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'Algunos serán hostiles con Maduro'

El presidente venezolano priorizó las relaciones con América Latina, por eso con Europa no habrá grandes cambios. Quienes lo criticaban mantendrán su postura con su sucesor.

Ricardo Abdahllah / París
13 de marzo de 2013 - 10:00 p. m.
La muerte de Hugo Chávez tuvo mucho eco en Europa, en donde todavía siguen analizando su legado. / AFP
La muerte de Hugo Chávez tuvo mucho eco en Europa, en donde todavía siguen analizando su legado. / AFP

El presidente François Hollande, como la mayoría de sus homólogos europeos, se limitó al protocolo: “Más allá de su temperamento y de una orientación con la que no todo mundo estaba de acuerdo, el presidente mostró una voluntad innegable de luchar por la justicia y el desarrollo”, afirmó en un comunicado. Su ministra de Justicia, Christiane Taubira, declaró más conmovida: “No podemos ser insensibles a la lucha de este dirigente contra la pobreza y por la educación. El pueblo digno de Venezuela merece que lo acompañemos en su dolor”. Desde la muerte del líder palestino Yaser Arafat no había tantas manifestaciones.

Chávez mantuvo relaciones cordiales con la mayoría de los dirigentes europeos y, a diferencia de lo que ocurrió en América Latina, nunca despertó oposiciones virulentas entre los gobiernos de derecha. Jean-Jacques Kourliandsky, experto en América Latina del Instituto de Relaciones Internacionales Estratégicas (IRIS), y Maurice Lemoine, exjefe de redacción de Le Monde diplomatique y autor de Chávez presidente, hablaron con El Espectador sobre las relaciones con Europa y el futuro de ellas sin Chávez.

La muerte de Chávez acaparó el interés de los medios europeos. ¿Por qué tanto despliegue?

Jean-Jacques Kourliandsky: Chávez era muy mediático y, en ese sentido, ideal para producir un espectáculo que retuviera la atención de los espectadores. Esto hace que la mayoría de los europeos conozcan mucho a Chávez y menos, por ejemplo, al presidente de Uruguay, que tiene un perfil muy interesante. El comportamiento de Chávez, para bien o para mal, correspondía a lo que querían los medios.

¿Podría decirse que Chávez, y los demás presidentes que le fueron cercanos, renovaron la imagen de la izquierda latinoamericana en Europa?

J.J.K.: antes era la izquierda latinoamericana la que se inspiraba en lo que pasaba en Europa, y ahora vemos una inversión de los polos de referencia.

¿Chávez es visto como un símbolo por la izquierda europea?

Maurice Lemoine: hay dos izquierdas, la “real”, que llamamos “izquierda de la izquierda” y para la que Chávez es un ejemplo a seguir, y la “izquierda de gobierno”. Esta última nunca simpatizó con el presidente venezolano por una razón concreta: cuando Chávez quiso dar un golpe de Estado en 1992, lo hizo contra Carlos Andrés Pérez, cuyo partido, Acción Democrática, pertenecía a la Internacional Socialista, que reúne a las izquierdas de gobierno de Europa. Tanto querían a Pérez, que cuando fue destituido por corrupción, muchos líderes de esa izquierda de gobierno europea incluso le escribieron expresando su solidaridad.

J.J.K.: hay una parte de la izquierda europea que encontró en Chávez una especie de referencia en medio de la crisis que vive. Pero Brasil es también otra referencia que ha tenido una influencia mucho más profunda.

Pero las derechas europeas nunca lo miraron mal. Incluso Nicolás Sarkozy estuvo en contacto con él.

M.L.: paradójicamente, en Europa la derecha fue menos dura con Chávez que la izquierda de gobierno. En Venezuela hay mucho petróleo, y si las grandes compañías europeas pueden asociarse con PDVSA, los gobiernos no van a armar problema por las diferencias ideológicas. Aunque aquí vean como enemigos a quienes sostienen tesis similares a las de Chávez, lo que pase allá no les interesa.

¿Qué tiene que aprender Europa del legado político de Chávez?

J.J.K.: no mucho, porque Chávez basó su programa político en la abundancia petrolera y los estados europeos no disponen de recursos de esa magnitud. Aparte tal vez de Noruega, ningún otro estado europeo tiene una materia prima que le permita grandes inversiones en materia social.

M.L.: para la izquierda real la gran lección es que con la voluntad política se pueden hacer cosas, que no hay una fatalidad que nos impida hacer algo contra el mundo financiero y las multinacionales. La gran lección es que los ciudadanos no están condenados a ser gobernados por élites que pasan por encima de su dignidad y sus derechos. Así como ese legado no sólo se lo debemos a Chávez sino a todos los venezolanos, no son los gobiernos sino los pueblos europeos los que tienen que aprenderlo. Al mismo tiempo, su caso muestra que cuando un candidato llega al Gobierno y cumple con las promesas que hizo, puede conseguir resultados y conservar el apoyo de su pueblo.

¿Cómo cambian las relaciones entre Europa y Venezuela tras la muerte de Chávez?

J.J.K.: los grandes proyectos de Chávez se orientaban hacia sus vecinos latinoamericanos, Asia y el mundo árabe. Europa no era su prioridad, más allá de un interés mutuo a nivel económico y comercial. Por ahora no hay problemas particulares.

M.L.: con seguridad no habrá grandes cambios. Como Acción Democrática seguirá en la oposición, los partidos socialistas, que fueron hostiles a Chávez, lo seguirán siendo con Nicolás Maduro, su sucesor.

Por Ricardo Abdahllah / París

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