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¿Armar a Ucrania?

Frente al avance de los rebeldes prorrusos y su superioridad militar sobre el ejército ucraniano, la Casa Blanca podría enviar armas letales para la defensa de Kiev.

Daniel Salgar Antolínez
06 de febrero de 2015 - 02:40 a. m.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, en la primera unidad de tanques APC producidos en su país. / AFP
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, en la primera unidad de tanques APC producidos en su país. / AFP

El recrudecimiento del conflicto en Ucrania obliga a EE.UU. y a la OTAN a tomar decisiones más severas para mitigar la “agresión rusa” sobre ese país. Desde abril del año pasado, alrededor de 5.300 personas han muerto y no se ve una solución política a corto plazo. Ayer, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, estuvo en Kiev para hacer un nuevo llamado a solucionar el conflicto por vías no militares. Sin embargo, el gobierno estadounidense contempla entregar armas letales a las autoridades ucranianas para que se defiendan de los separatistas.

El ejército ucraniano está mucho menos fortalecido que el de los separatistas prorrusos que controlan regiones del este del país. Estimaciones de la OTAN indican que Rusia ha enviado a los separatistas tanques T-80, cuyo blindaje es impenetrable para la artillería del ejército ucraniano. También misiles Grad, otras armas pesadas, alrededor de 1.000 soldados y equipos electrónicos para interferir las comunicaciones de Kiev.

Con este apoyo, los separatistas han tomado el control de una mayor extensión de territorio, que incluye el aeropuerto de la región de Donetsk y, más recientemente, la ciudad de Debaltseve, que es un importante centro de transportes y donde se generó un masivo desplazamiento. Según Amnistía Internacional, la población pasó de 25.000 a 7.000 en pocos días.

El fortalecimiento de los prorrusos ha dejado petrificados en el papel los acuerdos de Minsk, que fueron pactados en septiembre del año pasado en la capital bielorrusa entre las autoridades de ese país, las rusas y las ucranianas y constan de 12 medidas para “establecer la paz y estabilidad en las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk teniendo en cuenta la soberanía, la integridad territorial y la independencia de Ucrania”.

De hecho, a partir de este avance separatista, el presidente ruso, Vladimir Putin, intenta cambiar los términos de la negociación. El New York Times reveló, citando fuentes diplomáticas bajo anonimato, una propuesta recientemente enviada por Putin a líderes occidentales, con un plan para crear una nueva Transnistria o Abjasia en Ucrania. “Un cínico esfuerzo para salirse de los compromisos alcanzados en Minsk”. Este plan reflejaría las ambiciones de Moscú: Transnistria es un enclave ruso en Moldavia y Abjasia una región de Georgia bajo control ruso.

De este avance separatista se puede concluir que la ayuda aportada a Kiev y las sanciones económicas contra Rusia no han sido suficientes. Hasta ahora, EE.UU. ha enviado a Kiev unos US$118 millones en armas no letales y planea aportar otros US$120 millones para el mismo fin. Además, Kerry anunció ayer un aporte de US$16,4 millones para atención humanitaria a los civiles de las regiones de Donetsk y Lugansk.

La pregunta es si Washington debe ahora enviar armas pesadas para hacer frente a los separatistas. Obama y altos funcionarios del Pentágono se han mostrado favorables a esta idea en los últimos días. El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, advirtió que, para evitar una mortandad mayor, necesita armas modernas, equipos, municiones, rifles de francotirador, morteros, lanzagranadas, misiles antitanque, vehículos blindados de transporte de personal, hospitales de campaña móviles, radares y aviones no tripulados.

El problema es que armar a Kiev no garantiza que Rusia detenga su apoyo a los rebeldes. Como advirtió el general de la fuerza aérea estadounidense Philip Breedlove, cualquier acción de EE.UU. u otros países occidentales “podría desencadenar una reacción más estridente de Rusia”.

Desde Moscú ya llegaron los pronunciamientos. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Alexánder Lukashevich, afirmó que el gobierno de su país verá toda decisión de EE.UU. para ofrecer a Ucrania armas letales como una amenaza a la seguridad de Rusia y que tal decisión sólo lograría escalar el conflicto en Ucrania.

Mientras las armas aumentan la tensión, en la diplomacia persiste el discurso de la salida política. Kerry reiteró desde Kiev que su país optó por la solución pacífica, “pero Rusia tiene que tomar sus decisiones”. Los líderes de Francia y Alemania, François Hollande y Ángela Merkel, también se dieron cita en Ucrania para intentar acordar, de nuevo, un plan de paz que evite la “guerra total”. Hoy tienen programado un viaje a Moscú para entrevistarse con Putin.

 

 

dsalgar@elespectador.com

 

Por Daniel Salgar Antolínez

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