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Bill Clinton, al rescate de Hillary Clinton

A la aspirante, quien hasta hace poco aparecía como la más fija candidata demócrata a la Presidencia, los números no la favorecen hoy. Según sondeos, perderá frente a su rival en Iowa el lunes.

Joan Faus
29 de enero de 2016 - 07:29 p. m.

Bill Clinton, exmandatario demócrata de 69 años, habló ante unas 400 personas en la Universidad Wartburg, un pequeño centro religioso en Waverly, municipio de 10.000 habitantes rodeado de interminables campos nevados en la planicie de Iowa. “Nunca tendrán una oportunidad de votar a alguien que pueda cambiar tan rápido las cosas para la gente”, dijo, ataviado con un jersey con la bandera estadounidense y dirigiéndose de pie desde un atril que rezaba: “Luchando por nosotros”.

Fue el primero de los 13 eventos a lo largo del estado en los que el exmandatario participará hasta mañana. Bill no empezó hasta enero a tener actos individuales en la campaña de Hillary. Ahora, ante el ascenso del senador Bernie Sanders en las encuestas demócratas, acude al rescate: multiplica sus actos, y cuando conviene alza la voz y gesticula con vigor.

El expresidente Clinton improvisa por momentos, divaga rememorando historias del pasado, pero se le ve contenido. Apenas se sale del carril: repasa el historial de su esposa y sus principales promesas electorales. “Tiene la experiencia y el temperamento que la han llevado a ser una persona de cambio toda su vida”.

En las palabras de Bill Clinton, no hay menciones directas a Sanders, tampoco críticas agresivas a los aspirantes republicanos a las elecciones de noviembre, ni referencias directas a su etapa como inquilino de la Casa Blanca entre 1993 y 2001.

Es una diferencia clave respecto a la campaña de 2008, cuando Hillary perdió la nominación demócrata contra Barack Obama. Entonces se percibió como perjudicial la agresividad de Bill contra el senador por Illinois. Por momentos, el expresidente pareció un verso suelto en la campaña de su esposa. Ahora eso no está ocurriendo. Clinton habló cerca de 40 minutos en la universidad ante un público de gente joven y mayor. Hubo aplausos frecuentes. Tras el discurso, saludó brevemente a algunos asistentes, firmó autógrafos y se tomó fotografías. Se marchó con prisas, rodeado de una nube de agentes del Servicio Secreto.

“No quiero hablar del pasado”, dijo Clinton al inicio de su discurso. Pero no pudo evitarlo por completo. Recordó cómo conoció a Hillary en la Universidad de Yale en los 70. Explicó que en la mañana la saludó en su hotel un hombre que le dijo que la vida de su familia mejoró con él de presidente. Y recordó fugazmente su campaña electoral en 1992.

Clinton no compitió en Iowa en los caucus de 1992 dado que su rival era un popular senador del estado. Pero New Hampshire, el segundo estado en votar a los candidatos, propulsó su llegada a la Casa Blanca: quedó segundo en las primarias y fue bautizado como el Comeback Kid (el “chico que vuelve”).

Bob Peterson, de 73 años, acudió por accidente al mitin. Visitaba Waverly por un acto que se canceló y se enteró de que el expresidente hablaba en la universidad. “Estoy muy impresionado”, dijo tras el acto. Peterson, que vive en una ciudad cercana, explica que votó a Bill Clinton en el pasado, pero cree positivo que apenas haga menciones a su presidencia para no eclipsar a su esposa, Hillary.

A Zach Nomayar, estudiante de 19 años en la universidad, le gustaron las palabras de Clinton, especialmente sobre igualdad económica. Pareció convencido por los elogios al historial de Hillary Clinton de “conseguir cosas”, pero no prevé votarla en los caucus del lunes. Su preferencia, dice, es el senador republicano Marco Rubio porque se opone al aborto y Clinton no.

El lunes comienza en Iowa y New Hampshire el proceso de primarias, en el que los aspirantes republicanos y demócratas a la Casa Blanca deben conseguir los delegados para asegurarse la nominación de su partido para las elecciones del 8 de noviembre. El proceso irá hasta mediados de junio. En las toldas demócratas, la favorita es Hillary Clinton, que ahora ve amenazado su liderato con el crecimiento de un outsider, Bernie Sanders, quien, de acuerdo con las encuestas, podría vencer en las dos primeras primarias, que marcan el éxito o derrota de un candidato en la campaña. La peor pesadilla para Hillary. Por eso Bill sale al rescate.

Por Joan Faus

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