Las tropas afganas han matado a unos 34 talibanes, entre ellos algunos extranjeros, en un fuego cruzado en el que perdieron la vida siete soldados del Ejército afgano, tras una emboscada preparada por los insurgentes contra un convoy militar en la provincia sureña de Zabul, en la carretera que enlaza Kabul con la ciudad de Kandahar.
Tras la emboscada se produjo un intercambio de disparos entre los insurgentes y el Ejército, dejando unos 34 talibanes muertos en el campo de batalla, entre ellos dos árabes, y siete militares, aunque se cree que la cifra de muertos puede aumentar.
Además, una decena de insurgentes han resultado heridos y detenidos en el curso de los combates.
Por otra parte, en otro enfrentamiento, en la provincia central de Ghazni, unos quince insurgentes murieron en una operación militar conjunta entre las fuerzas afganas y la OTAN.
Así mismo, al menos cuatro civiles han muerto y ocho han resultado heridos por la explosión de una bomba al paso de un autobús en la provincia occidental de Farah.
El artefacto estalló en la carretera que une las localidades de Gulistán y Delaram, según el gobernador de la región, Rohul Ameen, citado por la agencia PAN.
En el atentado, perdieron la vida dos miembros de una familia, el conductor del autobús y otro civil, según Ameen.
Según un lugareño de Gulistán citado por PAN, los ocho heridos están graves.