Visiones desde una Ecuador dividida por las elecciones

César Ricaurte, de Fundamedios, y el superintendente de Control del Poder de Mercado, Pedro Páez, hablaron con El Espectador sobre las elecciones en ese país y el final de 10 años de correísmo.

Angélica Lagos y Juan Sebastián Jiménez
02 de abril de 2017 - 02:14 a. m.
AFP
AFP

Ecuador se prepara para una segunda vuelta presidencial entre el candidato oficialista, el exvicepresidente Lenín Moreno, y el candidato de la oposición, Guillermo Lasso. Las encuestas le dan la ventaja a Moreno pero no hay nada seguro. Lo que sí está claro es que tras 10 años de correísmo, ese país se enfrenta la polarización generada por unas elecciones históricas. El Espectador habló al respecto con César Ricaurte, director de Fundamedios y opositor a Correa y con Pedro Páez, superintendente de Control del Poder de Mercado y arquitecto del programa económico de Correa. 

“La campaña más sucia de la historia”

César Ricaurte fue uno de los personajes al que el presidente de Ecuador, Rafael Correa, le dedicaba más programas. No era para menos, este periodista ecuatoriano, quien desde el 2006 está al frente de la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios), se atrevió a levantar la voz para denunciar los golpes que, desde el poder, le asestaban a la prensa. Desde su visión, Ricaurte analiza qué pasará en el país a partir de mañana, cuando los ecuatorianos hayan elegido a sucesor de RafaelCorrea.

Si gana Lenin Moreno, candidato oficialista, como anticipan las encuestas, ¿qué sigue para Ecuador?

Se espera una elección muy reñida y en ese sentido lo que cabe esperar es que se respete íntegramente la voluntad popular. Planteo dos escenarios: si gana Lenin Moreno se prevé una situación compleja en la cual una facción del partido de Gobierno, tratará de empujar una agenda aún más radical en vía al socialismo y el autoritarismo. Y otra vía que representa Moreno más propicia a tomar correctivos, iniciar diálogos con distintos sectores de la sociedad, cesar la persecución a los medios y periodistas, etc.

¿Y en el caso de Guillermo Lasso?

En el caso de que Guillermo Lasso gane es previsible  una situación de transición que puede ser también conflictiva, pues Alianza PAIS tiene mayoría en el Congreso y ocupa todas las otras funciones del Estado y se ha encargado de nombrar altos funcionarios afines en Fiscalía, Contraloría, etc. Lasso ha señalado que en los primeros 100 días va a enfrentar la previsible crisis de gobernabilidad llamando a un referendum para que el electorado sea el que dirima en ciertos temas claves.

¿La oposición perdió fuerza, Correa recuperó terreno o los ecuatorianos están cansados?

Lasso y la oposición han afrontado una campaña muy complicada por dos factores: la división y fragmentación de la misma oposición, que estuvo a un tris de evitar la segunda vuelta. Y segundo, el aparato del Estado se ha usado de manera abusiva para tratar de retener el poder por parte del partido de Gobierno. Y cuando digo todo, digo TODO, así en mayúsculas. Igual hay mucho descontento de los ecuatorianos con una forma de gobernar autoritaria, abusiva, irrespetuosa de cualquier derecho, que propicia la corrupción. Además hay una crisis económica que no termina de estallar. El Gobierno se ha encargado de empujarla para que le estalle al próximo Presidente.

¿En Ecuador pasa algo parecido a Venezuela: que hay un electorado cautivo con las ayudas gubernamentales?

Sí y no. El Gobierno ha intentado en esta campaña sacar provecho de los programas sociales, movilizar a esas bases cautivas que reciben subsidios directos, la gente afectada por el terremoto en las provincias de Esmeraldas y Manabí. Ahora bien, ese electorado no es incondicional y han tenido que movilizar a decenas de funcionarios públicos para que hagan proselitismo con ese sector poblacional.

¿Qué temas jugaron en contra de Lasso?

En Ecuador se ha llevado adelante la campaña electoral más sucia y violenta del que tenga memoria y he visto todas las elecciones desde el retorno a la democracia en 1979. Y el aparato estatal se ha utilizado para potenciar esa campaña sucia a niveles insospechados.  Por otro lado, la oposición política tampoco ha sido muy lúcida en leer el momento. No obstante, a diferencia de Venezuela, me parece que la sociedad civil en el Ecuador ha jugado un rol muy activo y al final se ha planteado la contienda, por supuesto de forma maniquea, no como una competencia de Lasso vs. Moreno, sino Democracia vs. Dictadura.

