Las directivas del hospital, el personal médico y los tribunales quieren desconectar al bebé Charlie Gard de la máquina que lo conecta a la vida. Pero sus papás insisten en dar la pelea. A comienzos de este mes, parecía que llegaba el momento de tirar la toalla, cuando un juzgado dio la orden de desconectar al niño, a pesar de la intención de la familiia de sostenerlo respirando. "No sé cómo será nuestra vida si lo perdemos. Estuvimos muy cerca de perderlo dos veces. Solo espero otro milagro y que tenga la oportunidad de vivir", dijo Conny Yates, la madre del menor, al diario Daily Mail a la salida del juicio. Yates y su marido Chris Gard apelaron la decisión del juez que les exige darle una “muerte digna”.
Así, en una próxima audiencia, el juez del Tribunal Superior británico Nicholas Francis deberá decidir, en base a esta y otras informaciones, si autoriza que el menor sea mantenido con vida para ser trasladado y tratado en EEUU, en donde existe una pequeña esperanza de tratamiento para su rarísima enfermedad: se trata del síndrome de depleción del ADN mitocondrial, una condición genética que solo ha afectado a 16 personas en el mundo. Según los profesionales de la salud, la enfermedad priva de “la energía necesaria para vivir” y actualmente no existe una cura, solo un tratamiento paliativo que permite sobrellevar el mal.
El neurólogo estadounidense Michio Hirano visitó hoy al bebé. A pesar de que los médicos del hospital Great Ormond Street en Londres abogan por desconectarlo, el especialista en miopatías y enfermedades mitocondriales del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Nueva York, quiso examinar al niño. El tipo de terapia de nucleósidos propuesta por Hirano y unos pocos expertos internacionales, entre ellos dos españoles, no ha sido probada ni siquiera en ratones.
La madre, que ha sido autorizada a asistir a las reuniones entre los médicos, sostiene que "vale la pena" hacer la prueba en su hijo, aunque las posibilidades de éxito sean muy bajas y aunque el niño carezca de todas las funciones vitales.
Yates y Gard, residentes en Londres, han protagonizado una intensa campaña internacional para lograr que su hijo pueda seguir siendo tratado. Hasta el momento, han recibido el apoyo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y del papa Francisco. Además, La pareja ha recaudado medio millón de firmas en apoyo de su causa y 1,3 millones de libras (1,5 millones de euros) para financiar el tratamiento del niño en un hospital estadounidense o de otro país.