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Una mansión renacentista en medio de la pobreza en Cisjordania

Ni siquiera uno de los hombres más ricos de Cisjordania puede olvidar la ocupación militar israelí.

AP
07 de marzo de 2009 - 01:13 p. m.

Un millonario palestino ha creado un paraíso en la cumbre de una montaña en Tierra Santa, con una copia de una famosa mansión renacentista, jardines exquisitamente trabajados y un pabellón de hierro forjado que en una época perteneció a un sobrino de Napoleón Bonaparte.

Pero ni siquiera uno de los hombres más ricos de Cisjordania puede olvidar la ocupación militar israelí, pues bases del ejército y asentamientos de colonos judíos ocupan colinas que rodean su mansión de 40 hectáreas.

Y algunos dicen que tal despliegue de riqueza -la mansión del color de la miel se puede ver a varios kilómetros de distancia- resulta discordante en una época de graves dificultades económicas. Al pie de la montaña, en Naplusa, el desempleo es de un 16%, y el alcalde dice que un 40% de sus 180.000 residentes viven sumergidos en la pobreza.

Pero Munib Masri, de 72 años, no pide disculpas por esa mansión. Según señaló durante una gira por su propiedad, él invierte en la economía palestina, no en el extranjero, e intenta que otros lo imiten.

Masri ha traído a centenares de empresarios a Naplusa para una conferencia sobre inversiones que se realizó a fines de 2008. Los organizadores dijeron que habían recibido 490 millones de dólares en propuestas. Eso incluyó una planta de energía eléctrica, un matadero y un parque industrial a un costo de 25 millones de dólares.

La conferencia siguió a un evento similar en Belén, organizada por el gobierno palestino en marzo. En ambos casos, muchos de los potenciales inversionistas eran palestinos ricos que viven en el extranjero.

Aunque otros palestinos acaudalados han construido grandes mansiones, la residencia de Masri es inigualable en la Cisjordania debido a su diseño renacentista y a las tierras donde está situada.

Masri dijo que su propiedad ofrece un atisbo de lo que pueden obtener los palestinos si se independizan. Nacido en el seno de un extenso clan de comerciantes de Naplusa, en 1936, Masri estudió geología en la universidad de Texas, en Austin, en la década del cincuenta, se hizo millonario con la prospección petrolera y la extracción de agua en el mundo árabe, y en 1970 fue nombrado ministro de Obras Públicas en Jordania.

Ese año, la Organización de Liberación Palestina liderada por Yasir Arafat fue expulsada de Jordania y Masri dijo que él, personalmente, ayudó a Arafat a cruzar la frontera hacia Siria. Ambos mantuvieron una estrecha amistad, y cuando Arafat regresó del exilio hacia los territorios palestinos en 1994, Masri también retornó.

Masri y otros empresarios formaron la organización Inversiones y Desarrollo de Palestina, y convirtieron un capital inicial de 150 millones en bienes por más de 2.000 millones de dólares, alrededor de una cuarta parte de la economía palestina.

Los críticos dicen que parte de las ganancias fueron resultado de un lucrativo monopolio de telecomunicaciones que detentó la compañía durante varios años.

La mansión de Masri se halla en la cumbre del monte Gerizim, considerado un sitio sagrado de los samaritanos, una antigua secta que practica una versión


del judaísmo y cuyos descendientes viven cerca.

La mansión es una copia exacta de ‘La Rotonda', una famosa residencia del siglo XVI que diseñó el arquitecto italiano Andrea Palladio. La construcción comenzó en 1998. La mayor parte del material fue importado de Francia, en 200 contenedores de 12 metros por lado. La labor continuó luego de estallar la segunda intifada palestina, en el 2000, y en el apogeo de los combates, tanques israelíes tomaron posiciones en su propiedad, dijo Masri.

En determinado momento, las topadoras dejaron al descubierto el borde de un piso de mosaicos. Masri frenó la tarea y trajo a arqueólogos que descubrieron los restos de un monasterio bizantino. La excavación ha sido incorporada a la mansión, y los artefactos, entre ellos las pesadas cruces de metal de los clérigos, están exhibidos en un pequeño museo.

La tranquilidad en la residencia contrasta con la alta tensión que se vive en la Cisjordania, con sus ciudades superpobladas, las calles llenas de baches y puntos de control del ejército israelí. Naplusa, un bastión de los milicianos palestinos, ha sido duramente golpeada por las restricciones que han impuesto los israelíes.

En el área que rodea a la residencia hay un estanque para peces dorados, una piscina, un anfiteatro y un pabellón de vidrio y hierro, un regalo de Napoleón III a una de sus amantes, dijo Masri.

El millonario indicó que podría donar su propiedad al estado palestino, si sus descendientes -tiene seis hijos- reciben garantías de que podrán seguir viviendo allí.

Dentro de la mansión, hay pinturas de Picasso y Modigliani, y un tapiz que en una época perteneció al rey Luis XIV. Masri sigue siendo optimista, aún cuando la independencia parece tan lejana como cuando regresó por primera vez a la Cisjordania. "Me niego a morir hasta que vea eso", dijo.

Por AP

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