¿Habría diferencias entre un gobierno de Correa y uno de Lenin Moreno, o sería más de lo mismo?

El estilo de Lenin Moreno es distinto. Su temperamento es radicalmente distinto al de Rafael Correa. Pero hay un movimiento político detrás con facciones y habría que ver cuál de ellas predomina y que grado de influencia mantiene Correa.

Para la prensa, que vivió tiempos complicados en los diez años de gobierno de Ecuador, ¿qué panorama anticipa?

Creo que se abre un periodo interesante. Una ventana de oportunidades para revertir las políticas y leyes más nocivas contra la libertad de expresión y avanzar en una agenda positiva. En definitiva, esperamos que quien sea que llegue al poder, cese la guerra contra la prensa, la persecución contra medios y periodistas.

Qué piensa del debate sobre el asilo a Julian Assange: ¿mantenerlo o quitarlo?

En un inicio el asilo a Assange fue una gran operación de Relaciones Públicas del Gobierno de Correa. Hoy, con un Assange desprestigiado por sus oscuras relaciones con Putin, no es más que un gran problema para la credibilidad internacional del Ecuador.

¿Qué tanto jugó este tema de corrupción en las elecciones?

La corrupción ha sido un tema central. No solo lo de Odebrecht, que en el Ecuador misteriosamente todavía no tiene nombres. La gigantesca corrupción en el sector petrolero, que involucra al actual Vicepresidente es quizás el que más agota a la gente.

¿Ecuador desmentiría aquello de que la izquierda latinoamericana está en crisis?

No lo creo. El declive de los gobiernos que se decían progresistas es inevitable invadidos de corrupción y autoritarismo.  Aún si Alianza PAIS retiene el poder en el Ecuador, no olvidemos que se trata del peor resultado electoral de su historia.

"El candidato de la derecha quiere acabar con todo"

Puede que no suene familiar pero Pedro Páez fue, en sus primeros años, parte esencial del gobierno de Rafael Correa: fue el arquitecto de la Nueva Arquitectura Financiera Internacional y del programa económico del correísmo. Por ello conoce perfectamente el momento que está viviendo su país. El ahora superintendente de Control del Poder del Mercado habló con este diario sobre lo que dejan 10 años de correísmo y sobre las elecciones en Ecuador. 

¿Qué queda tras 10 años de correísmo?

 Mucha esperanza, mucha alegría; un país que tiene otra visión de sí mismo; una ciudadanía empoderada y con una cantidad de resultados, digamos, mucho menos sujetos a opiniones. La infraestructura, por ejemplo, o el aumento en la inversión pública, que saltó del 6% al 13.9% y siguió creciendo hasta llegar, en 2013, antes de la caída de los precios del petróleo, al 16.6%.

Y hay una serie de elementos que van más allá y que tienen que ver con el fortalecimiento, con la consolidación de la identidad nacional, de la cohesión social. Estas dos cosas juntas: o sea: la infraestructura física pero, también, la transformación subjetiva, produjeron unas respuestas que antes ni soñábamos.

Por ejemplo, desde la Superintendencia que presido, salió un manual de buenas prácticas para los supermercados, que empezó a implementarse en 2015 y que decía que los supermercados no podían comprarse solamente a ellos y a sus amigos de las grandes empresas sino que tenían, poco a poco, que ir diversificando sus compras y comprarles a los pequeños y medianos productores. Tenían que empezar con un 1% y cada semestre aumentar un 1%. Para el primer semestre tenían que comprar 6%, de la economía popular, y terminaron comprando el 23%. Esto era impensable porque estamos hablando de productores que ni siquiera soñaban con la posibilidad de venderles a supermercados. En un semestre sacamos, con 344 asambleas productivas, cerramos el 2016 con mil millones de dólares en productos de la economía popular puestos en los supermercados.

Otro ejemplo: ante la crisis internacional, cada país busca cómo defenderse; Colombia y Perú, debido a la devaluación, nos dejan fritos, porque nosotros estamos dolarizados . Y el gobierno, restringido por los acuerdos de la OMC, no tiene mayores instrumentos. Entonces el Ecuador, de la noche a la mañana, empieza a producir computadoras, televisores, refrigeradoras, motocicletas, automóviles, teléfonos celulares.

