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Bombas, alarmas y muertos

En Gaza, los ataques israelíes dejan 43 palestinos muertos y más de 250 heridos. En Tel Aviv se han interceptado 50 cohetes. Volvió el miedo.

Redacción Internacional
10 de julio de 2014 - 03:33 a. m.
Bombas, alarmas y muertos

Una llamada a su celular le anunció a Salah Kavare, en Khan Younis, al suroeste de la Franja de Gaza, que su casa sería atacada. “Todos en la casa deben salir. En cinco minutos será bombardeada”, dijo en árabe una persona que se identificó como miembro de los servicios de seguridad israelíes. Según relató Younis al periódico The New York Times, cuando la familia salió, un drone israelí disparó al techo de la casa de tres pisos. Muchos vecinos se refugiaron en la azotea para evitar el ataque, al igual que en las escaleras. Siete murieron y 25 quedaron heridos, según reportes del Ministerio de Salud palestino.

Desde la operación Plomo Fundido (2008), que dejó cerca de 1.200 palestinos muertos, el ejército israelí utiliza (en algunos casos) llamadas telefónicas para advertir de los ataques. Algo que no ha impedido las bajas: la operación Barrera de Protección, que comenzó el lunes 7 de julio como consecuencia del asesinato de tres jóvenes judíos que habían sido secuestrados según Israel por el grupo islamista Hamás, 43 palestinos han muerto y más de 250 han resultado heridos.

En tres días, el ejército israelí ha bombardeado 430 objetivos en Gaza. Solo durante la noche del miércoles, las Fuerzas Armadas israelíes lanzaron 160 ataques contra territorio palestino. Según el ejército israelí, las bombas tenían como objetivo lanzaderas de cohetes, depósitos de armas, diez túneles de contrabando y diez puestos de control y mando. Pero las bombas también caen en casas y edificios que no son el blanco.

En Beit Hanun, en el norte de Gaza, los habitantes andaban al amanecer entre los escombros de una casa destrozada por un misil que acabó con la vida de un mando del movimiento radical palestino Yihad Islámica y de cinco de su familiares. “Aquí llega un F-16, mata a niños y civiles y el mundo entero se queda mirando, nadie hace nada”, dijo Yaser Abu Awda, un vecino que también perdió su casa en el ataque.

La tensión crece en Gaza. “Estamos verdaderamente asustados esta vez, porque tememos que todo se complique más”, le explica a Efe Mohamad Arafat, un comerciante de ropa de 38 años, padre de cuatro hijos. Con el rostro cansado, hace cola frente a una de las pastelerías aún abiertas en medio de este cíclico círculo de violencia, pobreza, temor y resignación que padece Gaza desde que Hamás se hizo con su control en 2007 e Israel levantó un cerco militar en su perímetro.

Un aislamiento que Egipto ayudó a completar a finales del año pasado, cuando decidió destruir todos los túneles a través de los que la Franja se surtía y cerrar el paso fronterizo de Rafah, única puerta con el mundo. Informes de la ONU advierten desde hace tiempo que Gaza será un lugar “inhabitable” en 2020, ya que a la escasez se unirán la contaminación y la muerte de los recursos hídricos, tanto subterráneos como costeros.

Los vecinos de las localidades del sur de Israel, aledañas a Gaza, llevan tiempo acostumbrados al sonido de las alarmas que les dan 15 segundos para refugiarse antes del posible impacto de un proyectil. En los últimos días, la intensificación de los disparos de cohetes y morteros ha revivido la pesadilla. “Desgraciadamente nos hemos acostumbrado a esto, son 14 años de lo mismo, esto no es vida”, se queja Tzipi Alón, de 56 años y vecina de la localidad de Sderot.

En este lugar israelí, las patrullas policiales son blindadas y todas las casas tienen un refugio antiaéreo, mientras que escuelas e instituciones públicas y sanitarias son verdaderos búnkeres para cuando se disparan las alarmas. Para los habitantes de esta zona, la solución al conflicto pasa “o bien por hacer la paz o liquidar a los terroristas que emplean a sus propios niños”, dice Alón.

Desde el lunes, cuando Israel lanzó la operación contra Hamás, más de 200 cohetes impactaron en suelo israelí y 53 fueron derribados, según el Ejército. Cúpula de hierro, el sistema antimisiles de Israel, reporta que se han neutralizado 50 lanzamientos desde Gaza. Jerusalén (centro) y otras ciudades han sido objetivo de cohetes de largo alcance lanzados desde la franja palestina por las milicias de Hamás, aunque no han causado víctimas mortales. Lo que preocupa a Israel es que los cohetes cada vez llegan más lejos. Ciudades como Tel Aviv han sido objetivo de los ataques, después de que varias andanadas pusieran en alerta a ciudades como Jerusalén y el aeropuerto internacional Ben Gurión tuviera que interrumpir el tráfico durante algunas horas. ¿Cuáles son los objetivos de Israel? “Hamás no debe seguir disponiendo de medios para fabricar cohetes”, resume Gilad Erdan, miembro del gabinete de seguridad de Israel.

Según un informe del Royal United Services Institute (RUSI) de Londres, una organización de análisis militar, Hamás se ha fortalecido. A pesar de que la ofensiva militar de hace dos años dejó diezmada a la organización, con la ayuda de Irán y Siria, Hamás ha reforzado su potencial con comandos submarinos y unos cohetes de mayor alcance, que ya impactaron cerca del reactor nuclear de Dimona. “Hamas está usando cohetes de mayor alcance y los está usando más. Además, el ataque de unos hombres-rana de la organización palestina contra una base militar israelí, registrado en video, revela que está reforzando su capacidad de operar en el mar y de salvar el bloqueo marítimo de Gaza”, explicó el coronel Richard Kemp, del RUSI.

Esta nueva espiral de violencia, la más grave desde noviembre de 2012, parece que no tendrá un final cercano. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, reclamó la “suspensión inmediata de los ataques a Gaza”, pero el ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, alertó en cambio de que el operativo militar “no terminará en cuestión de días”.

Una mediación en curso

El 23 de abril Hamás firmó un acuerdo de reconciliación con la Organización de Liberación de Palestina (OLP), controlada por Al Fatah, el partido de Mahmud Abás. El objetivo era terminar con la división reinante desde 2007 entre Gaza y Cisjordania, donde la Autoridad Palestina gobierna en las zonas autónomas. El acuerdo fue rechazado por Israel. Pero ¿está listo Hamás para un conflicto de larga duración? Con un arsenal estimado en 10.000 misiles, tiene la capacidad de resistir durante alrededor de seis semanas, según expertos de defensa israelíes. Mientras tanto todas las miradas se dirigen hacia Egipto, el mediador privilegiado durante las precedentes crisis entre Israel y Hamás. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en El Cairo, Badr Abdel Laty, reconoció la existencia de “contactos”.

¿Un ataque terrestre?

Las probabilidades de que Israel lance una operación terrestre no están claras. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, dice que es una opción que tiene contemplada. Serían dos las operaciones terrestres posibles: la primera, de larga duración, consistiría en erradicar por completo las infraestructuras de Hamás en la Franja de Gaza. La otra, más corta y de menor envergadura, reclamada por la opinión pública, tendría como objetivo debilitar las capacidades militares de los grupos armados en Gaza. Mukhaimer Abu Sada, politólogo de la Universidad Al Aqsa de Gaza, le dijo a AFO que Hamás calcula “que Israel lanzará una operación terrestre limitada, ya que ocupar nuevamente la franja de Gaza es prácticamente imposible. El costo sería exorbitante”.
 

Por Redacción Internacional

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