Los otros tres estadounidenses presos en Corea del Norte

Kim Sang-duk -conocido como Tony Kim-, Kim Hak-song y Kim Dong-chul están retenidos por el régimen de Kim Jong-un.

redacción internacional
21 de junio de 2017 - 09:55 p. m.
Otto Frederick Warmbier, el estudiante estadounidense muerto tras ser liberado por Corea del Norte.  / AFP
Otto Frederick Warmbier, el estudiante estadounidense muerto tras ser liberado por Corea del Norte. / AFP

Otto Warmbier, el estudiante estadounidense de 22 años que murió esta semana luego de ser liberado por Corea del Norte, no era el único ciudadano de Estados Unidos tras los barrotes de Pyongyang.

Al ser presentado ante la prensa extranjera cuatro semanas después de su detención, el joven había declarado, llorando, que había cometido "el peor error de (su) vida".  Lo fue. Después de ser un buen chico, con buenas notas de la Univesidad de Virginia, terminó condenado a 15 años de trabajos forzados por intentar robar un cartel propagandístico de una pared del hotel, algo que el régimen consideró “un acto hostil”. Otto fue detenido en enero de 2016.

"Por motivos humanitarios" fue liberado por el régimen norcoreano. La humanidad llegó demasiado tarde. Llegó en estado de coma, según el régimen de Kim Jong-un, originado supuestamente tras sufrir un brote de botulismo y haberse tomado una pastilla para dormir, según informa The Washington Post.

El secretario de Estado, Rex Tillerson y altos cargos de la Administración estadounidense confirmaron que  la liberación de Warmbier fue el resultado de varios contactos diplomáticos entre ambos países.

Hace aproximadamente un mes, el enviado especial de EE UU para Corea del Norte, Joseph Yun, se reunió en Oslo (Noruega) con una delegación del hermético país para intentar que la embajada sueca en Corea del Norte —que ejerce de intermediaria entre ambos países en Pyongyang— tuviera acceso a los cuatro presos estadounidenses retenidos en Corea del Norte, de los que apenas se tenía noticias.

Quedan otros tres presos norcoreanos en Corea del Norte. Kim Sang-duk -conocido como Tony Kim-, Kim Hak-song y Kim Dong-chul están retenidos en algún lugar del país.

Kim Sang-duk enseñó durante un mes contabilidad en la U de Ciencia y Tecnología de Yanbian cuando fue detenido en el aeropuerto junto a su esposa mientras trataba de salir del país. Fue acusado de cometer “actos criminales”.

Luego fue el turno de Hak-song, quien también trabajaba en la misma universidad, pero con sede en Pyongyang. A él se le acusó de actos hostiles contra el Estado. Nació en China, emigró a EE.UU. en1990 y luego volvió a su país a estudiar agricultura. Luego se fue a Pyongyang. No se conoce su condena.

Y finalmente, Kim Dong-chul, un empresario condenado a diez años de trabajos forzados acusado de espionaje y otras ofensas.  Un mes antes de su sentencia dijo en rueda de rensa que se disculpaba por robar secretos militares en alianza con Corea del Sur. Seúl negó la información.

Corea del Norte liberó a las periodistas Euna Lee y Laura Ling, luego de la intervención de importantes figuras políticas.

El presidente Donald Trump calificó a Corea del Norte como "un régimen brutal", luego de la muerte de Warmbier. "Es un régimen brutal", afirmó.

"El destino de Otto profundiza la determinación de mi administración para evitar tragedias como esta, ocurridas a personas inocentes a manos de regímenes que no respetan las reglas del derecho y de la decencia humana más básica". 

"Estados Unidos una vez más condena la brutalidad del régimen de Corea del Norte al llorar a su última víctima", señaló.

Tillerson, sostuvo en un comunicado que Pyongyang era responsable de su "detención" y pidió la liberación de los tres estadounidenses que aún permanecen tras las rejas del régimen comunista.

La muerte de Otto Warmbier tiene lugar en un contexto de exacerbación de las tensiones entre Estados Unidos y Corea del Norte a raíz del programa de armamento nuclear de Pyongyang. 

El régimen norcoreano, que presenta un pésimo balance en materia de respeto por los derechos humanos, está aislado en la escena internacional en razón de sus ambiciones militares. 

Exdetenidos como Kenneth Bae denunciaron que durante su permanencia en prisión fueron sometidos a duras jornadas de trabajo y que enfrentaron problemas de asistencia médica y abusos psicológicos. Otros dijeron en cambio que las condiciones de detención eran tolerables.

Por redacción internacional

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