José Laboureur, de 49 años y profesor de tecnología en el colegio Cilles-de-Chin de la localidad de Berlaimont, al norte de Francia, compareció ante el Tribunal por “violencia agravada” y se enfrentaba a una pena máxima de cinco años de prisión y 75 mil euros de multa.
Laboureur abofeteó en plena clase a su alumno, hijo de un gendarme, después de una discusión en la que el niño le llamó “gilipollas” a la cara.
Para la Fiscalía, la torta “no es sólo de una bofetada, sino que se trata de una escena de violencia donde hay una voluntad de humillación”.
El alumno, que cambió de colegio después del incidente, fue expulsado tres días de su clase de sexto curso después del incidente protagonizado con el profesor multado ahora.
Por Agencia EFE
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