El 1 de diciembre de 2001 se decretaba el ‘corralito’ en Argentina: quienes desearan retirar sus ahorros, sólo podrían sacar hasta 250 pesos semanales. La medida desembocó en la mayor crisis económica en la historia del país y provocó la renuncia del presidente, Fernando de la Rúa. Hoy, Argentina se ufana de superar el trauma que dejó a dos tercios de su población bajo la línea de pobreza y un posterior desempleo del 57%.
Después de que, debido a la desconfianza en las entidades bancarias, los argentinos retiraran masivamente cerca de US$18 mil millones, el gobierno anunció el ‘corralito’, que se aplicó desde el 3 de diciembre de 2001. La medida también buscaba evitar una crisis financiera que crecía desde 1998 y que, a finales de 2001, tenía a Argentina con una deuda del sector público del 53%, un desempleo del 18,3% y pobreza del 38,3%.
Pero la restricción hizo estallar el descontento social. El 13 de diciembre se realizó una huelga general, hubo saqueos y ataques a bancos. El presidente De la Rúa declaró el Estado de Sitio, medida que encendió más la ira del pueblo. El 19 de diciembre miles salieron a las calles, cacerola en mano, para manifestar su repudio al ‘corralito’. Hubo muertes, disturbios y represión en la Plaza de Mayo contra los manifestantes, cuyos ahorros retenidos sumaban US$65 mil millones.
Los incidentes provocaron la renuncia de De la Rúa el 20 de diciembre, cuando ya había cerca de 30 muertos. Desde entonces se sucedieron cuatro mandatarios en cinco días. El 6 de enero de 2002 el Parlamento aprobó la ley de emergencia pública, que terminó con la ley de convertibilidad (que mantenía uno a uno el peso y el dólar y era una de las causas de la crisis), y el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov, instauró el ‘corralón’: los depósitos en dólares pasaron a pesos a un cambio de 1,40, a pesar de que el gobierno había prometido que “los que depositaron dólares, recibirán dólares”.
Un mes después, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucionales las restricciones, lo que provocó múltiples demandas judiciales contra el Estado.
No hay registro oficial de cuántas demandas siguen en curso. Los bancos guardan silencio al respecto. Juan Seliman, exdirectivo de la agrupación Ahorristas Bancarios Argentinos Estafados, cuenta que muy pocos, entre los cerca de un millón de argentinos afectados, se quedaron sin cobrar, “aunque todos perdieron mucho dinero”.
La reactivación económica llegó en 2003, con Néstor Kirchner como mandatario y la instauración de un modelo basado en actividad agropecuaria, rearme del tejido industrial, exportaciones y un fuerte papel del Estado como interventor en la economía. Hoy Argentina acumula ocho años de crecimiento económico a tasas del 8% anual, los niveles de desempleo descienden al 7,2%, la menor tasa en los últimos diez años. Asimismo, según la ONU, Latinoamérica alcanza ahora sus menores índices de pobreza en los últimos 20 años y seguirán bajando en 2012. La crisis ahora la enfrenta el Viejo Continente.