Después de mucho meditarlo, la reina Isabel II habría aceptado dejar de conducir sus vehículos en las vías públicas, tras el aparatoso accidente que protagonizo su esposo, el príncipe Felipe, el pasado mes de enero.
Aunque la reina, quien cumplirá 93 años el próximo abril, tiene una colección de autos de lujo (que incluyen varios Jaguar y Land Rover) que disfruta manejar, la monarca británica habría aceptado el consejo de su equipo de asesores de no volver a tomar el volante.
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Según reporto el medio británico The Sunday Times, la reina Isabel II no habría aceptado esta decisión con buena disposición, pues el conducir era uno de sus pasatiempos favoritos. De hecho, apenas un día después del accidente de su esposo, a la monarca se le vio conduciendo en una carretera pública sin el cinturón de seguridad.
Sin embargo, debido al aparatoso accidente de su cónyuge, de 97 años, en el cual salieron dos personas heridas, el equipo de la reina la persuadió para que no siguiera conduciendo en carreteras públicas.
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Tras este hecho, la reina acordó con su equipo de seguridad usar un chofer para sus viajes por carreteras públicas, aunque –al parecer– en vías privadas ella seguirá detrás del volante.
La reina Isabel II es la única persona en el Reino Unido que no tiene pasaporte ni licencia de conducir, algo que, sin embargo no le impide viajar ni manejar sus carros, que tampoco tienen placas de registro (matrículas).