A pesar de la guerra verbal — incluso una descripción del primer ministro de Camboya de la región disputada como “una zona de batalla de vida o muerte” — no ha habido combates. Ambos países discrepan sobre lo que había pasado realmente y cual cedió.
Un general camboyano dijo que Tailandia había accedido a la demanda de retiro, pero un vocero del ejército tailandés dijo después que las tropas no se movieron. El primer ministro de Tailandia aseguró que las tropas de su país se habían quedado en su propio territorio desde el principio.
“Si hay un problema, usaremos los medios pacíficos, con un énfasis en las negociaciones”, afirmó el primer ministro tailandés, Somchai Wongsawat. “Quiero insistir en que usaremos las negociaciones pacíficas. No seremos un invasor. No usaremos la violencia”, sostuvo. Somchai también está bajo una presión política intensa en Iatliandia, de parte de milicianos antigubernamentales que exigen su dimisión.
La disputa fue una continuación de una que surgió entre ambos países vecinos este año sobre la zona que rodea Preah Vihear, un templo budista del siglo 11 que ha sido reclamado por ambos países pero que fue otorgado a Camboya por la Corte Mundial en 1962. La soberanía sobre parte del territorio alrededor del templo no ha quedado resuelta claramente.
Las tensiones comenzaron el 15 de julio después que la UNESCO, un organismo especializado de las Naciones Unidas para la educación y la cultura, aceptó una solicitud de Camboya para declarar al templo como Patrimonio de la Humanidad. Camboya desplegó aproximadamente 800 soldados en la frontera y Tailandia envió a unos 400.
Ambas partes retiraron la mayoría de sus tropas a fines de agosto, pero no está claro cuántos permanecen en el área y otras zonas a lo largo de la frontera disputada. Los dos gobiernos han estado sosteniendo conversaciones para acabar con la tensión.