Hacia el brexit

Foto: AFP - YVES HERMAN

 El divorcio entre el Reino Unido y la Unión Europea no da espera. Ayer el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, dijo que, a más tardar el 31 de marzo, enviará a los 27 países que componen la UE detalles de lo que va a ser la negociación entre el bloque continental y el Reino Unido.

Esto de cara a la cumbre extraordinaria del próximo 29 de abril, en la que la UE definirá su estrategia y decidirá si mantiene al exministro francés Michel Barnier como su negociador ante el Reino Unido. Se espera que luego de esto, a mediados de junio, empiecen las negociaciones.

Para ese momento ya habrá un nuevo presidente en Francia y hay temor de que quien gane sea la ultraconservadora Marine Le Pen y no el exministro Emmanuel Macron, lo que supondría un problema de cara a las negociaciones, teniendo en cuenta el euroescepticismo de Le Pen.

Y en septiembre hay elecciones federales en Alemania. Aunque en su caso no hay nadie que desvele a quienes defienden el proyecto europeo, una derrota de la canciller Ángela Merkel a manos de sus opositores puede que influya en las negociaciones.

Los negociadores tienen hasta el 29 de marzo de 2019 para llegar a un acuerdo de retirada que debe ser aprobado, primero, por el Parlamento Europeo y, luego, por mínimo 20 de los 27 estados que componen la UE.

De lo contrario, ese 29 de marzo de 2019, los tratados entre el Reino Unido y la UE dejarán de aplicarse, con base en el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, “salvo si el Consejo Europeo, de acuerdo con dicho Estado, decide por unanimidad prorrogar dicho plazo” .

Pero tanto la UE como el Reino Unido han dicho que antes de octubre de 2018 debe haber un acuerdo, para que este alcance a ser ratificado. Ese es, en el papel, el camino a seguir. Pero no es tan sencillo: ya se han presentado fuertes disensos y eso que las negociaciones ni han empezado.

Puede que las negociaciones vayan a ser “justas y equilibradas” , como lo ha pedido la canciller alemana. Pero eso no significa que no vaya a haber roces. “Ahora los británicos deberán enfrentar lo que significa salir de la UE, un proyecto que se hizo para mejorar la vida de los ciudadanos. Salir de la UE no será tan cómodo, ni seguro”, dijo el eurodiputado Manfred Weber. Será “doloroso económicamente”, expresó el presidente francés François Hollande.

Theresa May ha optado por un discurso moderado: “Ha llegado el momento de unirnos y trabajar juntos para lograr el mejor acuerdo posible”, dijo ante el Parlamento, en un momento en el que se enfrenta, como si fuera poco, a la posibilidad de que Escocia, donde el bremain se impuso, convoque a un nuevo referendo independentista.

“Es un momento histórico que no tiene vuelta atrás”, sentenció May. El divorcio ya ha adquirido dimensiones globales. No es para menos: es el resquebrajamiento de un bloque que pudo hasta con la guerra pero no con el populismo. Y apenas empieza la larga noche.