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Las tensiones migratorias en Europa están subiendo otra vez. Aunque, entre otros tratos, el acuerdo de la Unión Europea y Turquía de 2016 había logrado frenar la llegada de migrantes al continente desde su punto más alto en 2015, los factores causales de la inmigración irregular todavía existen y el asunto sigue siendo una prioridad de la UE.
Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), ciertos países mediterráneos han sido cargados con gran parte de la responsabilidad en el asunto por su localización geográfica. Hasta ahora en 2018, 12.219 migrantes han sido acogidos por España, 15.345 por Italia y 12.065 por Grecia.
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La presión asumida por estos países se vio reflejada en la emotiva historia del barco Aquarius. El nuevo gobierno italiano rechazó el barco que llevaba a 629 personas, incluyendo 100 niños, una decisión que el presidente francés Emmanuel Macron calificó de “egoísta e irresponsable”. Finalmente, Pedro Sánchez, el nuevo primer ministro español afirmó que su país acogería a los migrantes. El ministro del Interior italiano y también líder del partido ultraderechista La Liga, Matteo Salvini, celebró el resultado final de la disputa como una “victoria”. Ayer, un nuevo barco cargado de inmigrantes intentó llegar a Italia y fue nuevamente rechazado. Esta vez, 224 personas rescatadas por una ONG en el mar Mediterráneo buscaban puerto seguro. Pero, al igual que con Aquarius, nadie los quiso recibir y el barco deambuló durante horas.
Este conflicto desveló las tensiones muy arraigadas en la política de la UE hacia la crisis migratoria, además del auge de ideologías antiinmigratorias. Esta semana, el Parlamento de Hungría adoptó un paquete de leyes que penaliza a las ONG que ayudan a los migrantes. En Alemania, una crisis se está desarrollando en la política nacional. El ministro del Interior, Horst Seehofer, ha exigido que el país rechace a los inmigrantes que llegan a la frontera sin papeles o que ya están registrados en otros países, una propuesta que ha sido bloqueada por la canciller Ángela Merkel, porque quiere buscar una solución acordada por toda Europa.
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Merkel ha calificado el tema como “uno de los decisivos para la cohesión de Europa”, mientras que el ministro de Hacienda francés, Bruno Le Maire, afirmó que Europa está en “proceso de desintegración” debido a él. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha convocado una cumbre urgente este domingo 24 de junio con los líderes de varios estados miembros de la UE para tratar esta nueva ola migratoria. Está por verse si los mandatarios logran superar sus numerosos desacuerdos en el delicado asunto, antes de que explote una nueva crisis.