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Por primera vez en más de 50 años de confrontación, un líder norcoreano pondrá un pie en territorio surcoreano. El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-In será el encargado de recibir al volátil Kim Jong-Un, en la que se espera será una cumbre histórica.
Cerca de las 9:30 de la mañana (8:00 P.M. en Colombia), Kim llegará a la zona norte de la línea de demarcación militar que demarca el lugar exacto donde se divide la península de Corea.
Moon lo estará esperando en el costado sur de la línea acompañado de una comitiva de músicos surcoreanos que, vestidos con tradicionales trajes coreanos, formarán una guardia de honor para recibir al líder norcoreano. Allí, interpretarán una canción titulada “Arirang”, una desgarradora canción popular sobre el dolor que causa la división.
Luego, los dos líderes entrarán a la recientemente renovada Casa de la Paz, en el lado sur para fotos y discusiones preliminares. Con la reunión, Moon espera lograr avances importantes en cuanto a la desnuclearización de la península y la firma de un tratado de paz para ponerle fin al conflicto más largo que hay actualmente en el mundo.
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Pero además de esto, la visita de Kim a Corea del Sur servirá como termómetro de las aspiraciones del Norte, meses antes de que se concrete la reunión el líder norcoreano y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Creo que la cumbre se considerará exitosa si podemos expresar con claridad la clara intención de Corea del Norte de desnuclearizarse", dijo Im Jong-seok, jefe de personal de Moon y jefe del comité de preparación de la cumbre, a periodistas el jueves en la región de Goyang, cerca del sitio de la cumbre.
Sin embargo, algunos analistas consideran que no se deben elevar mucho las expectativas. De hecho, afirman que es bastante improbable que se llegue a un acuerdo total sobre la abolición del programa nuclear norcoreano, el cual es el principal interés del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
"Las expectativas para estas cumbres están muy exageradas, y esto es lo último que queremos que pase", dijo Victor Cha, presidente del departamento de Corea en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, al periódico estadounidense The Washington Post.
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El protocolo de la cumbre coreana estará cargado de simbolismo. Después de comer por separado, Kim y Moon sembrarán un árbol de pino. Los mandatarios utilizarán una mezcla de abono del Monte Paektu del Norte y del Monte Hallasan del Sur y luego regarán la semilla con agua de un río que atraviesa Pionyang y Seúl.
El árbol irá acompañado con una placa en piedra con la leyenda “La paz y prosperidad ha sido sembrada”, que contará con las firmas de Kim y Moon. Un monumento para conmemorar la histórica reunión.
Después de más charlas, los dos presidentes presentarán un comunicado conjunto que los analistas creen ha sido acordado incluso antes de que comience la cumbre. Además, se ha podido conocer que Kim y Moon se sentarán a solo dos metros el uno del otro.
Una cena será el acto final de la reunión, en la que se servirán fideos fríos de trigo sarraceno de un famoso restaurante de Pionyang, pescado de la ciudad natal de Moon y papa al estilo rosti, algo que Kim podría haber comido mientras estudiaba en Suiza.
La reunión entre ambos mandatarios era hasta hace un año algo bastante improbable. Sin embargo, tras el escalamiento del conflicto verbal entre Estados Unidos y Corea del Norte en 2017, el régimen de Kim optó por el diálogo y la diplomacia. Los Juegos Olímpicos de Invierno en Corea del Sur sirvieron como lugar de encuentro para disminuir la tensión entre los dos países de la península y también para acordar una posible reunión con el presidente estadounidense Donald Trump.q
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