La victoria de los “tories” en las elecciones del pasado jueves en Inglaterra y Gales, incluido el colofón de Londres, ha infundido energía y optimismo en un partido que no levantaba cabeza desde que el Nuevo Laborismo de Tony Blair llegó al poder en 1997.
Johnson, quien será investido hoy pero que empezará a ejercer hasta el lunes, es el primer político conservador en ocupar un cargo de gobierno desde hace 11 años, lo que, sumado a los catastróficos resultados de los laboristas en las municipales, hace pensar a los “tories” que pueden volver a dirigir la nación.
“Hemos mostrado que hay una alternativa, ahora debemos demostrarlo. Pero creo que mi partido, el Partido Conservador, está preparado para gobernar el Reino Unido”, afirmó Cameron al celebrar la victoria de su correligionario.
En sus primeras declaraciones, el nuevo alcalde de Londres, con aspecto relajado y sonriente, dijo a los periodistas que iba a reunirse con las personas que integrarán su equipo, con las que quiere ejecutar “un manifiesto político muy claro”.
Uno de sus primeros actos oficiales tendrá lugar el próximo viernes, cuando está previsto que reciba al alcalde de Nueva York, el empresario Michael Bloomberg, quien le ha felicitado por el triunfo.
Mientras Johnson se preparaba para sus nuevas funciones, el alcalde saliente, el laborista Ken Livingstone, que gobernaba desde el 2000, recogía discretamente sus pertenencias de su oficina en el Ayuntamiento capitalino, a las orillas del Támesis.
Boris Johnson, un ex periodista convertido en político conocido tanto por su ingenio como por su tendencia a meter la pata, deberá demostrar en su nuevo cargo que es capaz de dirigir una de las ciudades más ricas, diversas y complejas del mundo.
Los analistas afirman que Cameron quiere tenerle “atado en corto” para evitar que cometa alguna torpeza que pueda costarle el puesto y perjudicar las opciones de la formación de cara a las generales, que se celebrarán como tarde en el 2010.
El político conservador, que en breve dejará su escaño de diputado, fue elegido con un programa centrado en la reducción de la criminalidad, en el que había también propuestas como sancionar a los adolescentes ruidosos en los autobuses y no subir la tasa de circulación por el centro de Londres a los coches más contaminantes.
La conquista de la alcaldía por Johnson, que ganó gracias a los votos de la clase media de las afueras de Londres, insufla oxígeno al Partido Conservador de Cameron, pero todavía hay laboristas que creen, como el ministro de Justicia, Jack Straw, que, en cuanto a las generales, la suerte aún no está echada.