¿Por qué cinco países rompieron relaciones con Catar?

Las razones que crean esta grave crisis diplomática en Oriente Medio van desde financiación del terrorismo, hasta la tibieza con Irán.

redacción internacional
05 de junio de 2017 - 11:46 p. m.
El Emir de Catar, Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani (Centro). / AFP
El Emir de Catar, Sheikh Tamim bin Hamad al-Thani (Centro). / AFP

Arabia Saudita y varios países aliados rompieron relaciones diplomáticas con Catar, luego de días de una fuerte tensión. Desde el 20 de mayo, Catar se queja de una campaña "falaz" en la que se acusa al país de "apoyo" al terrorismo, antes de una visita del presidente estadounidense Donald Trump a Arabia Saudita, en la que éste pidió una coalición frente al yijadismo.

Justo dos semanas después, este país (principal aliado de EE.UU. en la región) emite un comunicado diciendo que rompen relaciones por su presunto “apoyo al terrorismo”, que habría hecho peligrar la seguridad y estabilidad interna de los países árabes. A la decisión se sumaron Baréin, Emiratos Árabes, Egipto y Yemen.

¿Qué más implica la ruptura de relaciones?

Los países también tomaron medidas como el cierre de los espacios aéreos y de los accesos terrestres y marítimos. También les prohibieron viajar a Catar a sus ciudadanos y vetaron la entrada de cataríes a sus territorios. Como consecuencia de ello, Egipto y seis aerolíneas del golfo Pérsico suspendieron sus vuelos hacia Doha, y la compañía Qatar Airways se verá obligada a alargar sus numerosas rutas hacia Europa y América debido al cierre del espacio aéreo saudí.  Pocos ciudadanos de Catar viven y trabajan en países vecinos, pero el cierre del único acceso terrestre al emirato, a través de Arabia Saudíta afectará a las importaciones de bienes de consumo, entre ellos los productos alimentarios.

La Bolsa de Doha cerró el lunes en baja de 7,58%, y los habitantes de la capital llenaron los supermercados para hacer acopio de alimentos. La leche, el arroz y el pollo desaparecieron rápidamente de los estantes. Para intentar tranquilizar a los ciudadanos, el Gobierno dijo tomar "todas las medidas necesarias para acabar con los intentos de perjudicar a [su] población y [su] economía".

Catar y el terrorismo

Desde la emergencia de Catar en los escenarios regional e internacional a fines de los años 1990, el rico emirato gasífero, aliado de Estados Unidos, ha alentado el desarrollo de movimientos islamistas, que apoyó directa o indirectamente en los países donde tuvo lugar la Primavera árabe.

Catar es considerado uno de los principales financiadores de los Hermanos Musulmanes en Egipto y de grupos afines a esta cofradía en los países vecinos, en especial Siria, Libia y Túnez. Catar fue uno de los principales apoyos del expresidente islamista egipcio Mohamed Mursi, miembro de los Hermanos Musulmanes, derrocado en 2013. Catar acoge a dirigentes de primer plano de los Hermanos Musulmanes, cofradía calificada de "terrorista" por Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, como es el caso de Yusef al Qaradaui, considerado uno de sus jefes espirituales.

El exdirigente del movimiento islamista Hamas palestino, Jaled Mechaal, también se encuentra en Catar. Además, los talibanes afganos tienen allí una oficina.

Financiar al yihadismo

Catar es acusado regularmente de cierto laxismo en la lucha contra la financiación a través de fondos privados de organizaciones "terroristas", acusaciones que rechaza con firmeza.

En 2010, una nota diplomática estadounidense, revelada por Wikileaks, calificó a Catar como el "peor en la región" en lo referente a la cooperación con Washington para cortar la financiación de grupos extremistas.

Tras el atentado contra el semanario satírico Charlie Hebdo, en París en enero de 2015, varios responsables políticos franceses acusaron a Catar de connivencia.

Nuevas sospechas llegaron esta vez de Estados Unidos en 2016: un alto responsable del Tesoro norteamericano afirmó que Catar, como Kuwait, "carece aún de voluntad política necesaria y de la capacidad para aplicar sus leyes contra la financiación de organizaciones terroristas".

