Las plantaciones de coca en Bolivia se redujeron en 12% -de 31.000 hectáreas en 2010 a 27.200 en 2011- según un informe de monitoreo de cultivos de hoja de coca, entregado este lunes en acto público por la oficina local de las Naciones Unidas contra las drogas y el Delito (UNODC).
"El presente informe fue sometido a un proceso transparente, independiente, riguroso y detallado de supervisión metodológica por la UNODC y sus equipos técnicos en La Paz y en nuestra sede institucional en Viena", dijo el delegado de la ONU en Bolivia, César Guedes.
La disminución más significativas radican en los Yungas de La Paz (de 20.500 hectáreas a 18.200 hectáreas), y en el trópico de Cochabamba (de 10.100 hectáreas a 8.600), señaló Guedes en una ceremonia en la Cancillería boliviana, que contó con la presencia del presidente Evo Morales.
"Los Yungas de la Paz es escenario del cultivo de dos tercios de la producción de coca en Bolivia", destacó Guedes.
A pesar de que las incautaciones de coca se redujeron de 1.015 toneladas en 2010 a 603 toneladas en 2011, las incautaciones de pasta básica de cocaína aumentaron un 10%, alcanzando a 28.350 kilogramos y las de clorhidrato de cocaína en 65%, llegando a 5.600 kg, sostuvo.
"Este informe tiene la virtud de levantarnos la moral", comentó en la misma ceremonia el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, quien destacó que la destrucción de cultivos excedentarios ratifica que "se impuso el diálogo, el respeto de los derechos humanos y la erradicación de la violencia" en las tareas antidroga.
Hasta la fecha "hay 7.900 de hectáreas de coca erradicadas, con énfasis en los parques nacionales", señaló Cáceres, en presencia del presidente Evo Morales, todavía líder de los cultivadores de coca de los seis sindicatos del trópico de Cochabamba.
"En estos siete años (de gobierno de Morales) se ha trabajado de manera constante con la dirigencia sindical y las bases, con los verdaderos productores, que han generado consciencia nacional y apuesta por el cambio y el compromiso internacional", afirmó Cáceres.
El gobierno de Morales se precia permanentemente de los resultados antidroga, a pesar de que en 2008 expulsó de Bolivia a los agentes de la DEA estadounidense.
La Casa Blanca acusó la semana pasada a Bolivia de "fracasar manifiestamente" en la lucha antidrogas y volvió a colocarla por cuarto año consecutivo en su "lista negra".