Terrorismo: al fondo a la derecha

Sobre cómo el atentado en París podría influir en las elecciones presidenciales a favor de la candidata de la ultraderecha, Marine Le Pen.

Juan SebastiánJiménez Herrera
22 de abril de 2017 - 03:00 a. m.
La candidata de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen.  /
La candidata de la ultraderecha francesa, Marine Le Pen. /

Es una tendencia: cada vez que hay un ataque terrorista, la derecha se ve fortalecida. Ocurrió en Perú con Alberto Fujimori y en Estados Unidos con George W. Bush y el mismo Donald Trump. Y puede que ocurra en Francia con Marine Le Pen: candidata de la ultraderecha para las elecciones presidenciales de este 23 de abril.

Le Pen, presidenta del ultraderechista Frente Nacional, fue una de las primeras en referirse al ataque del pasado 23 de abril, en París, en el que un policía murió. Lo hizo, por supuesto, arremetiendo contra el gobierno de François Hollande y recordando las medidas con las que, cree, hay que combatir el terrorismo.

“A este gobierno efímero, dirigido por la inacción, le pido que ordene la restauración inmediata de nuestras fronteras”, dijo Le Pen, para quien la inmigración y el terrorismo son casi lo mismo. “No podemos permitirnos perder esta guerra”, agregó la candidata presidencial, segunda en las encuestas.

Luego vino el gancho de derecha: “En los últimos diez años, los gobiernos de izquierdas y de derechas han hecho todo lo posible para que la perdamos. Necesitamos una presidencia que actúe y nos proteja”. ¿Y quién más sino ella? La respuesta del primer ministro, Bernard Cazeneuve, no se hizo esperar:

“La candidata del Frente Nacional busca, como después de cada drama, aprovecharse para instrumentalizar y dividir. Busca explotar, sin ninguna vergüenza, el miedo y la emoción con fines exclusivamente políticos”, expresó Cazeneuve, quien le respondió, a su vez, al exministro y candidato François Fillon.

Cazeneuve preguntó, irónico, cómo se le podía creer a Fillon, quien dijo que, si es elegido, va a crear 10.000 puestos de policías, si como ministro suprimió “13.000 puestos en las fuerzas de seguridad”. De los otros candidatos con chances —Emmanuel Macron (quien lidera en las encuestas) y Jean-Luc Mélenchon— no dijo nada.

El caso es que el terrorismo ha vuelto al centro de esta reñida contienda. Antes del ataque, los sondeos daban como favoritos al exministro Macron y a Le Pen, con 23 y 22,5 %, respectivamente, quienes pasarían a segunda vuelta. Los siguen muy de cerca Mélenchon y el exministro Fillon, con 19 % ambos.

Con Macron y Le Pen a un pie de la segunda vuelta, la pregunta es si la candidata del Frente Nacional se beneficiará, de alguna forma, del miedo generado por este ataque. Muchos temen que la respuesta sea sí y que el atentado promueva el ascenso del populismo en Francia. Otro Trump para el mundo.

El mismo presidente estadounidense se pronunció diciendo que “el pueblo de Francia no tolerará mucho más de esto. Tendrá un gran efecto sobre las elecciones presidenciales”. La Unión Europea no está tan feliz con la posibilidad de que Le Pen y su euroescepticismo lleguen a segunda vuelta y se impongan en ella.

“No es un secreto que no estaremos celebrando animadamente si el resultado del domingo establece una segunda ronda entre Le Pen y Mélenchon”, dijo el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, en referencia al candidato de la izquierda francesa, que también se opone a la Unión Europea. Gobiernos y mercados contienen el aliento. Y, mientras tanto, se siguen conociendo detalles del ataque en la golpeada capital francesa.

Ayer se confirmó, por fin, la identidad del agresor, quien murió durante el ataque. Se trata de Karim Cheurfi, de 39 años de edad, oriundo de Livry-Gargan. Cheurfi había sido detenido el pasado 23 de febrero, sospechoso de querer matar policías, pero había quedado en libertad al día siguiente, por falta de pruebas. Desde marzo era investigado por las autoridades, pero no estaba fichado como una posible amenaza para la seguridad o como un islamista radical.

Tenía antecedentes por haber atacado a unas policías en 2001, por lo que fue condenado en 2005 a 15 años de prisión. Salió en 2013, pero en 2014 fue sentenciado de nuevo, esta vez por robo con agravantes, por lo que recibió una pena de cuatro años de cárcel. Pero en 2015 fue cobijado con libertad condicional.

Aunque el Estado Islámico se atribuyó el hecho, asegurando que el atacante era “Abu Yussef el Belga, uno de los combatientes del Estado Islámico”, no hay pruebas de que Cheurfi haya tenido algo que ver con EI. Si bien, al parecer, una carta en apoyo a este grupo yihadista fue hallada cerca a su cuerpo.

“Si le dijeras Daesh (acrónimo en árabe del EI), estoy seguro de que ni siquiera sabría lo que es”, le dijo un vecino suyo a AFP. Otro vecino, que no quiso revelar su nombre, dijo que todo el mundo conocía a Cheurfi porque era alguien que “había perdido la razón” y estaba “muy desequilibrado psicológicamente”. “Sus actos, sus reacciones, su forma de caminar, su actitud eran como desfasados, como si viniera de Marte”.

Las autoridades buscan posibles cómplices por todo el país. Un hombre, sospechoso de haber participado en el hecho, se presentó ante una comisaría en Amberes (Bélgica). Pero nada más ha sido confirmado.

Mientras tanto, el gobierno francés se prepara para las elecciones de mañana, con un esquema de seguridad reforzado tras el ataque. Unidades especializadas de intervención se sumarán a los 50.000 policías y militares que van a ser desplegados para la jornada electoral. Puede que sea suficiente para contener el terrorismo. Para contener el populismo tal vez sean necesarias otras medidas.

Por Juan SebastiánJiménez Herrera

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