Dicho monto, estipulado en los Presupuestos Generales del Estado que deben ser aprobados esta semana en el congreso peruano, pertenecen al Plan de Impacto Rápido (PIR), que trabaja con la metodología de presupuestos por resultados.
“El presupuesto del PIR va a crecer entre tres y cinco veces comparado con 2008”, afirmó Pizarro.
Agregó que este aumento demuestra “el compromiso del país” en la lucha contra el narcotráfico.
El PIR engloba proyectos que van desde la reconversión de cultivos ilegales de hoja de coca al trabajo de prevención entre la juventud y la lucha por limpiar los penales peruanos de la presencia de sustancias ilegales.
“¿Hace cuanto tiempo que sabemos que en las cárceles se consume alcohol y drogas? Este año hemos podido realizar trabajos de prevención en cárceles, así como comprar equipos electrónicos para la detección de las mismas”, explicó el zar antidroga peruano.
Pizarro hizo un balance del trabajo realizado por Devida en 2008, y afirmó que es necesario “seguir trabajando porque el narcotráfico no se detiene, sino que sigue allí todos los días”.
Entre los proyectos novedosos que se iniciarán en 2009, el jefe de Devida destacó la instalación de garitas de control de insumos químicos, necesarios para procesar la cocaína, en carreteras del interior del país.
Además, explicó que espera que el proyecto piloto de reconversión de cultivos aplicado con éxito en la región de San Martín, selva norte peruana, puede trasladarse a otros lugares del país.
“Es una manera de que el campesino no vuelva a sembrar, ya que se le da una salida viable como el cacao, la palma, el café orgánico, que además permite que el campesino deje de ser explotado”, afirmó Pizarro.
“Lo que nosotros decimos es que no podemos quedarnos con los brazos cruzados, siempre tenemos que hacer más, porque el mal y el cáncer están en nuestras fronteras”, añadió.
Aunque el dinero del PIR no es el único con el que cuenta Devida para trabajar en su lucha contra el narcotráfico, la mecánica de presupuestos por resultados garantizan que el dinero de este plan llegue a los proyectos seleccionados.
Pizarro aprovechó la ocasión para realizar un llamado a los países consumidores de la droga que se produce en el país andino, quienes, explicó, también deben responsabilizarse del problema.
“No podemos permitir que los grande países consumidores como Europa volteen la cara al daño que nos hacen”, afirmó Pizarro y señaló como, por ejemplo, los cultivos ilegales dañan el medio ambiente, al destinarse grandes áreas de la selva para la hoja de coca.
Perú es el segundo mayor productor mundial de cocaína, después de Colombia, y en su territorio se estima que existen al menos 54 mil hectáreas de cultivos ilegales de hoja de coca, materia base para la elaboración de la droga.