Un tribunal de lo penal de Bangkok paralizó la extradición del presunto traficante de armas ruso Viktor Bout a Estados Unidos para ser juzgado por vender armas a la guerrilla Farc.
La magistratura rechazó la petición de Washington, a través de la Fiscalía General tailandesa, de retirar los cargos de fraude y lavado de dinero que Estados Unidos presentó en febrero, cuando pensó que necesitaba reforzar la solicitud de extradición.
Si no fuese por estas acusaciones, el ex espía ruso de 43 años podría estar ya en una cárcel estadounidense, porque el traslado fue autorizado por el Tribunal de Apelaciones el 20 de agosto.
Estados Unidos y Rusia han mantenido un duro pulso por la suerte del ciudadano ruso desde que fue detenido en un hotel de lujo de Bangkok, el 8 de marzo de 2008, en una operación que asesoraron agentes secretos estadounidenses.
Al principio, Moscú salió favorecido cuando una instancia de justicia inferior tailandesa rechazó la extradición, pero la suerte se inclinó del otro lado luego.
La mayoría de los observadores políticos opinaba que los cargos de fraude y lavado de dinero serían retirados hoy, incluso el propio Bout escribió en septiembre a la Duma o Cámara de Diputados de Rusia para que intercediera.
"No tengo ninguna posibilidad de apelar a una instancia judicial superior tailandesa. No soy culpable de los delitos que me atribuye EEUU. Nunca he participado en ninguna actividad ilegal ni en EEUU, donde jamás estuve, ni en ningún otro país", explica Bout en la misiva que remitió al presidente de la Duma, Borís Grizlov.
Al entrar esta tarde a los juzgados de Bangkok con una camiseta naranja y un chaleco antibalas, el ex espía de la KGB daba por sentado en su breve respuesta a los periodistas que la sentencia le sería desfavorable.
Sin embargo, el rechazo de la magistratura pone presión sobre Estados Unidos, porque si no consigue eliminar estos cargos antes del 20 de noviembre, cuando vencen los 90 días que el Tribunal de Apelaciones dio para la extradición, tendrá que iniciar todo el proceso que ha durado dos años desde el principio.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos implica a Bout en operaciones para la venta a las Farc de unos 800 misiles tierra-aire, 5.000 fusiles de asalto AK-47, explosivos C-4 y minas antipersona, entre otras armas valoradas en varios millones de dólares.
Según el FBI, también intentó adquirir una batería antiaérea y conspiró para asesinar a ciudadanos estadounidenses.
Además, en febrero de este año las autoridades estadounidenses acusaron a Bout de tratar de adquirir de forma ilegal dos aviones en Estados Unidos, fraude y blanqueo de dinero.
Los servicios de inteligencia británicos y estadounidenses sostienen que dirigió durante años una de las mayores redes de contrabando de armas, formada por entramado de empresas para las que trabajaban unas 300 personas que llevaban a cabo esa actividad con el apoyo de unos 40 aviones, la mayor parte Antonov de fabricación rusa.
Bout, cuyo nombre aparece en numerosos informes de la ONU por transgredir sanciones internacionales y embargos de armas, ha sido acusado de hacer negocios con regímenes y grupos de África y Asia, con dictadores como el liberiano Charles Taylor y el libio Muamar Gadafi.
A mediados de la década de los 90, Bout vendió armas en Afganistán de forma simultánea a las fuerzas de la Alianza del Norte, así como a los talibanes y sus aliados de Al Qaeda.
Su fama inspiró la película hollywoodiense "Lord of War", cuyo protagonista, Nicholas Cage, relata orgulloso en el filme que aprovechó la caída de la Unión Soviética para enriquecerse con la venta de los arsenales que adquirió mediante sobornos a generales corruptos.