Tenso pulso diplomático por Venezuela en la OEA y la ONU

Mientras en la Organización de Estados Americanos se discutía el ingreso de ayuda a Venezuela y se pedía la salida de Nicolás Maduro, en la Organización de Naciones Unidas se creaba un grupo de 50 países para "defender la Carta de las Naciones Unidas ante la posibilidad de una invasión militar de Estados Unidos".

- Redacción Internacional
14 de febrero de 2019 - 07:00 p. m.
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, rodeado de varios países miembros de la ONU que apoyan el gobierno de Nicolás Maduro.  / AFP
El canciller venezolano, Jorge Arreaza, rodeado de varios países miembros de la ONU que apoyan el gobierno de Nicolás Maduro. / AFP

La crisis de Venezuela está poniendo a prueba la diplomacia. Este jueves mientras en la Organización de Estados Americanos (OEA) se daba comienzo a la Conferencia Mundial de la Crisis Humanitaria en ese país, en la Organización de Naciones Unidas (ONU), el canciller de Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, hacía lobby para convencer a varios aliados de la necesidad de respaldar al gobierno venezolano que él respresenta.

En la OEA, Carlos Vecchio, el representante ante EE. UU. del líder opositor Juan Guaidó, quien se autonombró en enero presidente legítimo de Venezuela, gritaba que "ya basta".  Vecchio se encargó de dar el discurso inaugural de la cita, que reúne a expertos, diplomáticos y empresarios de más de 60 países, entre ellos Colombia, EE.UU., Perú, España, Francia y Alemania.

"La razón de nuestra lucha no es otra que parar el dolor y el sufrimiento del pueblo de Venezuela. ¡Ya basta! Es suficiente, ha sido demasiado el dolor, demasiado", subrayó Vecchio desde un podio custodiado por dos grandes banderas venezolanas y frente a más de un centenar de personas.

Por su parte,  el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, afirmó este jueves que la salida de la "dictadura usurpadora" del presidente venezolano, Nicolás Maduro, es la "principal" ayuda humanitaria que puede recibir Venezuela.

"La salida de la dictadura usurpadora es la principal ayuda humanitaria que podemos dar a Venezuela", dijo Almagro.

El secretario de la OEA hizo esas declaraciones en la sede de la OEA en Washington, donde se celebra este jueves la Conferencia Mundial de la Crisis Humanitaria en Venezuela con la participación de expertos, diplomáticos y empresarios de más de 60 países, entre ellos España, Colombia, Francia y Alemania.

División en la ONU

A las pocas horas Arreza anunciaba en la sede de la ONU la creación de un grupo de unos 50 países como Rusia, China e Irán para defender la Carta de las Naciones Unidas ante la posibilidad de una invasión militar de Estados Unidos.

Rodeado por diplomáticos de Rusia, China, Irán, Cuba, Siria, Corea del Norte, Nicaragua, Bolivia y otros países, el canciller venezolano Jorge Arreaza aseguró en la ONU que el nuevo grupo tomará acciones en los próximos días para defender "los derechos de la Carta y de todos los Estados miembros" y llamar la atención "sobre los peligros que enfrentan nuestros pueblos".

Arreaza mencionó específicamente el derecho a la soberanía, a la autodeterminación de los pueblos, a la integridad territorial y a la no injerencia en asuntos internos, así como a la obligación de no amenazar la paz y la seguridad.

En el caso de Venezuela, estos derechos están "siendo violados de manera flagrante y abierta", afirmó en referencia a las amenazas de Estados Unidos, que no descarta el uso de la fuerza para tumbar al presidente Nicolás Maduro.

La ONU está dividida entre la cincuentena de países -encabezados por Estados Unidos- que apoyan al líder opositor Juan Guaidó, que se autoproclamó presidente interino el 23 de enero, y aquellos que defienden a Maduro.

Rusia, el medidador

 

En el mismo ajedrez diplomático, Rusia anunciaba que estaba trabajando para mediar en la crisis.  "Estamos trabajando por todas las vías para lograr una solución tranquila, pacífica y constitucional, desde el punto de vista de la Constitución de Venezuela, a esta situación", declaró Serguéi Riabkov, viceministro de Exteriores ruso, a la prensa local.

Riabkov subrayó que si se logra frenar la injerencia externa y evitar una revolución, entonces "el Gobierno legal podrá continuar su trabajo para superar los problemas internos en diálogo con la oposición".

Ver más: La carta del Papa a Maduro que la prensa filtró

Aunque Moscú siempre ha dicho que no ve como interlocutor al presidente de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, el diplomático ruso admitió que "en la oposición hay fuerzas constructivas".

Riabkov expresó su confianza en que en caso de que se entable un diálogo entre Gobierno y oposición, los países que comprenden lo pernicioso que es apostar por el uso de la fuerza o de la ayuda humanitaria como método de presión política opten por posturas más "razonable" para salir de la crisis.

"No hay prácticamente elementos que permitan hablar de alguna clase de diálogo constructivo en este terreno con EEUU", resaltó.

Al mismo tiempo, insistió en que Moscú está "abierta" a dialogar con todo aquel que esté interesado, sea el Grupo de Lima, el papa Francisco e incluso Washington.

"El objetivo de esta línea es impedir una revolución de color o en blanco y negro según un modelo estadounidense en el peor sentido de esa palabra, cuando a un Estado soberano se le impone un modelo de desarrollo que conviene a cierto grupo en Washington", dijo.

 

Por - Redacción Internacional

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