Los juicios épicos en la era Erdogan

Ayer comenzó el juzgamiento de 330 presuntos golpistas. En enero arrancó otro que involucra a 269. El presidente insiste en buscar justicia.

Redacción Internacional
01 de marzo de 2017 - 04:31 a. m.
Los juicios épicos en la era Erdogan
Foto: EFE - SEDAT SUNA

Son tantos los acusados por el golpe de Estado, que hubo que construirse una nueva sala de audiencias puesto que las de costumbre se quedaron pequeñas. Ayer, en Ankara, la capital de Turquía, comenzó el juicio contra 330 presuntos golpistas que habrían participado en el intento de golpe de Estado en julio pasado. Es una promesa cumplida por el presidente, Recep Tayyip Erdogan, quien dijo que los responsables caerían uno a uno. En esta ocasión, ha preferido que caigan en manada.

La sala tiene capacidad para más de 1.550 personas, numerosos estrados, una amplia zona para los testigos, el juzgado, los periodista y los abogados. la mayoría de los acusados pertenecen a una escuela de oficiales de las Fuerzas Armadas. Podrían ser condenados a varias cadenas perpetuas si los encuentran culpables de asesinato, intento de derrocar el orden constitucional y pertenecer a una organización terrorista.

243 de ellos se encuentran en detención provisoria. Aunque el número es amplio, el juicio de Ankara es sólo el comienzo de otros numerosos que tendrían también a decenas en el banco de los acusados: en enero, en Esmirna, ya había arrancado uno, que sigue en proceso, en el cual 269 estaban siendo juzgadas por los mismos cargos que en esta ocasión. Erdogan ha declarado que un grupo menor de las Fuerzas Armadas fue el encargado de ejecutar el golpe, que tuvo al país en vilo por cerca de cuatro horas.

Pese a que siempre se ha señalado a una pequeña porción del Ejército como responsable, las fuerzas del orden han detenido a más de 43.000 personas desde entonces, entre profesores, jueces, autoridades y funcionarios públicos. Todos fueron señalados en algún punto de pertenecer a la red del predicador Fethullah Gülen, exiliado en Estados Unidos y, según él, su enemigo por antonomasia y, según Erdogan, su enemigo por antonomasia.

Hasta ahora, algunos soldados han declarado que sus jefes les advirtieron que habría un “ataque terrorista” y que tenían que estar preparados. Al parecer, algunas de las tropas que se tomaron las calles de Ankara y Estambul, acto por el cual murieron más de 240 personas, fueron engañadas por sus altos dirigentes. Hasta el momento, la justicia ha dictado sólo una sentencia contra dos soldados de Erzurum que fueron condenados a cadena perpetua.

No existe un precedente de este tipo en el país. Tanto medios de comunicación como instituciones públicas han sido saqueadas y registradas hasta sus raíces para encontrar al menos una pista sobre el rastro infinito de los cómplices de Gülen. El impulso de Erdogan por encontrar a sus enemigos está acompañado, al mismo tiempo, de una reforma constitucional que le da un poder general del Ejecutivo por cerca de doce años, que será votada en un referendo próximo. También, en medio de ese contexto agreste, está la serena capacidad de Erdogan de encontrar enemigos en todos lugares. No sólo tiene que ver con el intento de golpe, sino con su figura misma.

Más de 2.000 personas han sido juzgadas por insultarlo, desde comediantes hasta periodistas (incluso un niño de doce años, que lo enfrentó durante una marcha). El 20 de febrero comenzó otro juicio contra 47 personas acusadas de intentar asesinarlo en un complejo hotelero de la costa egea, un proceso relacionado al golpe. Cerca de 150 periodistas, críticos contra el Gobierno, están en la cárcel de manera preventiva o cumpliendo sentencias: uno de los últimos detenidos es el periodista alemán Deni Yücel, acusado de “incitar al odio” y “hacer propaganda de una organización terrorista”.

Por Redacción Internacional

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