En una rueda de prensa, el director de la Agencia para la Defensa con Misiles, el teniente general Henry Obering, explicó que los diez interceptores que Estados Unidos quiere desplegar en Polonia no llevarían cabezas balísticas o explosivas.
Con estos comentarios parecía querer indicar que esos interceptores no representan una amenaza para Rusia, al contrario de lo que ha afirmado el Gobierno de ese país.
EE.UU., que la semana pasada firmó un acuerdo con la República Checa para instalar allí el radar del sistema, asegura que el propósito es hacer frente a posibles amenazas procedentes de países hostiles en Oriente Medio.
El presidente ruso, Vladímir Medvédev, advirtió la semana pasada en la cumbre del Grupo de los 8 en Japón que su país responderá al escudo "con medidas" que no precisó.
En febrero, el entonces presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió que su país podría desplegar a su vez misiles en Kaliningrado, en la frontera con Polonia.
"Si tratáramos de convertir los interceptores en misiles ofensivos, sería algo evidente hasta para el observador aficionado", dijo el teniente general Obering.
"No es algo que tengamos ninguna intención, ni razón, de hacer, francamente", agregó.
Según el militar, "no hay ningún tipo de justificación, a nuestros ojos, para algunas de las declaraciones o preocupaciones (rusas) sobre el emplazamiento" del escudo de misiles.