'Relaciones entre Rusia y EE.UU. se han deteriorado desde la llegada de Trump': Putin

El mandatario ruso sostuvo que el "grado de confianza" entre los dos países se ha deteriorado desde la llegada del magnate a la Casa Blanca.

AFP
12 de abril de 2017 - 10:56 a. m.
Este miércoles, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, se reúne en Moscú con su homólogo ruso Serguei Lavrov. /AFP
Este miércoles, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, se reúne en Moscú con su homólogo ruso Serguei Lavrov. /AFP

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, y el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, mantenían este miércoles en Moscú unas conversaciones cruciales para el futuro de las relaciones entre ambas potencias, luego de intensos cruces de declaraciones sobre el conflicto en Siria.

El presidente ruso Vladimir Putin dijo en una entrevista televisiva difundida el miércoles, mientras se celebraba la reunión, que el "grado de confianza" entre los dos países se había deteriorado desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

Los responsables de ambos países se enfrentaron en declaraciones en los últimos días sobre el presunto ataque químico en la ciudad de Jan Sheijun y tras el cambio de posición del presidente estadounidense al ordenar el primer bombardeo contra el ejército sirio desde el inicio del conflicto hace seis años.

Al comienzo del encuentro, Lavrov dijo querer comprender "las verdaderas intenciones" de Estados Unidos en materia de política internacional, con el objetivo de evitar una "repetición" del bombardeo estadounidense en Siria y de trabajar en la creación de un "frente común contra el terrorismo".

"Nuestra línea de mando se basa en el derecho internacional y no en una elección del tipo 'con nosotros o contra nosotros'", declaró el ministro.

Tillerson, por su parte, dijo querer un diálogo "abierto, franco y sincero" destinado a "aclarar más los objetivos e intereses comunes" y las "claras diferencias" en el planteamiento de los dos países sobre los principales dossieres.

Esta primera visita en Rusia de un alto responsable de la nueva administración estadounidense debe servir para asentar las bases de la "normalización" de las relaciones entre los dos países, prometida por Donald Trump durante su campaña electoral.

Pero el presunto ataque químico en la ciudad de Jan Sheijun (noroeste de Siria) y el bombardeo estadounidense que le ha seguido provocó nuevas tensiones entre ambas potencias. 

Los responsables estadounidenses se sucedieron el martes en las críticas al fuerte apoyo de Rusia al presidente sirio Bashar al Asad.

El secretario de Defensa, Jim Mattis, estimó el martes que no había "duda" de que el régimen de Bashar al Asad era el responsable del ataque químico del 4 de abril, que causó 87 muertos, incluido decenas de niños, en la provincia rebelde de Idlib, al noroeste de Siria.

Anteriormente, un alto responsable de la administración estadounidense, que no reveló su identidad, acusó a Moscú de "sembrar la confusión" sobre el papel del régimen sirio en el presunto ataque químico para intentar culpar a los rebeldes o a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).

El presidente Vladimir Putin, por su parte, repitió en una entrevista en la televisión MIR, emitida el martes por la noche, que no veía ningún elemento que probase la responsabilidad de Damasco.

Rusia mantiene una línea que exculpa al régimen sirio: hay que mirar hacia los rebeldes, ya que el ejército sirio desmanteló su arsenal de armas químicas bajo supervisión internacional.

Putin advirtió así de las "provocaciones" en preparación de los rebeldes que utilizarían armas químicas para después poner en entredicho a Damasco.

Al mismo tiempo, Estados Unidos, Francia y Reino Unido presentaron en el Consejo de Seguridad un nuevo proyecto de resolución que pide la cooperación del régimen sirio en una investigación sobre el ataque.

El voto está previsto para este miércoles pero, según diplomáticos, Rusia utilizará su derecho de veto. 

La semana pasada el Consejo de Seguridad examinó tres proyectos de resolución que no pasaron la votación.

Más allá de las cuestión del presunto ataque químico en Jan Sheijun, Tillerson transmitirá la firme opinión de los países del G7 de que el futuro de Siria debe inscribirse sin su presidente Bashar al Asad.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, calificó la idea de "absurda" y explicó que un abandono del apoyo ruso a Bashar al Asad supondría "dejar vía libre a los terroristas".

El conflicto en Ucrania, la lucha antiterrorista, Afganistán, Yemen y Libia están igualmente en la agenda de la reunión.

La visita de Tillerson precede a un encuentro tripartito que tendrá lugar a finales de la semana en Moscú entre Lavrov y los jefes de la diplomacia siria, Walid Muallem, e iraní, Mohammad Javad Zarif.

Por AFP

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