El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo en Guadalajara que confía en que su país podrá tener listo un borrador para una reforma migratoria para fines de año y comenzar a debatirlo en 2010.
"Esto será difícil y va a requerir" apoyo bipartidista, dijo Obama, al destacar que el maltrecho sistema migratorio en EE.UU. es fuente de tensión en las relaciones con México y no resuelve la situación de la población indocumentada en su país.
Obama hizo esas declaraciones durante una rueda de prensa en el Instituto Cultural Cabañas, al clausurar la quinta Cumbre de Líderes de América del Norte en la capital de Jalisco.
El mandatario reconoció que tiene "el plato lleno" y que al regreso del receso veraniego del Congreso, los legisladores tendrán primero que trabajar en asignaturas pendientes como las reformas de salud, de energía, y del sistema regulatorio de los bancos, en ese orden.
No obstante, insistió en que está comprometido con la reforma migratoria, sin importar lo que digan las encuestas en torno a su gestión.
En ese sentido señaló que se ha dado inicio a reuniones con líderes demócratas y republicanos para avanzar en el diálogo sobre la reforma.
La reforma es un asunto clave en la agenda bilateral de Estados Unidos y México tomando en cuenta que buena parte de los aproximadamente 12 millones de indocumentados son de origen mexicano.
La porosidad de la frontera, sin embargo, es algo que levanta ampollas entre algunos líderes republicanos y grupos conservadores estadounidenses, que se oponen a una "amnistía" para quienes cruzan ilegalmente la frontera hacia Estados Unidos.
Obama dijo que una reforma migratoria tiene que incluir los componentes de seguridad fronteriza, un "proceso ordenado" para futuros flujos migratorios, y una vía para la legalización de inmigrantes indocumentados "para que salgan de la sombra".
"Confío en que podremos conseguirla" , enfatizó el mandatario estadounidense.