La mano derecha de Maduro

El Consejo Nacional Electoral en Venezuela suele convocar elecciones cuando éstas le convienen al oficialismo. Descartó el revocatorio y aplazó las regionales.

redacción internacional
06 de junio de 2017 - 03:47 a. m.
Las votaciones de la constituyente en Venezuela se realizarán sin referendo.  / AFP
Las votaciones de la constituyente en Venezuela se realizarán sin referendo. / AFP
Foto: AFP - LUIS ROBAYO

Cuenta la leyenda que un hombre moreno llamado Hugo Chávez Frías ganó 19 elecciones populares en Venezuela. Dejó el poder sólo tras su fallecimiento, el 5 de marzo de 2013, y 6 millones de personas acompañaron su cadáver en uno de los funerales más concurridos de la historia. Dicen que sólo lo supera Ruhollah Jomeini, otro personaje poco querido por las grandes potencias de Occidente, considerado fundador de la República Islámica de Irán. Antes de morir, Chávez le encargó a uno de sus hombres seguir portando la bandera de la Revolución bolivariana. Con su amparo y el del chavismo, Nicolás Maduro fue elegido presidente un mes después. En unas elecciones maratónicas y dramáticas, Maduro salió victorioso y se convirtió en el secuaz de la leyenda.

Pero las cosas no empezaron bien para él. Con la gran figura bajo tierra, el panorama político venezolano se partió en dos. Sin Chávez, ya no eran tantos lo chavistas ni el chavismo era tan fuerte. La división se notó en la fuerza que adquirió la candidatura de Henrique Capriles, representante de la oposición. A pesar de haber programado elecciones en tiempo récord, a pesar de que la presencia de Chávez aún estaba cercana, algunas encuestas arrojaban a Capriles como ganador. En el día de las elecciones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) cerró tarde los comicios y los resultados se dieron a conocer sólo después de la medianoche. Maduro ganó por un margen muy reducido: 50,61 % de los votos, comunicó Tibisay Lucena, cabeza de la entidad.

Así, especialmente desde que Maduro está en el poder, las decisiones del CNE, responsable de velar de manera imparcial por la democracia en el país, han sido cuestionadas por la comunidad internacional. En diciembre de 2015, para las elecciones de la Asamblea Nacional, es decir, del Poder Legislativo en Venezuela, el secretario general de la OEA le envió una carta a Lucena: “Existen razones para creer que las condiciones en las que el pueblo va a ir a votar el 6 de diciembre no están en estos momentos garantizadas al nivel de transparencia y justicia electoral que usted desde el CNE debería garantizar”. Almagro enumeró en el documento una serie de irregularidades en el tarjetón y en el procedimiento previo a la inscripción de candidatos, en el que resultaron inhabilitados líderes de la oposición como Leopoldo López y María Corina Machado. Lucena desmintió las acusaciones y su nombre se puso en entredicho.

Pero la fama del CNE no nació con ella. Su predecesor, Jorge Rodríguez Gómez, de hecho renunció para convertirse en uno de los hombres del chavismo. Tras abandonar su cargo como presidente del CNE pasó a ser el vicepresidente de Chávez y actualmente es el alcalde de Caracas desde 2008, elegido con la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Esa fue la prueba que la comunidad internacional necesitaba de que el CNE jugaba de lado del Gobierno, pese a su naturaleza de organización imparcial. Cuando Lucena lo sucedió en el cargo, en abril de 2006, el halo de la desconfianza ya la rodeaba.

Y no se ayuda. En el 2013 se venció su período, pero el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) la ratificó, pasando por encima de la Asamblea.

Pese a todos los pronósticos, la oposición barrió en las elecciones de 2015, llevándose 112 curules, lo que le permitiría promover cambios sustantivos en el orden del país.

Con 110 curules, la oposición tenía mayoría absoluta en la Asamblea. Pero el CNE, árbitro de las elecciones, determinó, paradójicamente, que tres de los candidatos opositores de las elecciones que ellos deben fiscalizar habían sido elegidos por fraude. Por eso, en desacato a la Asamblea, que es la llamada a elegir a los cinco miembros rectores del CNE enre ellos Lucena, el TSJ los nombró a dedo el año pasado.

Hace seis meses debieron realizarse elecciones regionales de alcaldes y gobernadores, pero el CNE tomó la decisión de postergarlas, según comunicó Lucena, debido a la crisis económica del país. Sin embargo, no hay tal crisis si se trata de la asamblea nacional constituyente. Esta es la propuesta de Maduro para solventar la actual situación del país y el CNE fue eficiente al proponer las elecciones de los constituyentes para el 30 de julio.

Las elecciones de gobernadores fueron anunciadas para diciembre. Seis meses después de elegidos los constituyentes y un año después de la fecha esperada.

Hace 18 años, en 1999, Chávez también se inventó una constituyente, pero convocó al pueblo para aprobarla. La gente salió a las calles y respaldó la medida. El CNE lo aprobó todo esta vez.

Por redacción internacional

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