción de la carretera interoceánica, que une a Perú y Brasil, aunque el expresidente lo niega.

Otro ejemplo que hoy comienza a levantar duras voces de protesta en Perú es el Cristo del Pacífico, una estatua que mide 37 metros y emula al Cristo de Corcovado de Río de Janeiro. Resulta que este monumento fue donado por Odebrecht a Perú. Nada criticable si no se supiera hoy que dicha empresa pagó millonarios sobornos para ganar obras públicas. Es más cuando se entregó la megaobra (el Cristo), Odebrecht se alistaba para inaugurar la Línea 1 del Metro de Lima, una obra por la que la constructora brasileña pagó 7 millones de dólares en sobornos. El Cristo fue inaugurado en 2011, poco antes de que García terminara su presidencia.

“Es un Cristo similar al de Corcovado, al que he denominado Cristo del Pacífico. Congregué un grupo de amigos y empresas y también he puesto mis ahorros, porque quisiera que sea una figura que bendiga al Perú", decía conmovido Alan García. El Cristo demandó una inversión de más de 800.000 dólares, fue financiado mayoritariamente por Odebrecht. García donó 30.000 dólares de sus recursos. Ubicado en lo alto de un cerro y muy poco visitado, salvo en Semana Santa, el monumento no exhibe placa alguna que señale que fue una donación de Odebrecht.

“Odebrecht, fuera del país”, “Alan Culpable” son algunos escritos que se leen en la base de la estatua blanca cubierta del ollín típico de la contaminación limeña. A un lado está aún el altar de cemento donde el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, inauguró el Cristo.

Algunos llaman a la estatua como el "Cristo de lo Robado" y la califican como un monumento a la corrupción. En las redes sociales, muchos usuarios han pedido que sea derribado, aunque se trata de una opción poco probable en este país de fuerte arraigo católico. "Dado que el Cristo fue donado por Odebrecht, es inaceptable que esa figura este allí, continúe ahí y no se diga nada del asunto. Aunque no se decida sacar al Cristo, sí se debe generar una reflexión sobre este asunto", comentó a la AFP el director de la ONG Proética, Walter Albán.

La constructora Odebrecht admite que pagó en Perú 29 millones de dólares para ganar contratos entre 2005-2014, período que comprende los gobiernos de Alejandro Toledo, García y de Ollanta Humala.

Por Redacción Internacional (AFP)

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