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25 años de la Unidad Alemana

El 3 de octubre de 2015 es para nosotros, los alemanes, un motivo de celebración, pero también de mirar hacia atrás con gratitud.

Frank-Walter Steinmeier*
03 de octubre de 2015 - 03:10 a. m.

Con la firma del Acta Final de la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa hace 40 años, en Helsinki, los alemanes y nuestros vecinos veíamos el inicio de una nueva era en las relaciones europeas. Juntos esperábamos paz y estabilidad. El proceso de distensión entre el Este y el Oeste allanó el camino para superar la Guerra Fría.

Agradecemos la confianza depositada en aquel entonces en Alemania por nuestros vecinos y socios. Su confianza y su consentimiento fueron indispensables para la superación de la división de nuestro país y para la integración de Europa.

Estamos agradecidos con las personas valientes en la antigua República Democrática Alemana y en toda Europa del Este que con su deseo de libertad y su actitud cívica lograron la caída del Muro.

Lo que impulsó la unidad alemana en 1990 sigue vigente hoy —y no sólo para Alemania sino en todo el mundo—: la democracia y el Estado de derecho garantizan la paz y la estabilidad. La reunificación alemana nos enseñó que los gobiernos dependen de la confianza de sus ciudadanos. Si se respetan los derechos fundamentales se gana la confianza de las personas y se puede alcanzar un desarrollo económico y social pleno, además de crear y conservar unas relaciones marcadas por la confianza con los vecinos y los socios.

La reunificación de Alemania hace 25 años estuvo unida a la esperanza de un futuro más estable y pacífico. Sin embargo, hoy en día vivimos un sinnúmero de crisis y conflictos, que para alguien de mi generación no tienen precedente en cuanto a su gravedad y complejidad. La guerra, el terrorismo y la violencia desde Oriente Próximo hasta el África subsahariana empujan a miles y miles de personas a huir. Al mismo tiempo, en el este de Europa se está dando el peor conflicto desde el final de la Guerra Fría.

Las tormentas de hoy, no obstante, no deben derribar todo lo que hemos construido juntos a lo largo de muchos años, a saber, la visión de un orden de paz en Europa y más allá de nuestro continente, un orden basado en el diálogo, la confianza y la seguridad. Estos son los parámetros que servirán de brújula cuando en 2016 Alemania asuma la presidencia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

Alemania cumple con su responsabilidad de contribuir a conformar el futuro orden internacional. Y en este contexto tenemos claro que sólo puede existir un único marco realista y legítimo para nuestra política: la integración europea. Después de dos guerras mundiales y de la división de Alemania, esta es la única respuesta convincente a la tarea de organizar la política en el centro de Europa.

La responsabilidad alemana significa hoy —25 años después de la reunificación de Alemania y de la superación de la división de Europa— asumir responsabilidad no sólo por el propio país, sino a la vez por el proyecto europeo común, por la paz y por la solidaridad en Europa.

* Ministro Federal de Relaciones Exteriores.

Por Frank-Walter Steinmeier*

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