Sin embargo, días más tarde Estados Unidos elogió sus "esfuerzos positivos" para cortar la financiación a yihadistas y luchar contra el grupo Estado Islámico (EI).de 2016.  

Al Jazeera

Las autoridades saudíes anunciaron, de hecho, el cierre de las oficinas de Al Jazeera en Riad y retiró su licencia a la cadena que, en su opinión, "alienta a los grupos terroristas". Al Jazeera, cadena nacional qatarí y una de las grandes televisiones internacionales en la región, ha sido expulsada de Egipto tras su cobertura de la asonada militar contra los islamistas y muchos de sus periodistas detenidos. Periodistas de Al Jazeera se han enfrentado a cargos desde traición a espionaje. Al Jazeera era precisamente uno de los vehículos utilizados por Qatar para expandir su influencia geopolítica en la región, donde el pequeño reino del Golfo intentaba convertirse en pieza clave en el convulso tablero de Oriente Medio. Las aspiraciones qataríes habrían caído mal a Riad, que aspiraba entonces a ser el principal actor árabe frente a Irán y Turquía.

Yemen

Además, Catar quedó expulsado de la coalición militar árabe que lucha en Yemen contra los rebeldes chiitas proiraníes. Según Riad, Qatar estaría asistiendo a los rebeldes hutíes, apoyados precisamente por Irán. Tras el anuncio de ruptura de lazos diplomáticos de los cuatro países árabes, el Gobierno oficial yemení se ha unido al boicot, aduciendo que ha quedado claro su trato de favor con “las milicias golpistas” hutíes.

Libia

En el país norteafricano, antes “reino” del dictador Muamar Gadafi, Catar y Emiratos Árabes Unidos han establecido su particular enfrentamiento geopolítico. Emiratos Árabes, junto a Rusia y Egipto, apoya al gobierno en el este del país, Tobruk, pero especialmente al general Khalifa Haftar frente al gobierno islamista en Trípoli, apoyado por Qatar.

Irán

Tras la cancelación de las sanciones contra Irán por Estados Unidos, Arabia Saudita vio amenazado su poderío como principal potencia regional. Militarmente, política y económicamente. Irán podría rivalizar como exportador de petróleo, dicen algunos. Como cabeza regional suní, Arabia Saudí está intentando eliminar cualquier posición que pueda debilitar el eje suní contra la influencia iraní en Oriente Medio.

Qatar, sin embargo, se ha mostrado más ambiguo en su rechazo a Irán de lo que la monarquía saudita esperaría. La crisis diplomática estalló finalmente tras la filtración el mes pasado de unas supuestas declaraciones del emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, en las que criticaba la oposición frontal de los países del Golfo contra Irán.

Qatar ha insistido en la falsedad de esas declaraciones, filtradas tras un «hackeo» a su agencia de noticias y parte de una «feroz campaña mediática» para aislar al pequeño reino.

Llamamientos al diálogo

Washington, aliado de Riad y de Catar, tuvo una reacción comedida e invitó a los países del Golfo a permanecer "unidos". Estados Unidos tiene una gran base aérea en Al Udeid, al suroeste de Doha, donde están estacionados 10.000 de sus soldados.

Turquía, país afín a Catar, propuso su ayuda para solucionar la crisis diplomática, mientras que los ministros de Exteriores de Irán, Mohamed Javad Zarif, y Rusia, Serguei Lavrov, hablaron por separado con el canciller catarí.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, mantuvieron una conversación telefónica y también apelaron al diálogo para "encontrar soluciones de compromiso".

El emir de Kuwait, Sabah al Ahmad Al Sabah, cuyo país no se unió a la ruptura de las relaciones con Doha, recibió este lunes a un enviado del rey saudí Salman y llamó después al emir de Catar, Tamim ben Hamad Al Thani, para reclamarle moderación y pedirle que le diera "una oportunidad a los esfuerzos" para contener la crisis.

 

Por redacción internacional

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