Velásquez seguirá investigando corrupción en Guatemala

El jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el colombiano Iván Velásquez, anunció que continuará con sus actividades al frente de la institución, después del intento del presidente Jimmy Morales de expulsarlo del país.

Afp/Efe
31 de agosto de 2017 - 06:16 p. m.
El jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el colombiano Iván Velásquez. / EFE
El jefe de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), el colombiano Iván Velásquez. / EFE

El exjuez colombiano Iván Velásquez afirmó este jueves que seguirá al frente de la misión anticorrupción de la ONU en Guatemala (Cicig), tras su fallida expulsión del país por orden presidencial que desató un terremoto político en el país centroamericano.

"Continuaremos con nuestras actividades y funciones en el cumplimiento integral de nuestro mandato como se ha realizado hasta ahora", afirmó Velásquez en un comunicado, su primer pronunciamiento público desde que el presidente Jimmy Morales ordenó su expulsión del país el domingo pasado, decisión que fue anulada por el máximo órgano de justicia.

Llegó a Guatemala discretamente en 2013, pero en cuatro años a cargo de una comisión antimafias de la ONU, el colombiano Iván Velásquez logró la renuncia de un presidente y puso en jaque al actual gobenante Jimmy Morales, quien lo declaró persona non grata.

Nacido en 1955 en Medellín, Velásquez ya había remecido a la opinión pública en Colombia con sus investigaciones sobre nexos entre dirigentes políticos y grupos paramilitares. 

Y ahora en Guatemala es visto como baluarte por su lucha frontal contra los corruptos en un país donde impera la impunidad.

De diálogo pausado, extenso y detallado, el jefe de la Comisión Internacional contra la Corrupción en Guatemala (Cicig), junto a la fiscal general Thelma Aldana, provocaron un sismo político el pasado viernes al solicitar el levantamiento de la inmunidad de Morales para investigarlo por financiamiento ilícito en la campaña electoral de 2015.

Dos días después, el mandatario lo declaró no grato y ordenó su expulsión inmediata. Pero la máxima instancia judicial del país, la Corte de Constitucionalidad, resolvió que se quedara, al aceptar un recurso de la oficina del ombudsman que anuló la decisión presidencial.

En 2015, la Cicig y la fiscalía revelaron una investigación sobre defraudación fiscal en aduanas que provocó la renuncia del entonces presidente Otto Pérez (2012-2015).

Pérez está señalado de ser el líder de una organización criminal que cobraba sobornos a empresarios para evadir impuestos y actualmente guarda prisión a la espera de se decida si debe enfrentar juicio.

El caso convirtió a Velásquez en una figura heroica para muchos guatemaltecos, que miran a este hombre de barba cana con respeto y admiración.

El alma de la corrupción 

Para el líder indígena Daniel Pascual, la decisión del mandatario de expulsar a Velásquez es un "movimiento táctico" para dejar acéfala a la Cicig y permitir que el Congreso anule el mandato de la entidad internacional.

"Estamos en una batalla donde está en juego el interés de la corrupción y la impunidad o la verdad y la justicia", dijo Pascual a la AFP.

En tanto, el politólogo y sociólogo independiente Héctor Rosada afirmó que Velásquez trascendió porque "tocó el alma de las estructuras criminales", lo que no hicieron sus antecesores al frente de la Cicig, el español Carlos Castresana y el costarricense Francisco Dall'Anese.

Consideró que con la decisión de expulsar a Velásquez, el presidente "se ha puesto en el papel de defensor del crimen organizado, de los culpables de la corrupción y de la impunidad".

Pascual y Rosada coinciden en que exmilitares, sectores de extrema derecha y políticos acusados de corrupción están detrás de los planes por anular la comisión de la ONU.

Parapolítica  

En su Colombia natal y como fiscal, Velásquez investigó ejecuciones extrajudiciales, secuestros y detenciones forzadas por parte de aparatos del Estado y paramilitares.

Entre 2006 y 2012 fue el encargado de investigar nexos entre miembros del Congreso y el paramilitarismo, lo que desató el escándalo denominado "parapolítica".

Por ese caso han sido condenados más de 50 congresistas, entre ellos un primo del expresidente Álvaro Uribe, un férreo crítico de Velásquez y quien se congratuló por la decisión de expulsarlo de este país.

No llegó a ser magistrado titular de la Corte en las siete veces que se postuló, pero afirma no sentirse frustrado por fracasar en ese objetivo.

Al contrario, considera que si lo hubieran nombrado magistrado aún estaría cumpliendo el período y no habría contribuido a la lucha contra la corrupción en Guatemala.

"Creo que cumplí un papel importante en términos de investigación de la parapolítica. Hubiera sido deseable hacer más, pero no se pudo. Salí sin resentimiento ni remordimientos. No compararía la salida de la Corte con la satisfacción que he tenido en Guatemala", afirmó hace un año en una entrevista con el diario El Tiempo de Colombia.

 

Por Afp/Efe

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