La serie de tornados y tormentas que han arrasado varias zonas de los estados de Oklahoma, Kansas, Misuri y Georgia entre el sábado y domingo han dejado ya al menos 20 muertos.
El sistema aún continúa activo y el Servicio Nacional de Metereología emitió este domingo una alerta de tornado en el sureste de Kentucky.
Advirtió, además, de que la tormenta "es capaz de generar granizo del tamaño de una moneda y vientos con poder destructivo".
Imágenes de televisión muestran casas destruidas o seriamente dañadas en Dublin, bajo un cielo ahora azul, al lado de otros edificios que han quedado intactos.
Una persona murió en esa localidad, situada al sureste de Atlanta. Mientras el sistema se desplaza hacia el noreste, como es el patrón de las borrascas en esa región de Estados Unidos, las autoridades evalúan el daño y estiman el número de bajas.
El departamento de emergencias de Misuri informó de que al menos doce personas han resultado muertas al suroeste del estado, 10 de ellas en el condado de Newton.
Según el informe provisional oficial, el condado, donde se han producido daños materiales cuantiosos, recupera la normalidad aunque todavía se desconoce el número de personas que se han quedado sin suministro eléctrico.
Otras continúan acogidas en los refugios montados en iglesias de las localidades afectadas en colaboración con la Cruz Roja estadounidense.
Los otros dos fallecidos en Misuri perdieron la vida en los condados de Barry y Jasper.
En Oklahoma, donde el presidente estadounidense, George W. Bush, aprobó el viernes ayudas federales para 23 condados azotados por tormentas primaverales previas, hay al menos siete muertos, que perecieron cuando un tornado tocó tierra en la localidad de Picher.