El Gobierno argentino rechazó este jueves las cifras de la Unesco según las cuales la deserción escolar creció 1,8 puntos porcentuales en los últimos años, pese a que la tasa permanece por debajo de la media de América Latina, y recalcó que la tendencia es positiva.
"Existe escolarización plena, por lo tanto hay inclusión social educativa, hay escolarización y en consecuencia debería disminuir la deserción", afirmó el jefe de Gabinete del Gobierno, Jorge Capitanich, durante su rueda de prensa diaria.
El funcionario defendió que "Argentina ha mejorado sustancialmente en todo lo que significa educación" pero aseguró no conocer los datos del estudio realizado por la Unesco, difundidos por el opositor diario Clarín, por lo que no es posible realizar una evaluación "objetiva".
"Para emitir una opinión debiera conocer en profundidad el estudio pero no coincido con la percepción respecto a la tendencia. La tendencia en Argentina es hacia la escolarización plena", recalcó.
El informe recoge los datos del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (TERCE), presentado hace unos días por la Unesco, correspondientes al periodo 2006-2011.
Según TERCE, en Argentina la deserción pasó del 5,1 % en 2006 al 6,9 % en 2011, última cifra disponible, y solo en Perú y Colombia la tendencia fue también negativa.
Pese a ello, el volumen de deserciones en Argentina es en total significativamente más bajo que en la mayoría de los países latinoamericanos, cuya tasa promedio de abandono es del 16,7 %.
"Todos los indicadores indican que ha mejorado la tasa de repitencia (repetición de curso), de malogro y ha mejorado sustancialmente la tasa de escolarización, mientras que en América Latina es del 91 % en Argentina supera el 99 %, es decir, existe escolaridad plena", afirmó Capitanich.
El jefe de ministros destacó además las inversiones realizadas desde la asunción de Néstor Kirchner en 2003, en cuanto a ayudas familiares (como la asignación universal por hijo), las infraestructuras y las ayudas para comprar material escolar.
"Si un país casi duplica la participación del presupuesto educativo en términos de producto interior bruto (PBI), llegando al 6,47 %" y a su vez el PBI crece sucesivamente incrementando lo que se destina a educación, esa inversión "debe inexorablemente tener impacto" no solamente en la escolarización sino también en la deserción, sostuvo Capitanich.