Al menos 3.000 militares y policías fueron movilizados para la reunión de los cancilleres americanos en la ciudad San Pedro de Sula y el jefe del aparato de seguridad dijo que la mayor amenaza provenía de narcotraficantes.
“No hay que olvidar que son mafias poderosas, con gran poder económico, las que pueden tratar de alterar la asamblea”, dijo el comisionado Marco Julio Palma, comandante del Círculo Maya, nombre de la operación de seguridad para los representantes de 34 gobiernos que sesionarán el martes y miércoles.
Hablando a través de Canal 6, Palma no precisó qué tipo de interrupción podría esperarse, pero el entrevistador le hizo notar que estarán en la reunión ministerial representantes de gobiernos como los de Colombia y México, que libran tenaces campañas contra carteles de la droga, con reacciones igualmente violentas en sus respectivos países.
Además, la asamblea se realizará en San Pedro Sula que tiene 1,4 millones de habitantes y uno de los índices internacionales más altos de muertes por asesinato. Honduras no es un productor de drogas, pero el Departamento de Estado lo considera como “importante punto” de embarque de cocaína y heroína destinada al mercado estadounidense por medios aéreos y marítimos de contrabando. “Estamos listos para garantizarle al mundo que la 39 asamblea de la OEA va a ser un éxito, un evento seguro”, dijo Palma.
La reunión ha generado complicaciones en el tránsito debido no sólo a que varias calles han sido cerradas sino a que por todas partes están policías y militares uniformados y de civil con armas automáticas. Al final de la calle que conduce al Centro Arabe, sede de las sesiones en un barrio de clase alta, un vehículo militar presenta una imagen disuasiva con un soldado en la torreta al frente de una ametralladora de grueso calibre apuntando colina abajo.
“El trabajo es complicado”, admitió el comisionado general de la policía, Santos Simeón Flores. “Este evento es de corta duración pero de gran magnitud”. La movilización del aparato de seguridad ha ocasionado incomodidades a varias organizaciones civiles por una ordenanza de la alcaldía que prohibe las manifestaciones y espectáculos públicos masivos durante la asamblea.
Pese a ello, decenas de manifestantes procastristas centroamericanos se concentraron frente a un hotel donde están alojados miembros de la Resistencia Cubana, una organización formada por medio centenar de grupos del exilio cubano mayormente ubicados en Estados Unidos.
“Al prohibirnos que nos manifestemos públicamente, nos violan nuestros derechos humanos”, dijo a la Agencia AP la coordinadora del Colectivo de Mujeres, María Luisa Regalado. El grupo cuenta con más de 2.000 afiliadas.
Regalado agregó que la ciudad “está colmada” de soldados y militares con el ánimo de sofocar cualquier protesta y no necesariamente por temor a un ataque de cualquier naturaleza contra los visitantes. Los elementos de seguridad se observan en todos los sitios públicos, especialmente hoteles, restaurantes, centros comerciales y calles y avenidas.
Mario Chinchilla, líder de la organización católica humanitaria Caritas, dijo que la determinación municipal busca “hacer invisibles y acallar a las organizaciones sociales en Honduras”. Ambas organizaciones dijeron que denunciarán el caso al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, cuando se entrevisten el martes con él.
Regalado y Chinchilla convocaron para ese día a centenares de afiliados para protestar por más de tres horas en el atrio de la catedral de San Pedro Sula. Paradójicamente, la asamblea de la OEA ha sido convocada bajo el lema de “la no violencia” y buscar soluciones a ese problema que agobia al continente.
Tras reunirse con Insulza, el líder de la Central General de Trabajadores (CGT), Daniel Durón, dijo que “el uso de la fuerza en contra del derecho a la protesta genera violencia en contra de quienes buscan legitimar esos derechos” . La CGT es de tendencia socialcristiana.
El comandante de la 105 Brigada de Infantería de esta ciudad, coronel Edgardo Isaula, dijo que el plan se mantendrá hasta que los visitantes hayan abandonado el país”. Según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma cada hora muere un promedio de dos personas a causa de la violencia que afecta a Honduras.