 Otro ejemplo (no pretendo ser exhaustivo): tenemos registros de la mejora, año a año, de la capacidad adquisitiva de todos los deciles de la población y no solo de los más altos. Antes de eso, eso sucedía, exclusivamente, con el 1% más rico. Pero jamás tenías una mejora general, al menos, desde los 80. En el Ecuador el PIB per cápita de 1980 solo se lo recupera en 2004. Y si haces una discriminación, en términos de la evolución de cada uno de los deciles, realmente la situación de la gente más pobre es terrible. Pero, incluso, la de las clases medias. Pues, por primera vez, tenemos una mejora, respecto al ingreso monetario. Y luego tienes una mejora, un proceso de redistribución progresiva, muy importante en lo que tiene que ver con las necesidad básicas. Hablabámos de la infraestructura productiva pero también de escuelas, de colegios, de hospitales, de saneamiento.

Ahorita mismo, por ejemplo, vemos la tragedia que sufren los hermanos peruanos por el mismo fenómeno climático que se vive en las costas ecuatorianas. Y, sin embargo, por las obras de infraetructura, que muchas veces ni se las ve, que son obras de alcantarillado, de canales de desagüe, han preparado al país para, por primera vez, enfrentar una situación tan desafortunada. Son cosas que, de pronto, no tienen un efecto, digamos, de eficiencia, en términos del PIB, no se refleja en las estadísticas tradicionales, pero que tienen una trascendencia enorme.

Todas estas cuestiones están mostrando un cambio de época, en términos de la identidad de la gente, de la autopercepción de la gente en torno a sus capacidades. Y esto está ligado a otra dimensión que rompe con esta visión de izquierda y derecha, del Estado contra el Mercado, y es la inclusión de otro factor totalmente olvidado por políticos y académicos que es la sociedad civil como tal. O sea: una ciudadanía empoderada.

Esto está vinculado a un proceso de toma de conciencia, que todavía no se concreta, pero que se trata de darle forma a una conciencia ciudadana. Yo creo que es el legado más importante, el más difícil de revertir, porque la propuesta del candidato de la derecha es destruir todo: quieren volver a que la educación pública sea pagada, a que en los hospitales se cobre por la atención a los pacientes; quieren acabar con la Superintendencia de Control del Poder del Mercado, que no haya regulación; quieren eliminar todo lo que se ha hecho en educación superior con nuevos estándares de acreditación, becas, inversiones, laboratorios. Tenemos 16 mil becados enviados al exterior para que hagan sus doctorados. Esto de una población de 16 millones. Fue un esfuerzo muy importante que pueden desmantelar.

Lo que me parece que va a ser más duro de desmantelar, probablemente recurran a todo tipo de manipulaciones sicológicas, son esos cambios en la mentalidad. Muestra de ello: el referendo en torno a las off shore: el prohibir que funcionarios tengan dinero en empresas off shore.

 Es muy importante que, pese que un buen porcentaje de la población queda atrapado en el discurso moralista(que tumbó a Roussef, en Brasil, cuando a la presidenta no se le ha podido comprobar nada y, sin embargo, al gobierno que la reemplaza le llueven las acusaciones), no hay que desviarse de estas soluciones concretas. En el Ecuador la gente compra parte de esa situación, cae en esa trampa y hay un castigo electoral al candidato de Alianza País.

¿Qué explicaría que Moreno no se pueda imponer en primera vuelta y que haya un pronóstico reservado respecto a la segunda vuelta?

Ni tan reservado. Las encuestadoras, incluso algunas vinculadas a la oposición, le dan la ventaja al candidato de Alianza País. Igual yo no creo que la cosa vaya a quedar allí, hay una agenda de desestabilización, sean cuales sean los resultados van a intentar sembrar el odio y la violencia en el país con la acusación de fraude. Pero me parece que sí es importante el ver estas cosas de forma autocrítica, en el sentido de que es necesario un debate nacional e, incluso, latinoamericano respecto a la urgencia de encontrar alternativas que nos permitan defender y desarrollar nuestra soberanía económica. Nos enfrentamos a una situación en la que institucional y productivamente, el continente entero ha ido sacrificándolo todo, las élites sacrificaron a sus países con la ilusión de que iban a ser los socios menores en esta situación de la globalización. Y ahora el senor Trump viene y es obvio que se van a generalizar las políticas proteccionistas de los países del norte y esto va a generar un modelo de picoteo, en el que la mayoría de estas élites van a quedarse colgadas de la brocha.

En América Latina, en su conjunto; en el Ecuador, con mucha más crudeza por la brutalidad que significó la automutilación de la autonomía monetaria, esto se convierte en un imperativo y, como lo ha dicho (Rafael) Correa con mucho olfato político, estas nuevas dificultades crean las condiciones objetivas para que este sea un momento ineludible para la conformación de la Patria Grande: no hay otra alternativa que regresar a ver mecanismos concretas para endogenizar la prosperidad y la paz.

 

Por Angélica Lagos y Juan Sebastián Jiménez

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar